Funeral de Lina Bufí

Despedida coral a Lina Bufí, «la madre» de la música en Ibiza

El obispo de las Pitiusas, Vicent Ribas, destaca en la misa funeral de Lina Bufí la importante herencia que deja a los isleños la promotora y exdirectora del Conservatorio de Ibiza y Formentera: «El amor a la música»

«Para mí, igual que para muchos, Lina Bufí es la razón por la que he estudiado música». Lo dice Paula Bonet Riera, pianista del Conservatori Professional de Música d’Eivissa i Formentera Catalina Bufí, poco antes de que comience la misa funeral para despedir a la promotora y primera directora de este centro, fallecida el pasado 5 de enero.

Bonet fue una de las últimas alumnas que tuvo Lina Bufí antes de jubilarse en 2005. Estudió con ella diez años. La recuerda como una persona «muy luchadora, cercana y cálida», pero sobre todo como «un referente». Hoy (por ayer) le dirá adiós tocando el instrumento que su maestra le enseñó a amar desde pequeña, el piano. Con él acompañará la ceremonia religiosa junto a las voces de la Coral Amics de sa Música, agrupación que fundó en 1976 Lina Bufí y que en la actualidad dirige su hija, Nélida Boned Bufí, profesora de piano en el conservatorio pitiuso. En esta ocasión, será Lucía Herranz, miembro de la agrupación vocal, la que llevará la batuta. La soprano ibicenca también le debe mucho a la exdirectora del Conservatorio, le inculcó su pasión por el canto y le ofreció «la primera oportunidad de solista» en su coro.

Poco a poco la iglesia se va llenando. En las primeras filas, junto a Gilberto Tur Riera, profesor de varias generaciones de músicos, está el exdirector del Patronato de Música de Vila, Manuel Ramón Mas, que también tiene palabras muy sentidas para «la precursora de la música en Ibiza». Recuerda como si fuera ayer cuando a su llegada a la isla, en 1959, Lina Bufí le enseñó a tocar el piano. «Formamos una orquestina con su padre, Vicente Bufí, y, cuando íbamos a su casa a ensayar, ella me daba clases». «Lina ha revolucionado la música en Ibiza», asegura después de remarcar que «las Pitiusas tienen conservatorio gracias a ella».

Antes de que comience el funeral, el que fuera también promotor y director de la Banda y la Orquestra Simfònica Ciutat d’Ibiza se acerca a dar un abrazo a Vicent Boned, el viudo de Lina Bufí, que está rodeado de sus dos hijos, Juan Vicente y Santiago, de sus nietos y de su yerno, Jaume Manuel Ribas, exdirector y profesor en el Conservatorio de Ibiza.

Hay exalumnos y muchos profesores de este centro que no han querido faltar a esta despedida, entre ellos, su actual director, Iván Sanz. «No tuve la oportunidad de coincidir profesionalmente con Lina Bufí porque yo llegué a Ibiza en 2008 y ella se retiró en 2005, pero sé de su papel clave, ya que a ella le debemos que haya estudios reglados de música en Ibiza», explica. La última vez que la saludó y la felicitó fue «en noviembre del año pasado en el auditorio del centro, cuando Carla, nieta de Bufí, se llevó el Premio extraordinario de enseñanzas elementales de piano».

Entre los asistentes están también caras conocidas del mundo de la cultura y de la política, como la directora del Arxiu Històric d’Ibiza i Formentera, Fanny Tur, el alcalde de Ibiza, Rafael Triguero, o la concejala de Cultura de Vila, Carmen Domínguez. También hay varias personas de Formentera, isla a la que estaba muy ligada la primera directora del Conservatorio de las Pitiusas, puesto que de allí procede su familia y es donde vive uno de sus hijos. «La casa de la familia de Lina Bufí estaba situada justo detrás de la iglesia de la Mola», explica durante los preparativos de la ceremonia el párroco de Santa Cruz, Miguel Ángel Riera.

A las tres de la tarde comienza la misa, oficiada por el obispo de la Pitiusas, Vicent Ribas. Frente al altar, acaban de colocar el féretro de Lina Bufí acompañado de una corona de flores. La coral y la pianista Paula Bonet interpretan la pieza musical ‘Jesu, Joy Of Man’s Desiring’, de Johann Sebastian Bach. Tras unas palabras del obispo, el párroco de Santa Cruz enciende el cirio pascual.

Sube al atril de la iglesia una de las nietas de la impulsora del Conservario, Neus Boned Escanellas, que hace la primera lectura y el salmo responsorial. Después interviene Vicent Ribas, que dirige la mirada primero hacia la familia y luego a los miembros de la coral. «A Lina todos la sentimos como nuestra, fue un referente y la madre de los coros, el del Conservatorio, que fue luego la Coral Amics de sa Música», señala antes de mencionar también que sus orígenes estaban en Formentera.

«Hay que agradecerle todo lo que ha hecho por la música y la cultura. Ibiza y Fomentera le debemos el amor a la música, es la mayor herencia que nos deja», afirma. Después, rememora las veces que acompañó las misas con la agrupación vocal que dirigía y todos los reconocimientos «merecidísimos» que recibió en vida, como la Medalla d’Or de la Ciutat d’Eivissa y la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, que le concedió Benedicto XVI.

Adiós con 'Roqueta, sa meua roca'

Durante el ofertorio, Lucía Herranz, acompañada por el piano, canta el ‘Ave María’ de Schubert. No es la única pieza que suena durante la eucaristía, la coral interpreta la ‘Misa del Santísimo Sacramento’ de José Ribera Miró, y, en el momento de la comunión, ‘Panis Angelicus’, de César Franck. Uno de los momentos más emotivos llega cuando cantan, a punto de terminar la misa funeral, ‘Roqueta, sa meua roca’, después de que el obispo lance agua bendita sobre el féretro de Lina Bufí. Todos los presentes rompen en aplausos tras escuchar el himno oficioso de Ibiza.

Se forman en la iglesia largas colas para dar el pésame a la familia y empieza a sonar el órgano. Lo toca José Luis Juan Marí, que ha viajado desde Sant Llorenç a Ibiza para decir adiós a la que fue su profesora de piano en el conservatorio, una mujer «con mucha personalidad» que ha sido «muy influyente e importante» en su vida.

Al terminar la ceremonia religiosa, a las puertas de la parroquia, también habla de su figura el exconseller insular de Cultura Joan Marí Tur Botja. «Fue mi brazo derecho musical junto a Manuel Ramón Mas», asegura. La define como «una mujer inagotable y de gran carácter» y cuenta, además, que «hace cinco años» se convirtió en su «profesora de piano».

También dio clases a Toni Juan Juan, Toni Montserrat, el autor del libro ‘Isla negra’, «de los ocho a los quince años, en la calle Juan de Austria». La recuerda así: «Tenía una personalidad brutal. Era muy rigurosa, pero cercana. Era como una mamá para todos. Tenía pasión por la enseñanza. Creo que marcó a media isla y musicalmente a todos».

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