en corto

Orcas, una hipótesis

¿Qué piensan las orcas al acosar a barquitos de recreo o pesca? Imaginemos que su inteligencia animal, conectada en red a la de la naturaleza, ha asumido que algo hay que hacer, caramba. No pueden nada con los bull carrier gigantescos del gran depredador que recorren los mares, ni con los monstruosos cruceros turísticos cuyos ocupantes, sin moverse de un hábitat urbano simulado, creen que navegan y viajan, ni por supuesto contra los elegantes buques acorazados, cargados de muerte para repartir si hace falta su siniestro correo de largo alcance. Pero ellas deben aportar también su granito de arena (mejor: su gotita de agua) para poner en la puerta al gran depredador, antes de que lo finiquite todo. ¡Se acabó tanta tontería!, pensará su pequeño cerebro, o, mejor, su pequeña terminal de un cerebro inmenso, traduciendo a su escala la orden general de librarse de una vez del okupa humano.

Suscríbete para seguir leyendo