19 de octubre, Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama / Testimonio

Pepa Panells, en Ibiza: «Es prioritario investigar nuevos tratamientos para cánceres de pecho como el triple negativo»

Mantenerse activa y «seguir haciendo vida normal» es «la mejor terapia» para Pepa Planells, una ibicenca de 58 años a la que operaron de un tumor canceroso este mismo año, el pasado abril

Pepa Planells, ayer, con la camiseta de la AECC con el lema ‘El rosa es más que un color’.  |  J.A. RIERA

Pepa Planells, ayer, con la camiseta de la AECC con el lema ‘El rosa es más que un color’. | J.A. RIERA / maite alvite. eivissa

Maite Alvite

Maite Alvite

«Es muy importante autoexplorarse y ante cualquier sospecha ir al médico, aunque te hayas hecho pruebas recientemente». Pepa Planells insiste mucho en ello porque, en su caso, fue ella misma la que se detectó un bulto sospechoso en el pecho derecho que resultó ser un tumor canceroso. Fue a finales de febrero, mientras se duchaba. «Me mosqueó porque hacía cuatro meses que me había hecho la revisión completa, incluida la mamografía, y enseguida pedí cita con la doctora de cabecera y me encargó una ecografía», relata.

Ante el resultado de la prueba, derivaron a Planells a la cirujana, que le explicó que tenía un pequeño tumor de centímetro y medio y le recomendó en un principio que esperara unos meses a ver la evolución. Como aquel bulto le provocaba dolor, esta ibicenca de 58 años insistió y decidieron extirpárselo el pasado 19 de abril. «Desde entonces, estoy de baja», explica esta profesora de secundaria de Biología.

Fue después de la operación, tras analizar el tumor, cuando le confirmaron que era cáncer de pecho triple negativo, «un tumor más agresivo y de crecimiento muy rápido que habían extirpado con la intervención quirúgica, pero que requería de tratamiento cuanto antes para evitar que reapareciera».

«Estoy recibiendo el tratamiento completo, con quimioterapia y radioterapia, porque mi cáncer es de una tipología que no responde a terapias de tipo hormonal o inmunológico. La doctora especialista en Radiología me explicó que operar y radiar la zona de la mama afectada equivalía a una mastectomía», detalla.

Lo primero en lo que pensó Pepa Planells cuando supo que tenía un tumor maligno fue en sus tres hijos, en cómo se lo iba a contar a ellos, al resto de su familia y a sus amigos y en cómo iban a reaccionar. «Intentas que no se preocupen y les explicas que es una situación que podemos pasar cualquiera y que no la podemos cambiar. Lo que sí podemos elegir es cómo la vamos a afrontar y yo decidí que iba a dar guerra y que no iba a parar hasta que estuviera arreglado el tema», apunta.

Apoyo psicológico

Lo primero que hizo, antes incluso de hablar con sus allegados, fue acudir a la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Ibiza. «Llevo doce años controlándome un tumor benigno que tengo también en el pecho derecho y siempre he pensado que si alguna vez tenía cáncer iría a esta asociación a pedir apoyo. Me pasé por su oficina, hablé con la trabajadora social, que me informó de todos los recursos que ofrecía la AECC y me puso en contacto con la psicóloga, con la que hago terapia regularmente. Hacen una labor de acompañamiento impagable, que para mí es de una gran ayuda porque puedo expresar mis dudas y mis emociones».

A Planells también la ha ayudado el haberse puesto en contacto, a través de esta organización, con otras mujeres que están atravesando la misma situación y compartir actividades con ellas. Por otros lado, asegura que «en los momentos malos, los especialistas hacen que todo el proceso sea más llevadero».

En su caso, también le está sirviendo mucho «escribir» todo lo que le está ocurriendo y lo que le pasa por la cabeza.

Para Pepa Planells lo más difícil es soportar «la incertidumbre», «los momentos de espera ante la puerta del oncólogo, de la cirujana o de quimioterapia». Por eso se lleva una libretita en la que escribe intentando desahogarse apuntando todos sus síntomas, sus preocupaciones y sus miedos. También se hace fotos, por ejemplo, cuando su hermana la rapó al cero o en cada sesión de quimio.

Acaba de terminar ya las seis sesiones de quimioterapia programadas y está pendiente de recibir la radioterapia. «En principio me dijeron que me darían sesiones diarias de cinco minutos de lunes a viernes durante cuatro o cinco semanas, pero creo que al final serán menos», afirma.

Esta paciente de cáncer de pecho triple negativo asegura que el tratamiento de quimioterapia no ha sido tan duro como esperaba :«Pensé que sería peor, que estaría todo el rato vomitando, pero hoy en día durante las sesiones de quimio ya te ponen medicación para evitar los efectos secundarios y solo he tenido ligeras náuseas. Me daba miedo no poder comer y debilitarme, pero no he tenido problemas en ese sentido». Eso sí, la bajada drástica de las defensas le provocó que le salieran muchas aftas en la boca y más tarde también ha tenido problemas de sensibilidad y calambres en pies y manos, lo que obligó a reducir las dosis de quimio que recibía.

«Los síntomas los llevas bien, lo único es que a medida que avanza la quimio vas acumulando cansancio», menciona como principal pega de este tratamiento.

Terapias caseras

A pesar de «la fatiga constante», Planells ha procurado mantenerse activa y seguir su rutina, aunque estar de baja haya sido un cambio drástico en su vida. Además del apoyo de su familia, de los amigos y de los profesionales, la ayuda mucho tener proyectos, como reformar su hogar; hacer cosas en casa, como cuidar su jardín y plantar tomates, o dedicarse a algunas de sus aficiones favoritas, como leer o escuchar música. «Para mí, seguir haciendo una vida normal es una terapia», recalca. Aunque sabe que después del diagnóstico que recibió, su vida «ha cambiado para siempre», procura no pensar demasiado en el futuro y «centrarse en el presente, en ir superando etapas».

Pepa Planells cuenta su testimonio a Diario de Ibiza dos días antes de que se celebre el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama. «En una jornada como ésta, por una parte, es importante sensibilizar a todo el mundo sobre la importancia de la autoexploración y de hacer todas las revisiones periódicas necesarias que permitan una detección precoz del cáncer y que así sea más curable». Es una idea que ya ha mencionado al principio de la conversación y que reitera antes de sacar a colación otro tema que «es prioritario, la investigación». «Es muy importante que se inviertan los recursos necesarios para conseguir tratamientos más específicos que se dirijan más a acabar con las células tumorales y que no afecten a todo el cuerpo como la quimio, porque hay cánceres de pecho como el mío, que no son tan habituales, en los que ahora la única opción para hacerles frente es quimioterapia y radioterapia», dice. «En estos campos hay mucho por investigar y creo que ese es el camino para combatir el cáncer de mama», concluye antes de mostrar la camiseta que ha escogido para esta ocasión. En ella se puede leer el lema ‘El rosa es más que un color’. «El rosa es apoyo, es investigación», señala.

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