Un ejemplo de sororidad

La semana pasada se presentó el libro ‘Más nosotras: una mujer, una historia, un corazón’, dirigido por Gema Díaz y editado por Canariasebook en el Espacio Violeta del Campus Universitario de Tafira (Ulpgc), la obra recoge sesenta y ocho historias de mujeres que han tenido que sortear obstáculos sociales, físicos o emocionales para lograr sus metas, pero que, a pesar de esas dificultades, consiguieron alcanzarlas. En este libro, que no es un manual de feminismo ni un manifiesto contra el hombre, dejemos las cosas claras desde el principio, estas mujeres se atreven a desnudarse delante de sus lectores para dejar a la vista sus miedos, sus ilusiones, sus sueños y las lágrimas de felicidad o de tristeza que, en alguna ocasión, bañaron sus dudas de «¿seré capaz?». Y tanto que lo han sido. Cuando leí los relatos para escribir el prólogo, regalo por el que siempre le estaré agradecida a su directora, me di cuenta de que hay muchísimas mujeres a nuestro alrededor cuyas vidas podrían aparecer en los libros de texto porque han hecho y han superado grandes cosas; sin embargo, pasan desapercibidas. Sin ir más lejos, entre sus páginas se encuentran las historias de la primera mujer que fue árbitra de fútbol en los años noventa, no solo de Canarias, sino de España; o la de la primera mujer sorda directora de un colegio público de nuestro país. Sí, son mujeres y son canarias y, tristemente, no salen en los libros de texto. Este proyecto no surge de la nada, no fue un capricho de un día para otro ni una necesidad de protagonismo por parte de su creadora, quien estuvo en un segundo plano durante todo el acto.

Este sueño hecho realidad comenzó en el año dos mil diecisiete, pandemia mediante, cuando Díaz creó la plataforma masnosotras.com, antesala de este primer libro. Y digo antesala porque la plataforma recoge trescientas historias, de las cuales, por motivos evidentes de espacio, solo se recogieron sesenta y ocho. No obstante, en el acto, Pablo Checa, el editor, se comprometió a continuar con este viaje, así que habrá Más nosotras. Durante la presentación me sentí feliz porque reconecté con el verdadero sentimiento de feminismo, con ese que sí creo que debe definirnos, donde no se busca anular al hombre, sino, juntos, seguir luchando para no perder ninguno de los derechos que hasta ahora hemos conseguido, como: visibilizar la violencia de género y llamarla por su nombre, sentirnos libres de nuestro cuerpo y de nuestros actos sin que esa libertad sea castigada con la violación porque: «Es que iba provocando», eliminar la brecha salarial o la homofobia, que cada cual ame a quien quiera y Dios nos ame a todos... Eso fue lo que se respiró en la presentación de esta obra y, sinceramente, en este momento social en el que algunos partidos políticos quieren quitarnos lo que es nuestro: la dignidad y el orgullo de ser mujer (hayas o no nacido con ese sexo biológico), Más nosotras fue una bomba de oxígeno y ese Pepito Grillo que no debe dejar de susurrarnos al oído que para atrás ni para coger impulso.

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