COPA DEL REY

El Celta de Vigo alimenta la ilusión copera

El equipo vigués se clasifica para los octavos de final de Copa tras vencer 2-4 al Amorebieta en un partido lleno de alternativas y jugado en un campo infame

Amorebieta - Celta de Vigo.

Amorebieta - Celta de Vigo. / Luis Tejido / EFE

R. V.

El Celta salió vivo de la trampa de Urritxe donde en una mañana que recordaba al fútbol ochentero consiguió clasificarse para los octavos de final de la Copa del Rey tras vencer al Amorebieta en un partido lleno de alternativas, pero en el que logró encontrar solución a los problemas que le planteó el equipo vasco y el terreno de juego en el que se jugó el partido. Un lustro después el Celta vuelve a colocarse entre los dieciséis mejores del torneo copero y mañana sabrá (el sorteo se celebra a las 13:00) su rival y si por fin regresa a jugar un partido de este torneo en Balaídos.

No fue una mañana sencilla en Amorebieta, pero el Celta dio una respuesta más que aceptable después de zozobrar en un tramo del primer tiempo cando el equipo entrenado por Jandro, ex del Celta, consiguió darle la vuelta al partido y llegar por delante al descanso. Se había adelantado el equipo vigués gracias a un gran disparo del hiperactivo Miguel Rodríguez en el minuto cinco. Fue la consecuencia lógica a la salida de un Celta enérgico al que no le importó el estado del terreno de juego, excesivamente blando y embarrado ya desde el comienzo en muchas zonas. La ventaja en el marcador la gestionó de forma regular el equipo de Benítez que dio un paso atrás y dejó que el Amorebieta fuese creyendo en sus posibilidades. Por ahí se enredó el día. La mayor intensidad de los vascos tuvo su traducción en el marcador porque el Celta no respondió con la energía obligada. La pérdida de los duelos, de las segundas jugadas, los despistes en defensa fueron aprovechados por el Amorebieta que remontó gracias a los goles de Jauregui y de Rayco para llevar el partido al 2-1 en el descanso.

Arreció la lluvia en Urritxe en el descanso, empeoró el campo, se convirtió aquello casi en un lodazal y pintaba feo para el Celta obligado a remontar en unas condiciones muy complejas. Pero ahí se produjo un evidente cambio de mentalidad porque el equipo de Benítez fue otro. Lejos de intimidarse o de desquiciarse por las condiciones el Celta mandó desde el primer momento y mejoró la intensidad del Amorebieta. Premisa esencial para tener opciones de remontar. Y la calidad de sus jugadores acabó por hacer justicia. Jailson, que debutaba tras su fichaje, aprovechó en el segundo palo para igualar al poco de comenzar el segundo tiempo. Fue solo el aviso de lo que vendría después. Miguel Rodríguez, el mejor del Celta, fue clave en esa reacción. Estuvo en casi todas las acciones de ataque, bien ayudado por las apariciones de Williot o la finura en el área de Douvikas. Una jugada del redondelano acabó en un centro al corazón del área donde el griego cabeceó a placer para marcar el 2-3 y poner al Celta de nuevoi por delante. 

El Amorebieta se veía superado de forma clara por el Celta y no era capaz de acercarse al área. Pudo marcar Williot en una jugada individual maravillosa, remataron Miguel y Douvikas al palo…hasta que el griego le puso el cerrojo al partido con un remate lleno de clase tras una dejada de Unai Núñez en un balón parado. El cuarto gol ya era demasiado para el Amorebieta mientras el Celta manejó con serenidad ese tramo final antes de celebrar que al fin regresa a unos octavos de final de Copa del Rey.