1 de Mayo | Ibiza

Un día del trabajo más festivo con música y piscolabis incluido en Ibiza

Los sindicatos cambian el formato del evento para hacer que la jornada sea «lúdica y reivindicativa» al mismo tiempo

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

En una mesa alargada del parque de la Paz, varias bandejas con pizzas y cocas, tapadas, esperaban a ser abiertas.Los sindicatos decidieron cambiar el formato de los actos por el Día Internacional de los Trabajadores. «Queríamos que esta jornada fuera lúdica y reivindicativa», explicaba por parte de UGT el representante de la gestora, Pedro Campillo. Con ese objetivo, se pasó de la manifestación a la concentración.

El cambio se notó en el ambiente. Era más de convivencia que de reivindicación, menos serio, más distendido. Eso también influyó en la duración del acto. La gente se quedó después de los discursos de rigor.

Pero el ambiente festivo ya se percibía bastante antes del mediodía, momento fijado para la concentración. Al menos a nivel sonoro. En vivo y en directo iba cantando su repertorio Juan Manuel Benítez, delegado sindical y animador. Del ‘Bella Ciao’ a clásicos de Hombres G o Los Secretos.

La música fue una constante en el evento. | TONI ESCOBAR

La música fue una constante en el evento. | TONI ESCOBAR / isaac vaquer

«Ya va siendo hora de dar la bienvenida a la gente», comentaba ya a las 12 antes de lanzarse a entonar el ‘Bienvenidos’ de Miguel Ríos, en el que sustituía a ‘los hijos del rock and roll’ por ‘el día del trabajador’.

A esa hora ya había muchos corrillos. Como cada primero de mayo, abundaron y abultaron los políticos de partidos de izquierdas, que no se citarán en esta breve crónica porque no cabrían y alguno se echaría de menos.

Fernando Fernández lucía pegatinas de la UGT en el pecho. El exsecretario general del sindicato, ya jubilado, estaba esta vez en la grada, siguiendo el evento relajado, lejos de la primera línea.

A la izquierda Fernando Fernández durante la concentración

A la izquierda Fernando Fernández durante la concentración / Toni Escobar

Llegó el momento para que los dirigentes sindicales lanzaran sus reivindicaciones. Fueron comedidos en extensión.

La secretaria general de CCOO, Consuelo López, con una kufiya palestina al cuello, quiso arrancar su discurso acordándose de la violencia que sufre este pueblo. «No podemos quedarnos callados, da mucha tristeza ver cómo están muriendo todos esos niños», lamentó arrancando un aplauso de los asistentes. También se acordó del resto de conflictos bélicos, como el de Ucrania, o la situación del pueblo saharaui.

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Dentro de las reivindicaciones laborales tuvo también reflexiones sobre la situación de la isla. La carestía de la cesta de la compra («¿Habéis comprado en la pescadería últimamente algo que no sean sardinas?», preguntó) o la falta de un transporte público decente se colaron en su discurso.

Tras diez minutos de reivindicaciones sonó ‘La internacional’. Muchos puños en alto. Se abría la veda para destapar las bandejas.

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