Desmadre ‘british’ a bordo

Desmadre ‘british’ a bordo

Desmadre ‘british’ a bordo

Me pregunto en qué momento esa imagen del británico flemático, estirado y educado fue sustituida por la del hooligan borracho y temido en cualquier localidad turística. Entiendo que vivir sin ver apenas la luz del sol imprime carácter y no del bueno y que están deseando salir de sus grises ciudades durante unos días para disfrutar a tope de la vida, de la noche y de Ibiza, la meca de la fiesta. Pero de ahí a llegar ya en estado precomatoso a la isla va un gran trecho. Como narra con maestría la periodista Marta Torres en este diario, un vuelo normal, sin incidentes reseñables, desde Manchester a es Codolar en Ryanair se convierte en una tortura para un viajero normal por las hordas de jóvenes ebrios que llenan el avión. Ya horas antes de embarcar, en la terminal de la ciudad, célebre no por su belleza sino por sus equipos de fútbol, compran el alcohol a buen precio y lo ingieren a litros. Una vez a bordo agotan en pocos minutos las existencias de bebidas espirituosas y durante todo el vuelo se suceden los cánticos y la música a toda pastilla. Es en ese consumo desaforado de estimulantes donde hay que buscar la explicación a las muertes de jóvenes británicos en Ibiza durante sus vacaciones. Chicos con toda una vida por delante que vuelven a casa en ataúdes. Tragedias empapadas en alcohol.

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