Una hojita pegada con celo

Una hojita de delgado papel pegada con sólo dos tiras de celo. De esta guisa, pobre y chapucera, han sido colocados en las marquesinas los nuevos horarios de autobuses. Bastará que llueva para que la tinta se corra o el papel se deshaga. El anterior horario estaba, al menos, plastificado y se pegaba con celo al cristal por sus cuatro costados, aunque con el paso del tiempo perdía adherencia y caía. Semejante desidia y desprecio hacia los usuarios resume el estado del tercermundista transporte público. Da miedo pensar cómo se aplicará la nueva contrata, si es que algún día (a saber qué año) se adjudica, porque hasta el Consell admite que no es la que realmente hubiera querido y que para tener la que quería (sólo contempla que el 10% de los vehículos sean eléctricos) se necesita mucho más dinero. Ese es el problema. Para que alguna vez los buses, sus paradas (y el acceso a ellas) y su servicio sean dignos, para revertir tantos años de abandono, se necesita una inversión multimillonaria. La oposición propuso en el pasado pleno que el billete de bus fuera gratuito hasta que el servicio fuera digno, de la misma manera que Rafa Triguero (PP) prometió (aunque no podía hacerlo) en campaña que la tasa de basuras sería gratis hasta que las calles estuvieran impecables. No le falta razón: que se cobre es indecente.

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