Ibiza ofrece crear la Biblioteca Estatal en el antiguo edificio de los juzgados

El alcalde asegura que no haría falta demoler el inmueble, sólo remodelarlo, y considera que es más adecuado que el solar de Cas Dominguets propuesto inicialmente porque tiene 2.000 m2 más. El secretario de Estado de Cultura avisa de que «empieza un largo proceso»

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

El alcalde de Ibiza, Rafael Triguero, ha ofrecido este martes al secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau, el antiguo (y abandonado) edificio de los Juzgados de Ibiza, en la calle Isidor Macabich, para que el Ministerio de Cultura cree allí la Biblioteca Estatal, reivindicada desde hace un cuarto de siglo y para la que desde el año 2008 ya se había escogido un terreno concreto, Cas Dominguets. Lo que llama la atención, además del repentino cambio de ubicación, es que no haría falta, según el alcalde, derribar el actual inmueble, sino que bastaría con remodelarlo.

«Hemos puesto a disposición del secretario de Estado del Ministerio de Cultura el antiguo edificio de los juzgados para que se cree allí la Biblioteca pública Estatal. Desde el Consistorio consideramos que esa es la ubicación más correcta para un servicio como ese, al estar situado en el centro de nuestra ciudad», ha explicado Triguero, que ha instado al secretario de Estado a que «se empiecen a realizar los estudios previos sobre la viabilidad de ese espacio y sobre la situación estructural de ese inmueble, de manera que se pueda empezar a conveniar la instalación de una biblioteca estatal en ese espacio».

Sobre la situación estructural del inmueble, el propio Triguero ha asegurado que es correcta: «Nuestros [del Consistorio] servicios técnicos nos han trasladado que el edificio se encuentra en perfectas condiciones». Triguero ha subrayado que necesitaría, eso sí, una remodelación, entre otras razones para que las plantas fueran diáfanas.

Además, ha afirmado que se ganaría espacio respecto al solar de sa Joveria: «Hemos constatado en los últimos meses que [la construcción posible en] Cas Dominguets tendría unos 7.000 metros cuadrados. La volumetría actual de las cinco plantas del antiguo edificio de los juzgados más el semisótano es de 9.000 metros cuadrados, de manera que a nivel técnico entendemos que podría tener espacio suficiente para albergar la biblioteca», unos 2.000 metros cuadrados más.

Otra razón expuesta por el alcalde para descartar Cas Dominguets es la necesidad de «facilitar que ese servicio esté en un lugar como el centro urbano; es lo más lógico, por cuestiones de transporte público y de facilidad de aparcamiento». Es, ha recalcado, «la ubicación perfecta para esa futura Biblioteca Pública Nacional y Archivos».

Petición sorpresa

El secretario de Estado no se esperaba esta petición, expuesta por el alcalde en una reunión celebrada en Can Botino tras visitar las obras del Museo Arqueológico y el Museo Puget, del que Martí no quiso perderse ni una sala de ese intrincado edificio: «Es la primera noticia. Era la sorpresa que me tenía preparada el alcalde. Lo primero que hay que hacer es enviar a técnicos para que comprueben si es viable o no un equipamiento de esas características en ese espacio, si los metros son suficientes o excesivos…».

Martí ha advertido de que este «es el inicio de un proceso largo», así que es posible que de aquí a que se haga realidad pasen tantos años como los que ya hemos esperado desde que el ministro de Cultura César Antonio Molina dijo, allá por agosto de 2008, que esperaba inaugurar la biblioteca en su legislatura. Y ya han pasado 15 años desde entonces: «En la reunión [en Can Botino] les dije que toda la prioridad y energía la pongo ahora en impulsar [la reapertura d]el Museo Arqueológico y que no se demore; mientras, que los técnicos trabajen para que digan si ese edificio es posible para la biblioteca así estudiarlo en el futuro», avisó el secretario de Estado. Va pues para largo, mucho.

Cuando se le ha recordado al ministro que la isla lleva lustros esperando esa infraestructura cultural, ha señalado que se han encontrado en muchos lugares de España con situaciones parecidas: «En un país diverso culturalmente, con un patrimonio tan espectacular, es lógico que haya muchos proyectos e iniciativas pendientes o en el cajón. De lo que se trata es de permitirles que vayan pasando fases. Hay que estudiar si esta oferta tiene visos de poder ser viable. No lo sé. No he podido ni visitar el espacio».

La consellera insular de Cultura, Sara Ramón, presente en el encuentro, ha insistido en que se trata de «una demanda histórica, muy necesaria por muchas razones, pero también por equilibrio territorial, ya que tanto Palma como Maó ya tienen una Biblioteca Estatal». A su juicio, «esa ubicación dentro de la ciudad es muy positiva». Pero también dio otra pista de por qué ve tan bien el cambio de ubicación: «Y libera aquel espacio cedido hace años por la institución insular».

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