Baloncesto sin barreras con la jugadora paralímpica Sara Revuelta en Sant Jordi

La baloncestista paralímpica participa en el pabellón de Can Guerxo en una nueva jornada del programa Esport Inclusiu a l'Escola con la participación de más de un centenar de alumnos de Can Raspalls

Deporte. Los alumnos de Can Raspalls pudieron conocer ayer a la baloncestista paralímpica Sara Revuelta, que acumula medallas en competiciones internacionales, en una jornada del programa Esport Inclusiu a l'Escola. La joven madrileña, graduada en Ciencias Físicas, se dedica profesionalmente al básquet en silla de ruedas y se forma como entrenadora. Estuvo en los Juegos Paralímpicos de Tokio y ahora quiere conseguir clasificarse para los de París 2024.

Cuando Sara Revuelta (Madrid, 1997) escuchó hablar por primera vez de lo que es el baloncesto sentado, tenía unos ocho años de edad, aproximadamente. Pero no fue hasta los 13 o 14 años, ya en la adolescencia, cuando pudo practicarlo. «En Madrid, que es una ciudad muy grande, mis padres no encontraron información de dónde su hija podía jugar a este deporte en concreto», explica la joven, que ahora es deportista de alto nivel con la selección española femenina y el equipo CD Ilunion. En su currículum acumula un diploma olímpico con la selección en los Juegos Paralímpicos de Tokio celebrados en 2021, dos campeonatos de la Champion Cup y dos bronces en campeonatos de Europa, entre otros muchos logros. Con España ha jugado en siete campeonatos de Europa, dos del Mundo y ocho copas de Europa con el CD Ilunion. En siete de ellas, disputó la final, ganando dos de ellas.

Vídeo: deporte inclusivo en Ibiza

Este lunes, Revuelta acude al pabellón de Can Guerxo para ofrecer una charla y, posteriormente, participar en una sesión práctica de distintos deportes adaptados con más de 108 alumnos de quinto y sexto de Primaria del colegio Can Raspalls. Lo hace en el marco de una nueva jornada del programa Esport Inclusiu a l'Escola, que este curso celebra su tercera edición. Lo organizan la Cátedra ‘Fundación Sanitas’ de Estudios sobre Deporte Inclusivo (CEDI) y el Consell de Ibiza con la colaboración, en este caso, del Ayuntamiento de Sant Josep y del CRIC Ses Salines, que ha cedido sillas de ruedas y las pelotas de básquet.

Se trata de dar a conocer a los más jóvenes la gran cantidad de deportes que pueden practicar las personas con discapacidad y que, al vivirlos en primera persona, lo vayan normalizando de forma lúdica. También sirve para que empaticen con sus compañeros con movilidad reducida.

Sara Revuelta lamenta que hay muchas personas con discapacidad que desconocen que pueden practicar deporte

«Creo que a los niños les gusta mucho tener el feedback en primera persona de alguien con discapacidad. No es lo mismo que te lo cuente una persona sin discapacidad o un profesor que tener un testimonio», explica la baloncestista en conversación con este diario poco después de terminar su charla ante los alumnos, que han formulado una gran cantidad de preguntas a Sara Revuelta, centradas principalmente en cuestiones de su día a día y en su historia personal («¿Te han hecho comentarios feos?», «¿Qué sentiste cuando supiste que tenías una discapacidad?»). Una pregunta, esta última, a la que la deportista no puede contestar, ya que ese momento de transición no lo recuerda. Apenas tenía dos años y medio. Le diagnosticaron leucemia y un medicamento para esta enfermedad le causó una lesión medular: «Podéis pensar que no puedo caminar porque no me funcionan las piernas, pero no es así. Tampoco hay ningún problema en mi cerebro. Lo que falla es la comunicación entre el cerebro y las piernas».

Desconocimiento

La joven madrileña lamenta que muchas personas con discapacidad desconocen el deporte adaptado: «Es triste. Hay mucha gente, ya no sólo con movilidad reducida, también con parálisis cerebral o espina bífida, que no sabe qué deportes puede hacer. Nadie les da esa información. Ni en el instituto, ni en el Ayuntamiento...». Y de ahí la importancia de celebrar jornadas como esta en los centros.

De hecho, el deporte es un ámbito en el que es más accesible sentirse incluido: «Cuando hablas de deporte, te refieres al deporte en mayúsculas. No le pones adjetivos como los que les he explicado ahora en la charla, como ‘convencional’, ‘adaptado’ o ‘a pie’. La vez que más deportista me he sentido en mi vida fue en los Juegos Paralímpicos, porque allí todo el mundo te considera eso, una deportista. Daba igual cuál fuese tu discapacidad o tu nacionalidad. Sólo eras deportista. Y punto».

Inclusión real: la mezcla

Revuelta señala que bajo su punto de vista la meta a alcanzar es «una unión de los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos»: «¿Por qué no lo unimos, si todo es deporte profesional?». Un objetivo en el que coincide el jugador ibicenco de baloncesto sentado Pablo Hempler, que también participa en la sesión práctica de este lunes en Can Guerxo. Divididos en grupos, los estudiantes van practicando diferentes deportes: voleibol sentado, goalball, fútbol con discapacidad visual y baloncesto en silla de ruedas (BSR). Todo ello, con el apoyo de técnicos, coordinadores del programa, profesores del colegio y el técnico de Deportes del Consell, Toni Suñer.

«Actualmente, por desgracia, cada vez hay más gente con discapacidad, así que hay que normalizarlo y que se celebren unos juegos olímpicos con deportes convencionales y adaptados», apunta Hempler, que ya ha participado en jornadas deportivas similares en otros centros educativos. «Las experiencias con los niños es la parte más satisfactoria. Si ellos lo normalizan ahora, lo seguirán viendo normal cuando sean adultos», destaca.

Mía, alumna de quinto curso, ya sabía, antes de este lunes, de la existencia del baloncesto en silla de ruedas: «Juego a básquet [convencional]. Antes de la charla que nos acaba de dar Sara, ya conocía algunos deportes adaptados». Preguntada por si cree que estas modalidades están lo suficientemente visibilizadas, responde que aún queda trabajo por hacer: «Estos deportes aún tienen que explicarse mucho. Algunas personas todavía no saben que si les gusta mucho un deporte y quieren jugar, pueden hacerlo aunque no puedan ver u oír».

Mientras habla con este diario, Mía juega, junto con otros compañeros, a goalball. Tienen que conseguir marcar gol a un alumno o alumna que juegue como guardameta con un antifaz y que debe intuir dónde se encuentra la pelota, precisamente por el sonido de los cascabeles que lleva en su interior.

Cerca de este grupo, otros alumnos practican voleibol sentados. Entre ellos se encuentran Noa y Lucía, de 11 años. «Yo me he enterado hoy [por ayer] de lo que es el baloncesto sentado. No sabía que había tantos deportes adaptados», explica Noa. «Yo no conocía el esquí adaptado», añade Lucía, en referencia a una de las tantas modalidades adaptadas que Sara Revuelta ha mencionado durante su conferencia. Noa y Lucía concluyen que este tipo de deportes no son lo suficientemente conocidos. Al jugar a voleibol sentado, se han sentido algo tensas al principio, antes de cogerle el truco: «Cuesta más coger el paso, pero lo hemos pasado bien».

Joan Cardona, profesor de Educación Física en Can Raspalls, explica que ya han profundizado en anteriores ocasiones en el ámbito del deporte inclusivo, aunque esta vez con material nuevo. «Para ellos practicar estos deportes es muy innovador, porque nosotros no tenemos la opción que nos dan aquí de contar con sillas de ruedas, pero otros días sí que hemos jugado a fútbol ciego o realizado un recorrido por el centro con antifaces», explica, así como carreras de atletismo para personas con discapacidad visual o voleibol sentado.

Pablo, de quinto, confirma que en clase de Educación Física han realizado ejercicios con los ojos tapados: «Fue un poco difícil». Este joven expresa que seguramente estas modalidades ahora se conocen más.

«Los deportes que más me han sorprendido han sido el fútbol para ciegos y el voleibol sentado. Es chulo jugar todos juntos», destaca, por su parte, Pau, de 11 años. Y es que una de las claves de esta jornada en Can Guerxo es que en algunos grupos hay jugadores que juegan de forma adaptada y otros que no. Pau, por ejemplo, se sienta en una silla de ruedas justo después de hablar con este rotativo tras haber jugado de pie durante un buen rato, de manera que todos van rotando y viviendo en primera persona los distintos roles.

Pablo Hempler, jugador profesional, quiere transmitir al alumnado el «afán de superación»: «Pase lo que pase, se puede luchar»

«Creo que para ellos la parte práctica es la más divertida y también la que más conciencia. Desde fuera puedes pensar que el baloncesto sentado es muy difícil. Bueno, pruébalo y luego me dices si es difícil o no. Y así pueden ponerse en nuestra piel», valora Sara Revuelta.

Miguel Ángel Escandell, uno de los técnicos que participa en la parte práctica, valora que sesiones como esta facilitan un mayor aprendizaje que cuando se imparte una clase de deporte inclusivo sin ningún deportista paralímpico.

«Al principio me ha parecido un poco difícil tirar a canasta. Me he agobiado un poco, aunque luego más o menos he ido adaptándome», explica Elena, estudiante de sexto curso, justo después de levantarse de la silla de ruedas tras una partida de baloncesto. Una sensación parecida ha sentido al probar el fútbol sin visión, al no poder detectar dónde estaba el balón. El jugador Pablo Hempler cuenta a este diario que se ha ido «tres veces de la isla a estudiar y a practicar deportes porque en Ibiza nunca había opción de hacer nada de tipo adaptado». Ahora, gracias a este programa, más gente sabe que esta opción existe.

Valores de igualdad

El objetivo de la jornada es que los niños conozcan de cerca la discapacidad

La baloncestista paralímpica Sara Revuelta destaca la necesidad de normalización: «Quiero que los alumnos entiendan que somos personas y que podemos hacer deporte al mismo nivel que el resto».

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