Premios de la Academia de Gastronomía a la tradición, la fusión y el producto local de Formentera

Los miembros de la Academia Gastronómica de Ibiza y Formentera eligieron el Hotel La Savina y su restaurante Quimera, en Formentera, para la entrega de los premios de la tercera edición, correspondiente al año 2022, que se dedica a los establecimientos y productos de esta isla. El acto se celebró al mediodía, pues muchos de los galardonados tenían que atender sus negocios poco después.

El miembro de la Academia Juan Suárez, que presentó el acto, recordó los objetivos que persigue esta entidad pitiusa: «Investigar, impulsar, divulgar, promocionar y proteger las actividades gastronómicas propias de las Pitiiüses». La asociación pitiusa forma parte de la red de sedes autonómicas y regionales enmarcadas en la Real Academia Española de Gastronomía, que celebró recientemente su foro anual en Ibiza durante tres días.

Sin muchos más preámbulos Suárez dio paso a la entrega de los premios, que se celebró en una sala del hotel, y estuvo acompañada de breves presentaciones de vídeos de cada uno de los establecimientos galardonados.

Entre el público, además del presidente y vicepresidente de la Academia, Pedro Matutes y Juanma Costa, respectivamente, asistió el vicepresidente del Consell Insular, José Manuel Alcaraz, y el conseller de Turismo, Artal Mayans.

El premio a la mejor cocina fue para el restaurante Sol, en Cala Saona, «por demostrar que un local a pie de playa puede ofrecer una gastronomía de calidad de cocina tradicional Mediterránea». «Platos basados en la frescura del producto y en los sabores locales», destacó Suárez. El conseller de Turismo, Artal Mayans, fue el encargado de entregar la placa a Joan Costa, que expresó la ilusión que le hacía recibir el premio: «Sobre todo por todo el trabajo que hay detrás de este proyecto, trabajamos con producto fresco y local y con un equipo joven, y esto es gracias a ellos».

El segundo reconocimiento fue para el mejor chef, que recayó en Antonio d’Angelo, del restaurante Molo 47, situado en el puerto de la Savina, que no pudo asistir al encontrarse en Dubai. El premio reconoce «el desarrollo de una cocina de fusión basada en la gastronomía italiana y japonesa, uniéndola con recetas de la cocina española, chilena o mexicana». D’Angelo llegó a Formentera después de haber trabajado durante quince años en Nobu. El premio fue recogido en su nombre por Antonio Morra, encargado del restaurante, ya que el chef se encuentra en estos momentos en Dubai.

El premio al producto local sostenible fue para Bodega Terramoll, de la Mola. El vicepresidente de la Academia, Juanma Costa, entregó el reconocimiento a Arantxa Moll, que asistió acompañada del enólogo José Abalde. La Acadenia reconoce «el trabajo y empeño, desde 2000, en conseguir elaborar un producto pionero en el mercado, un vino íntegramente formenterés, en el que se conjugan tradición y modernidad». La responsable de la bodega recordó la trayectoria desde hace más de veinte años: «Desde el primer momento planteamos hacer un producto cien por cien local y empezamos a plantar vides en dos zonas de la Mola, con variedades tintas y blancas. Todo es producto local, desde la plantación hasta el etiquetado, por eso nos sentimos muy identificados con este premio», manifestó. Terramoll es propiedad de la familia Moll, dueña también de Prensa Ibérica, el grupo editor de Diario de Ibiza.

El académico Óscar López entregó el premio a la tradición familia al restaurante Tanga, de la playa de Llevant. Un establecimiento que lleva abierto 45 años ofreciendo cocina local y mediterránea. «Dos generaciones preocupadas por que sus clientes disfruten de uno de los paraísos gastronómicos de la isla». El premio lo recogió Rafa Tur acompañado por el chef Mariano Castelló. Tur tuvo unas emotivas palabras al dedicar el galardón a sus padres (fallecidos): «Para María y Carlos, mi madre llegó a enterarse de que nos iban a dar el premio y estuvo muy contenta, lástima que no pueda estar aquí para poder recogerlo».

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