Una mejora importante para las camareras de piso

Editorial

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Todos los hoteles de Balears deberán medir la carga de trabajo de las camareras de piso con una metodología pionera en España -según destaca el Govern balear- con el objetivo de fijar un máximo que evite problemas de salud a estas trabajadoras. Es un importante avance para estas empleadas del sector hotelero, esenciales para el funcionamiento de los establecimientos pero que tradicionalmente han sufrido una precariedad y una carga laboral que provoca enfermedades y dolencias específicas derivadas de la dureza y la reiteración de sus tareas. Precisamente fijar una carga máxima de trabajo ha sido una de las reivindicaciones históricas de estas trabajadoras, cuyos problemas se han comenzado a denunciar en los últimos años, no porque antes no los sufrieran, sino porque no lograban hacerse oír.

La movilización de las camareras de piso en diversos puntos de España ha conseguido sensibilizar a las administraciones sobre su problemática y visibilizarla, y, aunque todavía quedan importantes reivindicaciones pendientes, como el reconocimiento de enfermedades laborales o el adelanto de la edad de jubilación (como se ha hecho en otras profesiones especialmente duras que repercuten negativamente en la salud), la obligatoriedad de que las empresas midan y limiten la carga de trabajo de estas trabajadoras en Balears es un paso importante hacia la mejora de sus condiciones laborales y para evitar la explotación hasta límites inhumanos que sufren en algunas ocasiones.

La falta de profesionales en la hostelería en todas las islas, pero especialmente en Ibiza y Formentera, y las condiciones poco atractivas de un trabajo más duro y peor pagado que otros puestos en el sector, aumenta aún más la presión sobre las camareras de piso, más conocidas como ‘kellys’, que ya de por sí están muy saturadas, por lo que era preciso fijar un límite que evite que la falta de personal y el exceso de trabajo recaiga sobre las espaldas de estas empleadas. Pero, hecha con buen criterio la normativa, es necesario poner en marcha los controles necesarios para garantizar su cumplimiento y castigar a los infractores, de modo que no se quede en papel mojado.

El convenio de hostelería que entró en vigor en abril y vincula a todas las empresas del sector en Balears, estableció la obligación de fijar en cada establecimiento las cargas de trabajo de las camareras de pisos; ahora el Govern ha presentado la metodología que se debe utilizar para medir esa carga, aunque tendrá que ofrecer ayuda y orientación para que también las empresas más pequeñas y con menos medios puedan cumplir la normativa.

Cada hotel deberá crear un grupo de trabajo, con representantes de la empresa, trabajadores, sindicatos y el servicio de prevención de riesgos laborales, para analizar con detalle todas las tareas de las camareras de pisos y consensuar cómo debe ser el trabajo “seguro” para ellas. El objetivo es que la exigencia empresarial y la intensidad de su trabajo sea razonable y no afecte a su salud. Es, desde luego, una mejora muy relevante para un colectivo que ha sido siempre maltratado y olvidado. Esta medida se suma a la implantación de las camas elevables en los hoteles introducida en la ley turística aprobada por el Govern balear y que también tiene como fin evitar dolencias a estas mujeres.

En apenas unos meses se podrá evaluar si todas estas medidas sirven para mejorar las condiciones laborales (y, por tanto, la salud) de las camareras de piso o si, por el contrario, la realidad cotidiana de los hoteles, con una sobrecarga laboral derivada de plantillas muy ajustadas o incompletas, una alta ocupación y la presión de dar el mejor servicio al cliente, unida al miedo a perder el empleo si las trabajadoras se quejan, hacen finalmente inviable o ineficaz su aplicación.

DIARIO DE IBIZA