Riesgo por la insensatez de algunos

La irresponsabilidad de quien decide deshacerse de los residuos peligrosos en cualquier contenedor pone en peligro a los operadores de Ca na Putxa, que manipulan los materiales que se someten a altas temperaturas y presión hasta llegar al vertedero

Los bomberos lanzaban espuma para sofocar un incendio en el foso.

Los bomberos lanzaban espuma para sofocar un incendio en el foso. / B.R. eivissa

En junio del 2021 se registró un incendio en el vertedero de Ca na Putxa, en Ibiza. Semanas después, en julio del mismo año, otro. Se produjeron por la explosión de bengalas náuticas caducadas y que no habían sido activadas, según informó en su momento el que fuera conseller de Gestión Ambiental, Vicent Roig, ahora alcalde de Sant Josep. El pasado mes de octubre, un camión de recogida de basura tuvo que vaciar su carga en plena calle de Vila porque ésta estaba ardiendo.

Vista de archivo de la planta de tratamiento ubicada en Ca na Putxa. | J.A. RIERA

Vista de archivo de la planta de tratamiento ubicada en Ca na Putxa. | J.A. RIERA / B.R. eivissa

El pasado domingo, 11 de noviembre, las instalaciones de Ca na Putxa registraron un nuevo incidente. Un conato de incendio en el foso, justo después de que el camión de residuos vaciara al carga en dicho lugar.

La causa de todos estos incidentes es la misma: la irresponsabilidad de los ciudadanos que tiran los residuos sin seguir las normas básicas.

La técnica de Medio Ambiente del Consell de Ibiza, Montse Ruiz, señala que el último incidente, registrado este mismo mes, se debió a algún residuo impropio «que debía estar latente ya en el camión y al coger aire, entró en combustión», según se pudo observar en la cámaras ubicadas en la planta de Ca na Putxa.

Peligros laborales

Para Ruiz, ya no se trata de que al ciudadano le falte información relacionada con el reciclaje o el depósito de residuos peligrosos. Se trata de conciencia y de voluntad por parte de la ciudadanía. «Aquellos que tiran según qué no son conscientes de que detrás hay gente que está afrontando unos riesgos laborales brutales por culpa de estas prácticas», señala.

Y es que, según relata, hay muchos residuos que son «peligrosos» y más cuando se lanzan al contenedor sin tener en cuenta los procesos por los que tienen que pasar.

«El contenedor se vuelca en el camión de recogida, que lo prensa todo y se somete a mucha presión. En un punto o en otro, esos residuos peligrosos pueden acabar reventando», matiza.

Y así sucedió con un extintor lanzado de cualquier manera que, en un momento dato y ya en la planta del vertedero, salió disparado y reventó el techo con el peligro que eso comporta para los trabajadores de la misma planta de Ca na Putxa.

Y no solo son bengalas o extintores, que también. Sucede con las baterías de móviles o de cualquier pequeño electrodoméstico, con botellas a presión o, incluso, con algún recipiente de ácido. «Son residuos que en los diferentes procesos a los que se someten pueden inflamarse y suelen pegar un petardazo y salen disparados», precisa.

Ruiz señala que estos incidentes, que son «bastante frecuentes en verano», suponen unos riesgos «que no deberían asumirse» por no ser propios de una instalación como la planta de tratamiento de Ca na Putxa. De hecho, apunta que dentro del foso no es habitual que se registren conatos de incendio, tal y como sucedió a principios de mes, sino que es más habitual que estos percances ocurran en la parte del pretratamiento, es decir, una vez superado el foso y cuando estos residuos ya han sido trasladados a las cintas donde se controlan.

Para la técnico de Medio Ambiente, la solución pasa por la responsabilidad de la ciudadanía, dado que en los contenedores «no hay vigilancia». «La gente debe concienciarse de que hay que ir a las deixallerias», insiste.

Difícil control

Al ser cuestionada si estas deixallerias móviles, que se instalan a lo largo de la semana por diferentes puntos de todos los municipios, recogen todo lo que deberían, Ruiz explica que, con las compras por internet, es «complicado» controlar cuántos objetos se pierden. «Antes podíamos tener un control de cuántas bengalas han vendido las náuticas, por ejemplo. Ahora es imposible porque se pueden comprar por internet», indica.

Como ejemplos de la irresponsabilidad ciudadana, Ruiz señala que en Ca na Putxa se han encontrado animales sin vida, pero lo que es más inquietante es que en la planta de transferencia, donde se recoge todo lo que se deposita en los contenedores de la fracción de envases y de vidrio, se hgan encontrado cuerpos enteros de cabras o de ovejas muertas.

La técnico de Medio Ambiente cree que si la gente fuera consciente del peligro que conllevan estas malas prácticas, «no lo harían o le darían más importancia».

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