Para empezar

Otro feliz año veinte de estreno

Empezamos el año con subidas de alimentos, vivienda, luz y una cuesta de enero que a muchos nos durará hasta las próximas uvas si es que el sueldo nos llega para comprarlas. Con gente a la que se le niega la dignidad de un techo sobre su cabeza y un refugio para sus sueños. Empezamos un año que se prevé cálido, que agostará campos y cultivos, sin primavera ni otoño tampoco. Un año que comienza sin lluvias en Ibiza y con el vertido constante al mar de las obras de un hotel secando varios pozos. Otra gota más para esta fiesta de despilfarro y récords turísticos, de urbanizaciones de lujo, jardines y piscinas a la que la naturaleza no ha sido invitada. El agua que no tenemos está para derrocharla. Empezamos el año despidiendo al último comercio tradicional de un Vara de Rey que cada vez nos cuesta más reconocer como propio. Empezamos el año con un muñeco del presidente del Gobierno ahorcado frente a Ferraz y dinamita en la escuela balear por la entrada, sin conselleria pero con ordeno y mando, de Vox en el Govern de un PP dispuesto a apalear la lengua propia de las islas por el poder. Empezamos el año deportando al rey Baltasar en aplicación del pacto migratorio contra los derechos humanos aprobado por la UE. Empezamos el año con una atroz matanza de inocentes televisada (más de 10.000 niños asesinados en Gaza ya) y una indiferencia que hiela la sangre. Feliz año a los que sí se duelen por ellos y a los que resisten. 2024 nace en la infamia y mi brindis es por rebelarse y pelearlo.

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