Energía

Cinco aerogeneradores y un parque solar para que Formentera sea autosuficiente

Una ingeniera plantea en su tesis que la menor de las Pitiusas podría ser autónoma mediante la generación de energía renovable si instalara cinco generadores eólicos en la Mola y creara un parque solar de 1,3 kilómetros cuadrados en la zona de Cala Saona

Parque solar de Cala Saona.

Parque solar de Cala Saona. / Carmelo Convalia

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

¿Es posible una Formentera autónoma energéticamente, que no dependa de la conexión eléctrica balear y en la que, además, la producción sea totalmente renovable? Según Cristina Alcubilla Moreno, sí, aunque justo ahora, en 2024, saldría un poco caro. Alcubilla lo explica en ‘Evaluación de la autonomía energética de la isla de Formentera mediante la instalación de energías renovables con producción hidrógeno como almacenamiento’, su trabajo final de máster en Energías Renovables y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Madrid.

El objetivo de su estudio es evaluar la autonomía energética de Formentera «mediante la instalación de energías renovables con almacenamiento mediante producción de hidrógeno», así como analizar la viabilidad económica del proyecto. Contempla así la posibilidad de electrificar la isla por completo «sin combustibles fósiles» y evalúa, incluso, incorporar «el sector de la movilidad» cuando la práctica totalidad de los vehículos sean eléctricos: calcula que la demanda energética aumentaría en este caso nada menos que un 25%.

La propuesta «más viable», la más óptima desde el punto de vista económico para aislar energéticamente la isla, sería, concluye Alcubilla, «instalar un parque solar de 83,7 MW en la zona de Cala Saona (que ocuparía un 1,6% de la isla) y un parque eólico de 33 MW en la zona del Pilar de la Mola, que constaría de cinco aerogeneradores de 6,6 MW cada uno». Formentera tiene una superficie de 83,24 kilómetros cuadrados, de manera que la planta fotovoltaica ocuparía 1,3 kilómetros cuadrados, aproximadamente. La producción y almacenamiento de hidrógeno (anexa a al parque solar) ocuparía 0,2 kilómetros cuadrados. No obstante, apunta que «sería posible instalar hasta 20 MW de potencia fotovoltaica de autoconsumo en Formentera» (en tejados), lo que «reduciría las necesidades de espacio de la planta fotovoltaica».

El problema de la eólica

La autora del trabajo destaca, respecto a esa viabilidad, que «los resultados obtenidos indican que es necesario que el precio de la producción y almacenamiento de hidrógeno se reduzca un 80% respecto a los precios actuales para que sea competitivo económicamente con las baterías y con la situación actual de producción eléctrica». Ahora saldría muy caro, pero lo más probable es que esa tecnología se abarate con el paso de los años e incluso mejore su eficiencia.

En Formentera «hay un potencial de generación eólica importante, que permitiría abastecer hasta ocho veces su demanda»

Plantear un parque eólico en Formentera no deja de ser, en estos momentos, poco menos que una quimera. Primero, como la propia ingeniera señala, porque sólo hay uno en Balears, el de es Milà, en Menorca. En las Pitiusas no prosperaron, añade, los proyectos de energía eólica marina impulsados hace tres lustros «en unas zonas consideradas aptas para su instalación», por considerarse que se situaban sobre LIC (Lugar de Interés Comunitario). Segundo, porque son pocas las zonas de la isla donde está permitida su instalación. Además, actualmente, afirma en la tesis, «no se cuenta con solicitudes para la ejecución de proyectos de energía eólica» en Formentera: «Esto puede deberse a que las zonas con mayor recurso eólico están protegidas, por lo que no resulta interesante la instalación de grandes parques eólicos en lugares en los que aunque está medioambientalmente permitido, no hay suficiente recurso eólico».

Aun así, Alcubilla recuerda que en un estudio del Govern sobre ‘Energías Renovables y Eficiencia Energética en Balears’ se indica que en Formentera «hay un potencial de generación eólica importante, que permitiría abastecer hasta ocho veces su demanda».

Demasiado profundo

Alcubilla advierte de que hay una serie de factores que «juegan en contra de poder considerar la opción a corto o medio plazo de la energía eólica marina [tal como ya se hace en algunos países de la Europa del Norte], a pesar de tener un gran potencial en la zona sur de la isla». En primer lugar, que la plataforma continental en las zonas en las que hipotéticamente sería posible instalar los molinos «ofrece escasa disponibilidad de áreas con profundidades inferiores a los 30 metros y, aunque el límite tecnológico actual se pueda fijar en 50 metros, hay pocas experiencias de aerogeneradores a profundidades mayores de 30 metros». Si bien, la tecnología marina flotante «se encuentra todavía en gran parte en fase experimental», Alcubilla explica que conforme avancen las tecnologías de la eólica flotante «sería conveniente estudiar su viabilidad porque su uso sería interesante en la zona, al disponer de poco terreno» la isla.

En cuanto a la solar, ese mismo estudio del Govern balear asegura que en Formentera «hay un potencial de generación solar importante para cubrir varias veces la demanda energética de la isla». De hecho, si se cuantifican las áreas de la isla en las que se pueden instalar paneles fotovoltaicos «se podría cubrir un 3.526% del consumo de la isla».

El estudio de Alcubilla incluye las necesidades de agua de cada electrolizador, que producirían 1.674 toneladas de hidrógeno anuales, lo que requeriría «16.740 toneladas de agua anuales». La planta desaladora de Formentera puede producir 5.000 toneladas de agua al día. Necesitaría, además, «un sistema de purificación y acondicionamiento» para cubrir las necesidades de electrolisis del agua. ¿Difícil? Puede ser, pero no imposible.

Una «enorme dependencia» de la electricidad que llega de Ibiza

Actualmente, Formentera «sólo cuenta con una turbina de gas de 14 MW, que opera con gasoil, para producir energía eléctrica, así como con una pequeña estación solar de 2.1 MW», por lo que «no tiene capacidad para proporcionar de forma autónoma la energía necesaria en periodos punta durante el verano», advierte Cristina Alcubilla en su trabajo final de máster. La isla tiene, por tanto, «una enorme dependencia» de las líneas eléctricas que la conectan con Eivissa. 

Respecto al consumo, es muy estacional: «En el mes de abril, la demanda máxima se sitúa alrededor de los 7,5 MW a las 21.20 horas, mientras que en el mes de agosto puede alcanzar los 20,2 MW a la misma hora», explica la ingeniera. El mínimo diario «también sigue la misma tendencia»: alrededor de 3,5 MW sobre las 5.05 horas en abril y hasta 11,9 MW en agosto.

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