Adiós al incómodo olor de las mandarinas en las manos: el remedio con el que no te volverán a oler

Así es como debes hacerlo

Adiós al incómodo olor de las mandarinas en las manos: el remedio con el que no te volverán a oler

Adiós al incómodo olor de las mandarinas en las manos: el remedio con el que no te volverán a oler / Freepik

Valeria Montero

Comprar fruta a veces es una auténtica lotería. A la hora de hacer la compra, debemos estar muy atentos al estado de los alimentos frescos antes de echarlos al carrito, no vaya a ser que terminemos llevándonos una sorpresa desagradable. Sin embargo, hay ocasiones en las que es prácticamente imposible descubrir si el fruto que nos vamos a llevar a la boca está bueno de verdad o va a convertirse en el bocado más desagradable del día.

Estos meses se abren las puertas a una de las frutas más controvertidas de la temporada: las mandarinas. Si bien se trata de un fruto rico en nutrientes, también cuenta con sus debilidades, que incluso pueden provocar que algún que otro consumidor termine odiándolas.

¿Qué es eso que puede detonar una línea tan fina? En primer lugar, el sabor. Seguramente en alguna ocasión hayas preparado para el almuerzo un par de mandarinas con las que saciar el estómago entre horas de manera saludable y te haya salido el tiro por la culata. La primera podrá derrochar sabor y llenarnos la boca de un zumo ácido y sabroso; y la segunda resultar una auténtica decepción.

Quizás esto no sea lo peor de comer mandarinas. Debemos tener en cuenta todos los nutrientes que nos aporta este fruto tan típico del otoño que además reforzará nuestro sistema inmunológico frente a los típicos catarros de estos meses. Destacas sobre todo su alto contenido en agua: un 90% que la convierte en una fruta ideal para hidratarnos. Por otro lado, contiene vitaminas A, B1, B2 y, en mayor medida, C, además de ácido fólico, potasio y vitaminas.

Adiós al olor

Te resulte una fruta más o menos agradable de comer, una vez hayas terminado con ella te encontrarás con el mismo problema de siempre: un olor que te acompañará durante horas. Y es que las mandarinas suelen dejar un aroma muy reconocible que muchas veces no somos capaces de quitar ni frotando a conciencia.

Tanto a la hora de pelar como a la hora de comérnoslas, nos llevaremos restos de la cáscara o de la piel con nosotros que prolongarán el olor. Ni con agua fría ni con jabón podrás llevártelo por delante a pesar de que limpies bien los restos acumulados debajo de las uñas.

Sin embargo, la solución puede estar mucho más cerca de lo que crees. Basta con que eches un poco de pasta de dientes sobre tus palmas y que frotes a conciencia durante un par de minutos. Después, aclara con agua fría y vuelve a frotar hasta que el olor desaparezca.

La pasta de dientes ha ganado mucha fama dentro del mundo de la limpieza debido a sus propiedades. Entre otras, destaca la capacidad de blanquear nuestras zapatillas o de incluso hacer desaparecer las manchas.