Guerra contra el alga que enturbia el agua de Port des Torrent

Hasta finales del mes de junio, la zona de baño de Port des Torrent presenta un aspecto de postal, con el agua transparente y color turquesa que evoca cualquier imagen típica del paraíso mediterráneo que ofrecen las guías turísticas. La foto idílica cambia a principios de julio y, tras la primera ola de calor estival, la aguas se enturbian progresivamente hasta adquirir un tono verdoso parecido al de un consomé de verduras. Un aspecto que, como es fácil de imaginar, no resulta del agrado de los bañistas.

La culpable de esta situación tiene nombre propio: Alexandrium taylori, una microalga planctónica invisible a simple vista pero que cuando dispone de las condiciones adecuadas se reproduce descontroladamente y alcanza niveles invasivos.

Alerta ante la posible llegada de carabelas portuguesas a Baleares

«La Alexandrium taylori ha encontrado su hábitat en Port des Torrent porque es una playa cerrada y con poca circulación del agua, lo que provoca que se deposite en el fondo marino», explica Josep Guasch, concejal de Playas del Ayuntamiento de Sant Josep. «El problema se produce cuando la temperatura del agua supera los 25 grados, entonces el alga abandona el fondo y emerge hasta la superficie, lo que provoca que el agua tenga este aspecto». La especie es una vieja conocida en Sant Josep y otros veranos ha provocado los mismos efectos en Cala Tarida y Cala Vedella.

Proyecto a punto

El Ayuntamiento josepí ya tiene redactado el proyecto para acabar con esta alga invasora y la receta será la misma que en otras playas del municipio: la instalación de una bomba para captar agua fría y distribuirla a través de tubos difusores anclados en el lecho del mar para incrementar su circulación y refrigerarla. El proyecto está presupuestado en 95.000 euros para los próximos cuatro años y será pagado por el Consistorio.

«A diferencia de Cala Tarida, que es una playa abierta y necesitamos cuatro bombas, Port des Torrent es pequeña y cerrada, y con una bomba será suficiente», comenta el concejal. La actuación consistirá en el anclaje ecológico de la infraestructura, que se situará a un metro y medio de profundidad. La bomba se ubicará en el lado este de la playa, fuera de la zona de baño. Los difusores impulsarán el agua de temperatura más fría hacia la orilla y circulará luego hasta el lado oeste, regenerándola por completo. El Consistorio licitará la instalación y su mantenimiento por un periodo de cuatro años.

Tras la redacción del protecto, ahora comienza el trámite administrativo: solicitar una autorización de cuatro años, para lo que es imprescindible el visto bueno de la dirección general de Medio Marino de la conselleria de Medio Ambiente del Govern, así como la aprobación de Costas; la licitación del servicio de instalación y mantenimiento; la redacción del contrato y la asignación de un técnico que supervise los trabajos.

Pese a que pueda aparentar lo contrario, este recorrido administrativo acostumbra a ser breve: «Para Cala Tarida se tardó solo tres meses. Nuestra previsión es que en verano de 2022 ya esté en pleno funcionamiento en Port des Torrent», apuntó el concejal.

Una vieja conocida que es la archienemiga de las aguas turquesas

La microalga procede del Mediterráneo oriental y llegó a Ibiza hace 25 años. La Alexandrium taylori apareció por primera vez en la Costa Brava a mediados de la década de los noventa procedente del Mediterráneo oriental, y poco después alcanzó también la isla de Ibiza, especialmente el litoral del municipio de Sant Josep.

Esta alga es capaz de producir biomasas con más de un millón de células por litro durante los meses de julio y agosto, cuando las condiciones meteorológicas le son más favorables. Erradicarla es complicado, ya que está muy adaptada al medio y tiene un ciclo de migración diario; durante las horas de luz aflora a la superficie y por la noche regresa al fondo marino, lo que impide la pérdida de estos organismos en mar abierto.

La aparición de esta alga no está relacionada con los vertidos de fecales y con la contaminación de las aguas. Su perjuicio es, básicamente, estético, y resulta nociva para el turismo ya que afea las playas y les ofrece un aspecto muy poco atractivo para el baño.

Suscríbete para seguir leyendo