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Primera ley educativa de Balears | Los partidos de izquierdas celebran su aprobación con la crítica de la derecha

Ley de educación: el anhelado consenso que acabó en «traición»

El conseller March no consigue sacar adelante su norma con el apoyo del PP, que le recrimina que claudicara ante sus socios de Més

Martí March, tras la aprobación de la nueva Ley de Educación de Baleares.

Entre tanta euforia por el logro conseguido, el rostro del conseller Martí March dejaba entrever dos claves: el cansancio y la resignación. Después de varios meses de arduo trabajo para conseguir sumar a la derecha en la nueva ley educativa, March vio cómo su anhelado pacto se transformaba en una velada acusación: «Ha sido una traición». Ironías de la vida: esto se produce la misma semana en que el Teatre Principal estrena la ópera de Verdi Un ballo in maschera (Un baile de máscaras).

El Partido Popular estaba «molesto y defraudado», en palabras de sus diputados, ante los últimos movimientos del Govern, que había anunciado que quitaba el castellano como lengua vehicular este mismo lunes tras las presiones de Més. El portavoz de los populares, Toni Costa, incluso confesó haberse enterado de este cambio por la prensa.

El debate y la votación fueron de alto voltaje porque los grupos, sobre todo los del Pacto, se jugaban mucho. Los últimos días habían sido intensos ya que, pese a que la sensación era de que estaba todo atado, la negociación guardaba una última batalla. Y el ganador fue el actual coordinador de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia. Los satélites afines a su candidatura y a su partido habían sentenciado la semana anterior que el rumbo era equivocado, y depositaron sobre sus hombros toda la responsabilidad. Y así lo hizo notar.

La influencia del de Deià fue tal que ayer los partidos de la oposición le nombraron sin estar presente: la idea general era que él había sido el encargado de romper el consenso que tanto había costado construir entre los dos grandes partidos.

En un instante concreto, durante el turno de posición de la diputada de El Pi Lina Pons, esta lanzó una pregunta al PP que ya llevaba dentro la respuesta: «¿Votarán que no solo por tres puntos?». El artículo 133 de la norma, donde se enmarcan los principios de modelo lingüístico, era el talón de Aquiles de la negociación. Pese a la buena sintonía mostrada entre March y el PP, fuentes conocedoras del proceso confesaban que el consenso había sido una «ilusión» desde el primer momento porque este punto iba a traer cola, aunque la trascendencia de esta ley permitía conservar la esperanza en ambos lados.

Durante el debate sobrevoló una idea clara en la oposición: Apesteguia dinamitó el esperado acuerdo

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Pero Pons recibió la inesperada respuesta a través de un comentario del diputado popular Javier Bonet, que ofreció al hemiciclo la clave de lo sucedido: «Es por la traición».

El partido liderado por Marga Prohens acabó votando en contra de todos los puntos, incluso de aquellos que llevaban incluidas sus enmiendas, ante la «decepción» generada por las decisiones de March.

La sorpresa del debate fue la ya mencionada Lina Pons, que aceptó como propia una ley surgida de otro lugar y la defendió sin ambages. Incluso supo jugar sus cartas al reivindicar que el catalán no debía ser objeto de luchas políticas porque «se tiene que defender y preservar». Sus intervenciones fueron recibidas con agradecimiento por diputados de los partidos de izquierdas. Esta adhesión permitía explicar dos ideas fundamentales: el consenso lingüístico existe y no debe olvidarse, y que la educación de Balears debe ser una cuestión central en cualquier proyecto colectivo.

Quien no quiso perderse el acontecimiento fue la presidenta del Govern, Francina Armengol. Presente en todo momento, sabía que ganar esta batalla política era trascendental para la confianza del Govern y permitía medir fuerzas con la vista puesta en las elecciones de 2023. Su reacción final, abrazando y felicitando con emoción tanto al titular de Educación como a otros diputados como el ecosoberanista Joan Mas Collet, clave en la consecución de la ley, dejaba claro que la norma era un triunfo colectivo. Pese a que se conozca como Ley March.

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