Viernes Santo en Ibiza: Fervor en el Puig de Missa

El fuerte viento y la amenaza de lluvia reducen a 500 los participantes en la procesión, frente a los 800 previstos

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Los nazarenos van alzando la vista preocupados, pero en este caso solo por cuestiones meteorológicas. Se está levantando un viento cada vez más fuerte y el cielo rojizo amenaza con una lluvia de barro. Afortunadamente, pese a que muchos de ellos ya empiezan a temerse que el mal tiempo les traerá problemas, la procesión del Santo Entierroen Santa Eulària acabará discurriendo con toda normalidad desde el Puig de Missa hasta el centro del pueblo.

A las seis de la tarde, un centenar de personas sigue dentro del templo la celebración de la Pasión del Señor, presidida por el párroco de la localidad, Josep Lluís Moyá. Junto a la entrada, se encuentran las tallas del Cristo atado a la columna, el Cristo Yacente, la Virgen de los Dolores y el Cristo Nazareno.

Las otras dos imágenes que participan en la procesión, Santa Marta y el Cristo de la Oración, aguardan en una carpa que se ha instalado junto a la entrada del cementerio viejo.

En el porche de la iglesia destaca un grupo de jóvenes nazarenos: Vicent Serra, de la cofradía del Cristo de la Oración, junto con Dani Roig-Francolí, Sergí Planells y Gerardo Bautista, estos tres últimos pertenecientes a la cofradía del Cristo Nazareno.

"Me sorprendió que aquí hay mucha devoción por el Viernes Santo y ayuda mucho a fer poble"

Bautista, de 17 años, se estrena este año como cofrade en el Viernes Santo. Ya había participado anteriormente en la procesión del Viernes de Dolores con la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, aunque esta agrupación no participa en el Santo Entierro.

Para Serra, de Sant Joan, esta será su tercera salida procesional desde el Puig de Missa, una devoción a la que le animó su mujer, vecina del pueblo y también cofrade. "Me sorprendió que aquí hay mucha devoción por el Viernes Santo y ayuda mucho a fer poble", recuerda.

Devoción heredada

Roig-Francolí se ríe cuando se le pregunta cuándo ingresó en su cofradía. Busca una fotografía archivada en su móvil y la muestra orgulloso. Sale en brazos de su madre, Mari Carmen Martínez, el día de su bautizo, posando frente a la talla del Cristo Nazareno.

Veinticinco años después, Roig-Francolí es el segundo hermano mayor de esta cofradía, de la que su madre fue una de las fundadoras. Aunque queda hora y media para la salida de la procesión, se esmera en finalizar los preparativos del paso. "Me gusta que todo esté listo con antelación, para que no haya retrasos", comenta.

Serra le ayuda, aunque sean de cofradías distintas. "Todos nos ayudamos mútuamente", destacan. De hecho, todas las hermandades que salen en procesión el Viernes Santo están unificadas dentro de la Asociación Cultural Puig de Missa.

Este año, como principal novedad de la Semana Santa en Santa Eulària, la cofradía del Cristo Nazareno estrenó la Procesión del Silencio en el Lunes Santo. Roig-Francolí confía en que estas iniciativas se vayan ampliando y que, tal y como sucede en Vila desde los últimos años, todas las agrupaciones de Santa Eulària organicen su Estación de Penitencia propia para que todos los días de Semana Santa se celebre una salida procesional.

Poco a poco van llegando más nazarenos al Puig de Missa, mientras algunos vecinos van tomando las posiciones más privilegiadas para contemplar los pasos. En el porche ya se han concentrado un buen número de manolas. Dos de ellas ayudan a Josefina Saiz a colocarse su mantilla. Le tiene mucho cariño, ya que la estrenó su bisabuela, en Cuenca, y fue legándose de madres y fue pasando por su abuela, su madre y su hermana.

A las ocho menos veinte, la plaza de la iglesia está atestada de gente, con las seis tallas ya dispuestas sobre sus plataformas con ruedas. El presidente de la Asociación Cultural Puig de Missa y de la Cofradía del Cristo Nazareno, José Guasch, supervisa los últimos preparativos. "Estaba previsto que, con las bandas de música, los romanos y los pastorcillos, llegaríamos a ser unas 800 personas, pero muchos se han quedado en casa por el mal tiempo", comenta. Finalmente, saldrán en precesión alrededor de medio millar.

Los cofrades del Cristo Nazareno se quedarán en su sede en la capilla de Lourdes

Unos cinco minutos después de las ocho de la tarde, se escucha el primer redoble de tambores y trompetas. Los romanos que encabezan la procesión emprenden la marcha, seguidos de los niños pastorcillos, la Agrupación Musical Esencia y las cofradías de Santa Marta, el Cristo Atado a la Columna, el Cristo Nazareno, el Cristo de la Oración, el Cristo Yacente y la Virgen de la Dolorosa, acompañada por un grupo de manolas.

En la procesión también participan la Banda Municipal de Santa Eulària y, como invitados, la Sociedad Musical del Barrio de Malilla de Valencia.

Como ya es habitual, toda la comitiva baja por la colina del Puig de Missa y continúa por las calles del Sol y Sant Jaume para regresar desde la calle Sant Vicent al Puig de Missa, aunque los cofrades del Cristo Nazareno se quedarán en su sede en la capilla de Lourdes. Finalmente, la lluvia no hace acto de presencia, aunque el molesto viento se ha notado durante buena parte del recorrido.

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