Sant Antoni

Premi 8M de las Dones Progressistes de Ibiza: Sentido tributo a Nora Albert, un espíritu «curioso y libre a ultranza»

Laia Moretó, una de las hijas de Helena Alvarado, recoge el Premi 8M otorgado a título póstumo a la poeta por la Associació de Dones Progressistes d'Eivissa en un emotivo acto celebrado en el Far de ses Coves Blanques

Maite Alvite

Maite Alvite

A Helena Alvarado i Esteve, a la que tanto le gustaba celebrar la vida, a buen seguro le hubiera hecho feliz el emotivo homenaje que le brindaron ayer, junto a amistades y familia, sus queridas compañeras de la Associació de Dones Progressistes d’Eivissa, que la reconocieron, a título póstumo, con el Premi 8M.

El galardón, que recogió una de sus hijas, Laia Moretó Alvarado, se lo habían ofrecido en vida en un par de ocasiones. Las dos veces lo rechazó por considerar que todavía le quedaba mucha trayectoria para hacerse merecedora de este reconocimiento. «Aunque nuestro reglamento interno establece que este premio solo se puede conceder a mujeres vivas, hemos decidido hacer una excepción porque se lo debíamos, era socia nuestra y colaboró mucho con nosotras en distintas ediciones», recordó antes de empezar el acto la presidenta de la entidad, Dessiré Ruiz Mostazo.

Además de ser el de ayer el primer Premi 8M que se concede a título póstumo, la Associació de Dones Progressistes d’Eivissa hizo otra excepción cambiando el formato habitual del acto de entrega y celebrándolo en el Far de ses Coves Blanques, en Sant Antoni, en el municipio donde residió la poeta, traductora y ensayista, conocida por su pseudónimo literario, Nora Albert.

Sentido tributo a un espíritu «curioso y libre a ultranza»   |

La hija pequeña de Helena Alvarado, Laia Moretó, conversa con dos asistentes al evento. / Vicent Marí

«Es una honor para nuestra asociación tener una premiada de la categoría de Helena Alvarado», subrayó Ruiz en su parlamento, tras agradecer la presencia en el evento de representantes de los ayuntamientos de Sant Antoni, Sant Josep y Santa Eulària y de la diputada socialista Milena Herrera.

A continuación, habló Montse Roset, una amiga personal de Alvarado, que viajó expresamente a Ibiza desde Barcelona para participar en el acto. Conoció a la escritora en 1973 en la Ciudad Condal y mantuvo la amistad estos cincuenta años. De ella, dijo, siempre admiró, en lo profesional, «su capacidad de emprender proyectos e implicarse en ellos a fondo», y en lo personal, «su alegría de vivir, además de su calidez y su generosidad».

Acompañando la intervención con fotografías de la protagonista y de su familia, Roset repasó la biografía de la autora catalana, nacida en 1948 en Lleida, empezando por su infancia. Aportó algunos datos para muchos desconocidos, como que en su casa se comunicaba con sus padres con el lenguaje de signos porque ambos progenitores, a causa de una enfermedad, habían perdido de pequeños la capacidad auditiva. Ese hecho, señaló, explica la expresividad y la capacidad de transmitir con sus gestos que tenía Alvarado. De su amiga contó muchos otros detalles, como que a los catorce años abandonó temporalmente sus estudios de Bachillerato y se puso a trabajar para colaborar en el mantenimiento de la familia. También se refirió a su mudanza, al casarse, de Lleida a Barcelona en 1970, «una etapa en la que tuvo a sus dos hijas, Elisabet y Laia, y en la que aprovechó que no trabajaba para terminar el Bachillerato y empezar la carrera de Filología». Que Alvarado fue, sin duda, «una buena alumna» lo ilustró contando una anécdota: «Lo primero que hacía Helena al empezar una asignatura era leer toda la bibliografía recomendada por los profesores».

La faceta feminista

Una foto en color de la escritora en una manifestación sirvió a Roset para hablar de cómo cambió su visión del mundo el estallido del movimiento feminista en Barcelona, con las Jornades Catalanes de la Dona, celebradas en mayo de 1976. Ese hecho y su estancia de un año en Sheffield, donde fue lectora de Literatura Comparada en la universidad, marcaron su trayectoria profesional. A partir de ahí, empezó su trayectoria de crítica literaria, que inauguró con la autora Caterina Albert, que firmaba con el pseudónimo de Víctor Català. «Helena se encargó de la selección de los textos y del prólogo de ‘La infanticida i altres contes’, que fue uno de los primeros libros que publicó LaSal Edicions de les dones, la primera editorial feminista que se creó en España», explicó Roset. También recordó que el pseudónimo literario que escogió Alvarado es un homenaje a Caterina Albert y a Nora, protagonista de la obra de teatro ‘Casa de muñecas’, de Henrik Ibsen.

Además, habló de la pasión de la poeta y traductora por viajar, lo que le llevó a convertirse en guía turística en época estival y a recorrer Europa.

Sentido tributo a un espíritu «curioso y libre a ultranza»

Eva Tur, Àngels Martínez y Montse Roset, que ofreció algunos datos biográficos de la poeta, traductora y ensayista catalana nacida en Lleida en 1948. / Vicent Marí

Novelista antes de poeta

Uno de los lugares de los que se enamoró fue Escocia, de hecho, fue la fuente de inspiración para una novela que nunca llegó a publicar. «Helena no empezó como poeta sino como novelista», explicó Roset, antes de mencionar una segunda novela, ‘Un silenci daurat’, que tampoco vio la luz.

Tanto Escocia como Italia, con la que la poeta catalana mantuvo estrechos vínculos a lo largo de su carrera, la fascinaron , pero «su lugar favorito» siempre fue Ibiza. Lo suyo con la isla fue amor a primera vista. Antes de establecer su residencia en Punta Galera, Alvarado pasó los veranos en Corona y desde allí, en julio de 1993, le escribió a Roset una carta, de la que ayer leyó un pequeño fragmento para cerrar su intervención.

La poeta ibicenca Eva Tur, «heredera de legado cultural y poético de Nora Albert», tomó el relevo a Roset para ofrecer unas breves pinceladas de su faceta como poeta, que arrancó «cuando ya tenía más de 40 años» con el poemario ‘Mots i brases’, reconocido con el Premi Lambda. También citó otras obras, como ‘Punta Galera’, ilustrada con las fotografías de su hija, la artista Laia Moretó; y su último trabajo poético, ‘Arbrar’, dentro del libro de poesía ‘Baix continu’, escrito conjuntamente con Susanna Rafart y Carla Fajardo.

«Echo de menos hablar con ella de poesía y vida», reconoció emocionada Tur. Lo dijo antes de resaltar la faceta como «gestora y dinamizadora cultural» de Alvarado. Asimismo, resaltó «su generosidad para dar espacio a las nuevas voces poéticas» y la definió como «un espíritu curioso y libre a ultranza», tomando prestadas las palabras de otra amiga de la poeta catalana, María José Sánchez Cascado.

«Una artista de la cabeza a los pies». Así describió la actriz Àngels Martínez a Helena Alvarado, de la que alabó, además, «su vitalidad, su humanidad y su capacidad para empoderar y dar voz a las mujeres». Después leyó uno de sus poemas, del libro ‘Tentacles de cel’.

De la pasión e implicación de la autora catalana habló también otra amiga, Amelia Torres Roig, que en nombre de la Associació de Dones Progressistes d’Eivissa entregó el Premi 8M a la hija pequeña de Alvarado. Laia Moretó recogió el galardón con lágrimas en los ojos mientras expresaba su profundo agradecimiento, en nombre de ella y de su hermana, Elisabet, por este reconocimiento.

El acto, en el que también estaba prevista la intervención de Àngels Escandell, que no pudo acudir por estar indispuesta, concluyó con un aperitivo ofrecido por Apfem Aktúa y sufragado por el Ayuntamiento de Sant Antoni.

La artista Pilar Garzón, junto al guitarrista Manolo Díaz y la percusionista y cantante Amparo Muñoz Navarro Morena, se encargaron de poner la nota musical a este entrañable homenaje a «la mejor poeta de Ibiza», en palabras de Eva Tur.

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