Día de Navidad en Ibiza: Regalos de Papá Noel en la arena

Familias, grupos de amigos y parejas pasan el día de Navidad en la playa y aprovechan para practicar deporte, estrenar los presentes que los más pequeños han abierto esa misma mañana o relajarse ahora que la isla no está abarrotada

Día de Navidad. Las playas de ses Salines y Talamanca son sólo dos ejemplos de los puntos de la costa ibicenca que ayer, día de Navidad, acogieron a decenas y decenas de personas (amigos, familias, parejas) que optaron por practicar deporte, disfrutar de la ausencia de la saturación típica del verano, leer o estrenar los juguetes de Papá Noel en la arena. También era fácil ver grupos de turistas o de familiares de residentes que viven en la península.

Cada año son muchos los ibicencos y turistas que deciden pasar el día de Navidad en la playa, ya sea para dar un paseo, tomar el sol, hacer deporte o, para los más valientes, darse uno de los últimos chapuzones del año. También hay padres que juegan con sus hijos en la arena con los regalos de Papá Noel recién estrenados. Es el caso del pequeño Paco Romero, que en la mañana de este lunes juega en la arena de Talamanca con el avión que le han traído desde Laponia este año. Y lo hace estrenando la equipación del Real Madrid, otro regalo que enseña orgulloso.

Selfi navideño este lunes en ses Salines.

Selfi navideño este lunes en ses Salines. / Marcelo Sastre

Los hermanos Gregorio y Natalia Cañellas. | T.ESCANDELL

Paco y Eva Romero. / T.ESCANDELL

Su madre, Eva Romero, explica que vienen siempre a esta playa y que tienen casa a dos minutos. «Después, al mediodía, iremos a comer canalones a casa de nuestra tía. Nosotros lo celebramos todo, el 24, el 25 y el 26». Y es que cualquier excusa es buena para juntarse: «Somos una familia que se reúne siempre, para todo. Para cumpleaños y para aniversarios de lo que sea. Nos gustan mucho las fiestas». Eva de momento sólo ha metido en el agua los pies: «No está como siempre, pero sigue estando bastante fría. Si no fuese por el frío que pasas cuando sales... Y el mar está muy limpio».

Chechu Sánchez, M. Eugenia Abrate y José Planells. | T.ESCANDELL

Chechu Sánchez, M. Eugenia Abrate y José Planells. / T.ESCANDELL

Sobre las diez de la mañana comienzan a llegar a cuentagotas pequeños grupos a la playa de ses Salines. Es el caso de Chechu Sánchez, José Planells y María Eugenia Abrate, que residen en Puig d’en Valls y habitualmente vienen a este punto de la costa para correr y, al terminar, refrescarse en el mar. Da igual en qué mes del año. Es incluso mejor ahora. Impera la calma y no hay que buscar una parcela de arena libre en la que extender la toalla.

Loreto Silva con Maya y Lola. | T.ESCANDELL

Carlos Rosales, Auxiliadora Ruiz y Cristhofer Rosales. / T.ESCANDELL

«Ibiza está tendiendo a ser una isla de mucho deporte y en distintas zonas hay gente que se junta para correr. No es un deporte fácil, así que en grupo siempre se hace mucho más ameno», explica Abrate poco después de salir del mar tras un buen tute de footing junto con tres amigos. En realidad -señala- es una excusa para verse las caras. «Después viene el bocata, el café con leche y contemplar esto [mira a su alrededor, al principio de la playa], que realmente es el mejor regalo de Navidad que podemos tener», a pesar de que sea «un plan muy simple». «El agua está buenísima. En invierno toca baño rápido», añade esta argentina afincada en Ibiza desde hace cinco años.

Carlos Rosales, Auxiliadora Ruiz y Cristhofer.  | T.ESCANDELL

Loreto Silva con Maya y Lola. / T.ESCANDELL

Planells confirma que son asiduos a esta playa: «Venimos a correr por aquí todo el año. Con este suelo se corre muy bien, es plano y luego puedes darte un baño. Quedamos cada domingo o en festivo. En verano venimos muy poco».

Blanca Sánchez (centro), su madre y su hermano. | T.ESCANDELL

Blanca Sánchez (centro) con su madre y su hermano. / T.ESCANDELL

Blanca Sánchez, de Murcia, apenas lleva dos meses viviendo en la isla, donde trabaja en el sector sanitario. Este lunes por la mañana pasea por esta playa poco antes de que su hermano y su madre, que han venido a visitarla, se vayan al aeropuerto para volar de vuelta a su tierra, después de haber pasado la Nochebuena juntos. «Yo me quedo trabajando esta semana y para Año Nuevo volveré a casa», explica Sánchez, quien celebra que, a diferencia de en anteriores visitas familiares, ahora no hay temporal en la isla: «Otras veces ha venido mi madre y hacía muchísimo viento. Ayer [el domingo] tocó aperitivo por el centro y también estuvimos muy a gusto». En este sentido, Sánchez señala que está conociendo «la Ibiza invernal, la de fuera de temporada», y que está «encantada» aquí.

Por su parte, María Elena Rodríguez y Juan Prats caminan por la arena con su hija, Ana, y harán, como de costumbre, un buen recorrido. Hasta llegar a la Torre de ses Portes. Han venido bien preparados, portando bastones de caminata. «Somos de Sant Jordi y venimos siempre. Esta playa nos queda cerca y nos gusta en invierno. Aquí se puede andar mucho, es muy larga», valoran, justo antes de seguir con su ruta. Al mediodía de este lunes comerán en familia y también querían aprovechar bien la mañana. Así como una pareja de catalanes que viven cerca de esta emblemática playa: «En invierno también viene bastante gente a pasear por aquí, sobre todo los domingos», apuntan. En su caso, celebran principalmente el día de Navidad y San Esteve, aunque anteayer pasaron la Nochebuena con conocidos de la isla.

José e Isabel no tienen un plan predeterminado para este lunes, sino que irán decidiendo «sobre la marcha». «Vivimos cerca y venimos por aquí más ahora. En verano es imposible», apuntan, en línea con otros entrevistados para este reportaje.

El espíritu navideño

Auxiliadora Ruiz (madre) y Carlos y Cristhofer Rosales (padre e hijo) son de Venezuela y llevan pocos años en la isla. Celebran que Ibiza, como su tierra natal, sea un lugar de playa. Pasean por Talamanca con su cachorro Morgana, de tan sólo cuatro meses. «El clima es más suave que en verano y se nota ese espíritu navideño tan bonito», expresa Ruiz. El domingo, mientras celebraban la Nochebuena, hicieron videollamada con otros familiares. «Nuestra cultura navideña está muy arraigada. Hacemos todo en grupo, en familia. Todos hacemos la cena de Navidad y pensamos en cómo adornar, por ejemplo. El 24 toca cena en familia y el 25, en cambio, salimos con nuestro perro y compartimos con otras personas, vecinos, amigos... Ambos días son especiales a su manera», añade Ruiz.

Los hermanos Gregorio y Natalia Cañellas.

Los hermanos Gregorio y Natalia Cañellas. / T.ESCANDELL.

Eva Petit y Martí Palau han venido a Talamanca con su hija Martina para luego ir a tomar algo y finalmente disfrutar de la comida familiar. Conservan la tradición local: «Nosotros le damos importancia sobre todo a los días 25 y 26. En casa, San Esteve se celebra mucho, es el día en el que nos juntaremos más personas, porque vienen unos primos. Los dos días comemos en familia», explica Petit.

Muchos optan por pasear por la playa o practicar deporte cerca del mar antes de ir a las comidas familiares

También en Talamanca, Loreto Silva (pasea con sus perras Maya y Lola), vecina del barrio, expresa que «preferiría que la temperatura se ajustase más a la fecha del año»: «Los días de mucho calor, de sol fuerte, no me sientan bien. Y ayer [el domingo] me habría quedado en manga corta». En este sentido, alerta de que este verano «ya no ha sido posible sentarse en la zona de las casetas» varadero, delante de las mismas, donde algunos bañistas normalmente toman el sol, precisamente por la subida del nivel del mar. «Esto ya es algo muy visible delante de las casetas de esta playa. Se nota bastante. Ahora, como van dejando la posidonia, el espacio de la arena va recuperándose, pero si no [la playa] estaría comida».

Finalmente, otra familia ha llegado a Talamanca sobre las diez para preparar las tablas de paddle y practicar un poco de deporte. «Queríamos disfrutar el día, así que estaremos por aquí un buen rato para aprovechar hasta las cinco. En vez de comida, haremos cena familiar», señala Natalia Cañellas, que es de la isla pero que actualmente vive en Madrid y pasa estas fechas en Ibiza, donde residen su madre y su hermano Gregorio. Él es de las pocas personas de la playa que está con el bañador puesto. En el momento de esta entrevista, la hija de Natalia ya se ha adentrado en el mar sobre su tabla, y su hijo tampoco tardará en hacerlo.

«Nos encanta Ibiza en Navidad, muchos más que en julio y agosto», concluye Natalia Cañellas. En algunas terrazas ya se han colocado los cartelitos de ‘reservado’ en las mesas, que poco a poco van llenándose para disfrutar de la comida de Navidad.

Algunos aprovecharon el día de Navidad para jugar en la playa de Talamanca y otras.

Algunos aprovecharon el día de Navidad para jugar en la playa de Talamanca y otras. / Marcelo Sastre

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