Todos los grupos municipales de Santa Eulària, tanto el PP como el PSOE e incluso Guanyem, votaron ayer a favor de proponer al Consell de Ibiza que no descarte unilateralmente el desdoblamiento de la vía que une la Villa del Río con la capital de la isla (la PM-810) sin que antes se determine su necesidad mediante un estudio previo de movilidad. El actual equipo de gobierno del Consell avisó recientemente de que una vez sea aprobado el Plan Director Sectorial de Carreteras, lo revisará porque lo considera desarrollista, y anunció que entre sus objetivos figura anular la necesidad de que se desdoble todo ese trazado.

Por esa razón, el grupo popular presentó ayer una moción en la que, inicialmente, instaba al Consell a que una vez se aprobara el Plan Sectorial de Carreteras se sometiera «a consulta pública el anteproyecto de ampliación» del tramo de la PM-810 que une Can Clavos (donde acabará el desdoblamiento que este mes fue sometido a un paripé de consulta) con el cruce de Los Cazadores. Como ese enunciado obligaba a Guanyem a votar en contra -pese a que en esa formación son abanderados de las consultas- finalmente todos los grupos acordaron una transaccional en la que se eliminó la mención al referéndum y se añadió el ruego al Consell de que no se cargue a las bravas la posibilidad de desdoblar esa carretera entre esos dos puntos sin antes contar con los informes y estudios que avalen esa decisión.

El alcalde, Vicent Marí, advirtió de que «el futuro del municipio no puede depender de los caprichos de un grupo», en referencia a la coalición entre Podemos y Guanyem. Si se anula el desdoblamiento «debe fundamentarse en motivos técnicos», dijo.

La zanahoria y el desdoblamiento

El PP encabezó su moción con una zanahoria: la solicitud de que el Consell elabore un Plan de Movilidad que «recoja las necesidades de los ciudadanos y usuarios que diariamente utilizan esa carretera», así como que ese plan contemple «un servicio adecuado de autobús que garantice frecuencias y paradas como alternativa real al uso del vehículo privado», enunciados que son del agrado del PSOE y de Guanyem pero que enmascaraban la verdadera preocupación de los populares: que la institución insular borre del Plan de Carreteras la posibilidad de que la PM-810 sea desdoblada algún día.

El propio Óscar Rodríguez, portavoz en el Consistorio del grupo Guanyem, admitió ayer que para suprimir la posibilidad del desdoblamiento entre Can Clavos y el Cruce de los Cazadores es preciso disponer «de una justificación y de estudios que ofrezcan alternativas», que, según recordó, deberían incluirse en el Plan de Movilidad Sostenible que proyecta el Consell. Algunas de esas alternativas pasan por mejorar la carretera de Cala Llonga y el transporte colectivo, una asignatura pendiente en toda la isla.

Rodríguez expresó su temor a que, en caso de que se aprobara el segundo desdoblamiento, la PM-810 acumulara más de un lustro de obras consecutivas (la de Jesús, la de la ampliación de Ca na Negreta...). Pero el alcalde, que ya sabe cómo se las gasta la burocracia, le calmó: «Aun cuando estuviéramos todos de acuerdo, ni en 10 años se hará, estoy seguro».

«Desidia» del Consell

No lo dijo gratuitamente. Al acabar el pleno ilustró «la desidia» de la burocracia insular con el ejemplo de cómo desde esa institución «se ponen palos entre las ruedas» al proyecto de peatonalización de Sant Carles mediante continuos informes negativos desde los departamentos de Movilidad o de Patrimonio. Y los ponen «por chorradas», criticó Marí, que pidió a la institución que en vez de emitir informes desfavorables que les obligan a «volver a la casilla de salida», «se involucre y haga suyo» el proyecto de peatonalización. El alcalde pide «colaboración» y «más sensibilidad» en vez de poner zancadillas. «Desmoraliza y desmotiva» la actitud del Consell, señaló el alcalde: «Parece que el Consell no quiere que se peatonalice el pueblo de Sant Carles», clamó.