Fiestas de Santa Eulària

La Feria artesanal del Puig de Missa: Una cita obligada en Ibiza para los amantes de la tradición

El Puig de Missa se llena de vida con la Feria Artesanal, un escaparate al aire libre de postal para mostrar al gran público la artesanía pitiusa y la labor que se hace para que no se pierdan antiguos oficios

Feria de Artesanía del Puig de Missa

Maite Alvite

Maite Alvite

Maite Alvite

Despacito, caminando con la ayuda de un bastón, Maria Roig Escandell, sube la cuesta del Carreró de Can Fluixà. Ascender a pie la colina del Puig de Missa de Santa Eulària supone un esfuerzo para esta ibicenca de Sant Miquel casi octogeneria, pero no se quiere perder la Feria Artesanal, una cita que cada año, dice, le gusta más. Se detiene para recuperar el aliento y curiosear en el primer puesto que encuentra, el de Antonia Ruiz Montoya, que tiene desde mantones hasta cestos de esparto y de mimbre. La miquelera se queda embelesada observando cómo trabaja esta almeriense, que lleva más de una década en la Associació Cultural El Retorn d’Eivissa i Formentera. «Hace muchos años que no veía hacer encaje de bolillos», le comenta a la artesana, que está haciendo «un pañuelo de novia» para su nieta Samara.

Apoyada en una muleta, sube también por el callejón del Puig de Missa Margarita Cardona y su marido, José Escandell, ambos amantes de la artesanía popular. El matrimonio de Puig d’en Valls hace una parada porque a ella le ha llamado la atención un tenderete lleno de objetos de crochet. «Es que yo también hago ganchillo», explica a la autora y responsable del estand, Carla Bocca.

Es la primera vez que esta italiana residente en Ibiza participa en la feria del Puig de Missa. Lleva desde 2018 en la Asociación Artesanal de Portmany, que cuenta con más puestos en el Carreró de Can Fluixà.

Por allí pasa poco después de las once de la mañana Jordi Siguan con un único objetivo, comprar «un senalló de cuiner» para su sobrina. Tiene claro a qué puesto quiere dirigirse, aunque capazos hay muchos en la feria, como los de los Artesans de l’Horta, que tienen cinco estands en el Puig de Missa. En uno de ellos está Nuria Costa, mostrando a los visitantes cómo se hacen las suelas de las espardenyes. «Con nuestra presencia aquí queremos promover y preservar la artesanía ibicenca», explica.

En términos muy parecidos se expresa Cata Prats, presidenta de la Associació Cultural Colla Sa Bodega, que cuenta con un espacio bajo el porche de la iglesia de Santa Eulària. «Para nosotros la Feria Artesanal del Puig de Missa es un escaparate en el que mostrar todo lo que sabemos hacer», afirma señalando el puesto en el que se encuentra Maria Torres Orvay, «artesana honorífica de Sa Bodega, que es capaz de confeccionar toda la indumentaria tradicional ibicenca de hombre y mujer, de la cabeza a los pies».

Pasearse por la feria del Puig de Missa es, de alguna manera, viajar al pasado para observar labores tradicionales como la de hilar la lana o encordar una silla. «Eventos como éste nos permiten dar a conocer oficios que se están perdiendo», apunta Francisco Vidallet, un ebanista con 33 años de experiencia que vende «cajas payesas que tradicionalmente se empleaban para guardar las emprendades». Su puesto se encuentra en la plaza de Lepanto, en el mismo lugar donde a mediodía la colla Es Broll organiza una ballada popular y donde tiene su tenderete la Cooperativa Agrícola de Santa Eulària.

Entre pintores y artesanos

No todo es artesanía tradicional en la feria. Por ejemplo, Mercedes Ramón ha montado un puesto de fofuchas de goma eva, unas muñecas elaboradas a mano originarias de Brasil, que ella ha aprendido a hacer con tutoriales de YouTube.

Puesto de fofuchas de Mercedes Ramón.

Puesto de fofuchas de Mercedes Ramón. / M.A.

Maria Ferrer, que participa por primera vez en esta tradicional cita de las fiestas patronales de Santa Eulària, ofrece en su puesto dibujos a tinta china y acuarelas de hombres y mujeres ataviados con el traje tradicional ibicenco. Además, tiene imanes con estos mismos motivos y dibujos para colorear, que llama «mandalas payeses». La joven, que estudió Bellas Artes, hace doblete en la feria. También va a participar en el Concurso Puig de Missa de Pintura Rápida.

Al certamen se ha apuntado la artista Matilde Hernández, que ha situado su caballete a los pies de la escalera que sube hasta la iglesia . «Hasta el año pasado, que fue la primera vez que me inscribí en el concurso, nunca había pintado al aire libre», asegura.

Además de contemplar los cuadros de los concursantes y de pasear por los estands de la feria, el público se entretiene viendo los vehículos del Club de Coches Clásicos de Ibiza y Formentera y del Club de la Moto Clàssica d’Eivissa i Formentera. No es la única atracción, también está la muestra de cans eivissencs y el tir amb bassetja.

El Puig de Missa cuenta con otro reclamo, los puestos de productos gastronómicos, como el que regenta Margarita Mariano, de Pollença, que ofrece quesos y embutidos de Vic y Balears. Esta comerciante mallorquina lleva más de una década asistiendo a la feria artesanal de Santa Eulària y asegura que éste es uno de los años en los que ha visto más público.

Concurso de 'vi pagès'

Bartolo Clapés Clapés, de Can Curreu, fue el ganador del concurso de 'vi pagès', organizado por la Cooperativa Agrícola de Santa Eulària con la colaboración del Ayuntamiento y de Enotecum. En segundo puesto quedó Juan Torres Planells, de Can Rafal de Dalt; en tercero, Pedro Marí Marí, de Con Correu; y en cuarto lugar, Antonio Juan Tur, de Can Monserrat. Este año se presentaron once productores, menos que otros años por el problema generado en las viñas por las torcaces, que han reducido la producción. Todos los ganadores fueron vinos tintos.

 

Suscríbete para seguir leyendo