Ibiza y Formentera despiden a Antoni Marí Calbet, «presidente de presidentes», en su casa del Consell

Políticos, amigos y ciudadanos desfilan por la capilla ardiente situada en la sede de la institución insular para rendir un homenaje al presidente que más tiempo ha ocupado el cargo y dar el pésame a su familia

Poco más de 22 años después, la sala de actos de la sede del Consell de Ibiza se convirtió de nuevo en una capilla ardiente para despedir al segundo presidente de la máxima institución insular, también de Formentera, y médico, Antoni Marí Calbet, el que durante más tiempo, 12 años, ha ocupado el cargo. Primero fue Cosme Vidal, y ayer Marí Calbet, fallecido el jueves a los 91 años, que recibió un emocionado homenaje de la clase política y ciudadanos de Ibiza y Formentera en su propia casa, la sede cuya construcción impulsó y por la que, según recordaba su médico, Enrique Garcerán, que destacó su «visión de futuro», fue «muy criticado».

Por el «faraónico» edificio, que ya hace un tiempo que se ha quedado pequeño, desfilaron a lo largo de la mañana muchas personas para dar el pésame a sus cuatro hijos: Beatriz, José, Alicia y Daniel, así como a sus nietos y demás familia, que, con la pérdida de Marí Calbet, sufren este año otro golpe irreparable tras el fallecimiento de su esposa, Marysse Renneson, y su hija Virginia.

Una fotografía de Marí Calbet en el mar, con su característico pitillo en los labios, ataviado con un gorro y un chubasquero náutico y con la mirada firme en el horizonte, probablemente hacia es Freus o la isla de s’Espalmador, por la que tanta devoción tenía, presidía junto al féretro, semicubierto por una bandera de Ibiza, la capilla ardiente. Fuera, en la entrada del Consell se colocó, junto al retrato de su figura de la galería de expresidentes, el libro de firmas donde políticos, amigos y ciudadanos le dedicaron sus últimas palabras de cariño y admiración.

No estuvo la presidenta del Govern balear, Marga Prohens. En su lugar, el vicepresidente del Govern, el ibicenco Antoni Costa, recordó precisamente la huella que deja Marí Calbet: «Siempre puso su carácter ibicenco ante Mallorca y ante quien hiciera falta». «Nos ha dejado el presidente de los presidentes», lamentó.

Los miembros de la Corporación del Consell, con Vicent Marí a la cabeza, fueron los primeros en desfilar por los pasillos de la sala de plenos, repleta de las coronas de flores que no dejaron de llegar a lo largo de toda la mañana. «Despedimos a un gran hombre, a un gran ibicenco, a un luchador nato que siempre defendió a los ibicencos y se hizo respetar», dijo el presidente. También pasaron por la capilla ardiente el resto de expresidentes, entre ellos dos de la izquierda, Pilar Costa y Vicent Torres. Costa recordó que su relación con Marí Calbet, pese a «las profundas diferencias ideológicas», fue «excelente». «La persona del PP con la que he tenido una mejor relación», destacó, al tiempo que señaló que, «en la intimidad», Marí Calbet le ayudó en los primeros compases de su gobierno, el primero de la izquierda y el que puso fin a su larga etapa en el Consell.

Marí Calbet reñía a los suyos

De hecho, Marí Calbet, según Costa, fue el que «mejor llevó el duro golpe» que supuso para el PP la pérdida del gobierno. «A veces incluso reñía a los suyos para que, por el bien de la institución, no hicieran según qué cosas». Otro referente de la izquierda, la exconsellera Fanny Tur, también admitió ayer que Marí Calbet «supo plantarse en Mallorca en defensa de Ibiza por encima de los intereses de su partido». «No todos lo han hecho y tengo que reconocerlo», recalcó.

Precisamente, Pere Palau, que tomó el relevo de Marí Calbet en el PP, recordó uno de los plantes de Marí Calbet a su partido, para desesperación del entonces presidente del Govern Gabriel Cañellas, en el Parlament balear, cuando se legislaba en contra de los intereses de Ibiza. «Si algo no le gustaba, Toni lo decía a la cara», resaltó.

El también expresidente del PP Vicent Serra destacó que Marí Calbet no sólo le introdujo en la política sino que le escogió a él para sustituirle como conseller insular de Salud. «Era una persona extraordinaria. Es una gran pérdida para Ibiza y el final de una forma de hacer política», subrayó.

El presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, pasó también por la capilla ardiente. Pese a apenas conocerlo personalmente, Córdoba recalcó que era «una persona muy querida en Formentera por todo lo que hizo. Nos ayudó mucho», dijo, para revelar acto seguido un vínculo personal imborrable: «Fue la persona que me trajo al mundo, como a media Ibiza, en un parto complicadito con cesárea». «Hemos tomado las medidas de duelo que podemos pero pensamos que se quedan cortas y no son suficientes por todo lo que le tenemos que agradecerle en Formentera», resaltó.

Emocionado, el alcalde de Vila, Rafael Triguero, también recordó que fue Marí Calbet el que asistió en el parto a su madre. «Ibiza está donde está por don Antonio. Y el amor que le ha dado a esta isla será un referente para todos», resaltó. También lamentó «el año tan duro» que ha ha vivido la familia.

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