Juan Torres 'El Pirata', el delincuente más buscado de Ibiza

La Guardia Civil sospecha, según los indicios, que Torres mata y se hace con las casas de sus víctimas

Juan Torres Serra es conducido a un juicio a finales de los años noventa.

Juan Torres Serra es conducido a un juicio a finales de los años noventa. / Vicent Marí

Redacción

El historial de investigaciones a Juan Torres, alias ‘El Pirata’ o ‘Rotavella’ y natural de Sant Mateu, se remonta al final de los años 90, cuando se le atribuyen dos desapariciones ocurridas en Ibiza, a la que se sumarían otra en 2007 y la del propio Toni Llabrés. Todas con un denominador común. Y es que Torres, sospecha la Guardia Civil, ha hecho del asesinato un medio para adueñarse de las casas de sus víctimas o extraer algún provecho.

El 23 de abril de 1998 una docena de agentes de la Guardia Civil forzaba con gases lacrimógenos a Torres a salir de su guarida, una casa de campo en Santa Agnès propiedad de Thomas Egner, un ciudadano alemán de 41 años del que nadie sabía nada desde enero.

Torres alegaría que Thomas se había marchado a Sudamérica y le había cedido la vivienda, y mostró como prueba un documento supuestamente de puño y letra del desaparecido. Así lo determinaría la prueba caligráfica, aunque no se aclararon las circunstancias en las que Thomas habría redactado la carta.

En la finca encontraron también un coche posesión del abogado Antonio Ferrer, de 72 años y también en paradero desconocido desde el 3 de diciembre del 1997, a quien Torres había contactado para afrontar los numerosos asuntos que tenía pendientes ante la Justicia. Al parecer, Torres le amenazaba para que le diera dinero y le dejara dormir en su casa.

A pesar de que los cadáveres no se hallaron, Ferrer acabó cumpliendo una condena de cinco años y medio de prisión por los robos y secuestros a un electricista y un panadero. En 2007 se produjo la tercera desaparición que se le asocia. Es la de Francisco López, que contaba 60 años por entonces, a quien Torres conoció en prisión y al que vieron en las horas previas a que desapareciera junto al sospechoso en Ibiza, cuando Torres disfrutaba de un permiso penitenciario. Tras su desaparición, aparecieron dos supuestos agentes inmobiliarios con un escrito con el que pretendían demostrar que Francisco les había cedido su casa en Benimussa.

La Guardia Civil trazó un perfil psicológico de Torres tras esta desaparición, Lo describió como un hombre inteligente y metódico, que actúa solo, no confía en nadie y no se derrumba ante las contrariedades. Torres se mostró confiado tras su arresto por la desaparición de Antonio Llabrés, caso por el que fue puesto en libertad con cargos dos días después de su detención al no hallar el cuerpo.

Suscríbete para seguir leyendo