Detectan conductas suicidas en alumnos de Primaria de las Pitiusas

Los casos más graves son derivados directamente a Urgencias

Varias alumnas de Primaria de un centro de Eivissa, a punto de entrar a clase.  | VICENT MARÍ

Varias alumnas de Primaria de un centro de Eivissa, a punto de entrar a clase. | VICENT MARÍ

El servicio CoorEducaSalutMental desarrollado por la Gerencia de Atención Primaria (GAP) de Mallorca y enfermeras gestoras de casos del Área de Salud de Ibiza y Formentera y de la de Menorca, atendió el pasado curso escolar a cerca de 490 escolares con ideaciones suicidas en todo el archipiélago, según cifras y datos facilitados por IB-Salut.

Pero lo más preocupante de esta situación que se ha visto agravada desde la pandemia de covid lo expone la coordinadora de este servicio, la pediatra Mercedes Escarrer: «Generalmente estas conductas se detectan entre los alumnos de ESO (Educación Secundaria Obligatoria, escolarización de los menores con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años), pero ya el curso pasado atendimos algunos casos entre alumnos de Primaria (estudiantes de entre seis y once años)», alerta.

En concreto y durante el pasado año académico se atendió en las islas a un total de 614 alumnos diagnosticados de algún tipo de patología mental como trastornos del espectro autista (TEA) o de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o por problemas emocionales graves con riesgo autolítico detectados previamente en sus respectivos centros de salud. Pues bien, el 80% del total de casos coordinados correspondieron a protocolos de riesgo autolítico, lo que avalaría la cifra indicada al principio de esta información.

Por islas, Mallorca acaparó 502 de los citados trastornos mentales, 65 se detectaron en Ibiza y Formentera y 47 en Menorca.

Mercedes Escarrer señala que el servicio CoorEducaSalutMental se puso en marcha en el curso 2019/20, coincidiendo con la aparición de la pandemia. En ese curso inicial se atendió a 56 menores en Mallorca; el curso siguiente a 77; en el 2021/22, ya en lo más duro de la pandemia, la cifra se disparó hasta los 342, cuadruplicando los casos del año anterior. Y el pasado curso escolar se volvieron a pulverizar los registros por atenciones a alumnado con problemas relacionados con la salud mental: se actuó con 502 menores, un 47% más que el ejercicio precedente. Escarrer subraya que estas últimas cifras se refieren a las actuaciones realizadas en Mallorca, no en el conjunto del archipiélago, pero que el patrón es el mismo en todas las islas. Ocho de cada diez atenciones hechas lo fueron por detectarse conductas autolíticas.

El covid y la burbuja

La pediatra atribuye este aumento de casos a que «el covid puso de manifiesto su malestar, explotó su burbuja de bienestar emocional cuando dejaron de poder salir de casa y reunirse con sus amigos».

A diferencia del servicio de CoorEducaSalut, que atiende patologías crónicas de los menores en los colegios, como la diabetes o el asma, por ejemplo, con el objeto de conseguir una escolarización lo más normalizada posible, el programa de salud mental no desplaza periódicamente a profesionales sanitarios a las escuelas sino que los casos se gestionan a través del Instituto para la convivencia y el éxito escolar (Convivexit) de la conselleria de Educación.

Mercedes Escarrer explica el modus operandi para intervenir ante conductas autolíticas. «Cuando en una escuela algún alumno verbaliza que se quiere autolesionar o quitarse la vida, interviene el personal orientador. Al niño se le hace un cuestionario en el que se le pregunta, entre otras cosas, si ha pensado en acabar con su vida o si ha pensado cómo lo va a hacer. En función de sus respuestas, a los casos considerados más graves se les deriva directamente al servicio de Urgencias», explica añadiendo que a los menos preocupantes se les manda a una unidad de salud mental o a los especialistas de su centro de salud, en función de su gravedad.

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