El Defensor del Pueblo destaca la nula colaboración de la diócesis de Ibiza en el caso de los abusos sexuales en la iglesia

El informe del Defensor señala los casos de dos agresores en la isla, un capellán castrense y Juan Manuel de Souza

Juan Manuel de Souza cuando ejercía de sacerdote en Ibiza

Juan Manuel de Souza cuando ejercía de sacerdote en Ibiza / PSP

Ni datos sobre las víctimas ni los agresores ni lugares ni tiempos. La información que el Obispado de Ibiza y Formentera ha ofrecido al Defensor del Pueblo para el informe sobre los abusos sexuales en la iglesia ha sido nula. Así lo destaca el 'Informe sobre los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia Católica' que hace un año y medio encargó el Congreso de los Diputados, y que este viernes el Defensor, Ángel Gabilondo, ha entregado a la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol.

El documento señala los casos de dos agresores en la isla. Uno de ellos un capellán castrense expulsado del Ejército en 1995 “tras acosar y abusar de soldados en un cuartel de Ibiza”, cita directamente el informe, que destaca que fue difundido por varios medios de comunicación.

El otro es el más conocido del sacerdote Juan Manuel de Souza, que ejerció en varias iglesias de la isla como sacerdote y en varios colegios como profesor de religión, aunque no le cita por su nombre en ningún momento.

El Defensor del Pueblo señala 18 localizaciones en Balears entre casas de acogida, parroquias, colegios, residencias y domicilios particulares en los que se comunicaron abusos, varios en Mallorca, y de Ibiza cita las parroquias del Roser y de Sant Pau en Vila, el colegio Can Bonet en Sant Antoni y un domicilio particular de la isla.

En el capítulo dedicado a los agresores da un tirón de orejas a la diócesis pitiusa por no haber aportado ningún dato, ni siglas no condición ni cargo o empleo, “incluso aunque los hubieran publicado los medios de comunicación”, señala. En este caso el Obispado ibicenco está a la altura de los de Almería, Menorca y Oviedo, y destaca que otros sí que han colaborado en este punto.

En lo que se refiere a las víctimas igual, la diócesis de Ibiza figura entre las cuatro que no aportaron ningún dato para elaborar el informe. Por ello en el apartado de número de víctimas cuando llega a Ibiza refleja ‘sin datos’, las mismas palabras que en el apartado de las décadas en las que se produjeron los abusos. De la misma forma, señala que en las Pitiüses tampoco se ha creado una oficina para recoger los casos de abusos, como sí se ha hecho en otros puntos de España.

El listado incluye todos los casos reportados, sin descartar ninguna alegación, siendo indiferente si estaban comunicados o no a la justicia civil o canónica, o si estaban prescritos, archivados y resueltos. Igualmente, el informe resalta que cada localización no implica necesariamente un solo agresor y una sola víctima. "De hecho, hay centros educativos que incluyen casos de varias agresiones y con varias víctimas en el mismo o diferente periodo de tiempo, o parroquias con un agresor y numerosas víctimas", cita el informe.

Datos a nivel nacional

A nivel nacional, el documento desprende que un 0,6 por ciento de la población española mayor de 18 años, es decir, unas 236.000 personas, ha sufrido abusos sexuales en la Iglesia por parte de algún sacerdote o religioso.

Además, revela que un total de 487 víctimas, un 87 por ciento de ellas hombres, han denunciado abusos sexuales en el seno de la Iglesia ante la unidad de atención a víctimas de la comisión creada por el Defensor del Pueblo.

La situación del cura denunciado

Como ya ha publicado Diario de Ibiza, El ministerio fiscal solicita seis años de prisión para Juan Manuel de Souza, el párroco de Ibiza acusado de abusar sexualmente de varios menores en la isla, por dos de los casos, según recoge el escrito de acusación. El primer caso por el que se enjuicia al acusado ocurrió en 2005, cuando el sacerdote aprovechó la relación de confianza que mantenía con la familia a partir de sus labores como dirigente de la comunidad religiosa católica Camino Neocatecumenal (‘los Kikos’) para abusar presuntamente de uno de los hijos de la familia, de doce años de edad, según la Fiscalía.

El segundo caso por el que se juzgará al sacerdote tuvo lugar de manera continuada durante los años 2009 y 2010, cuando la víctima, otro menor de edad, tenía 13 y 14 años. De nuevo, la familia del niño tenía una relación cercana con el acusado por su pertenencia a la comunidad de ‘los Kikos’. En este caso, la madre de la víctima se había quedado viuda años atrás con siete hijos a su cargo. Sus recurrentes visitas a las iglesias donde el cura oficiaba misa fueron la toma de contacto con él y a partir de lo que se construyó esta confianza que acabó en los abusos.

Estos dos casos por los que la Fiscalía acusa a Souza no son los únicos de abusos sexuales por los que se ha denunciado al párroco de Ibiza, que llevó a cabo su labor religiosa en las parroquias de San Pablo, de Santa Cruz y de Nuestra Señora del Rosario. Tras el escándalo, y una vez la diócesis pitiusa suspendió su ministerio al conocer las razones por las que era acusado, Souza regresó por su cuenta a Galicia.