Estirando el chicle de Ibiza

César Navarro

César Navarro

Gran parte de las noticias de los últimos años se refieren a la necesidad de incrementar servicios básicos debido al exagerado crecimiento de la población. Todo el mundo tiene derecho a vivir en la isla, faltaría más (quienes sólo vienen para aprovecharse de ella podrían quedarse en sus casas), pero el sentido común dicta que las costuras insulares no se pueden estirar. Es posible que algún día se llegue a ganar terreno al mar, tal vez para construir un aeropuerto o para ampliar el puerto, quién sabe. Pero hasta que lleguemos a ese punto de desesperación debemos, tenemos que seguir tirando con lo que tenemos. Las dos entradas de personas a la isla están cerca de su límite de carga. No podemos garantizar que haya agua para todos (y se sigue construyendo) y no tenemos una idea clara de dónde meteremos los residuos con el vertedero ya hasta los topes. Puedo resultar pesado pero es absolutamente necesario analizar cuanto antes (nunca han sido tan necesarios estudios que antes se encargaban para cualquier estupidez) hasta dónde queremos pero, sobre todo, podemos llegar. Somos unos privilegiados por vivir en estas islas, pero a ver cuántos podemos seguir diciendo lo mismo en una década, por ejemplo. Demasiadas amenazas se ciernen sobre la convivencia en esta nuestra roqueta. A ver cuánto aguanta...

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