Entrevista | Dessiré Ruiz Mostazo Presidenta de la Associació de Dones Progressistes d'Eivissa

Dessiré Ruiz Mostazo: «Llevamos 42 mujeres asesinadas, con ETA estaríamos en la calle»

«La violencia machista es uno de los sapos que se ha tenido que tragar el PP al pactar con Vox. Se les va a indigestar»

Dessiré Ruiz Mostazo, esta semana, frente al Casal d’Igualtat.

Dessiré Ruiz Mostazo, esta semana, frente al Casal d’Igualtat. / Vicent Marí

Dessiré Ruiz Mostazo (Ibiza, 1979) es, desde el pasado 16 de julio, presidenta de la Associació de Dones Progressistes d'Eivissa. Se hace cargo de la agrupación, de la que fue una de las fundadoras hace 19 años, tras dejar la primera línea política (fue concejala de Vila en la última legislatura del socialista Rafa Ruiz). Abogada de formación, en estos momentos se ocupa de la empresa familiar, de construcción, de la que está al frente tras el fallecimiento de su padre. «Es lo que me ha tocado ahora. ¿Hay que pintar? Pues se pinta. ¿Hay que pelearse con alguien? Pues se pelea», comenta Ruiz, que combina esta faceta con la de «madre monomarental» y, ahora, con la asociación, que ha estrenado esta nueva etapa con un cinefórum.

¿Cómo va Ibiza de feminismo?

Muy bien. Hay un movimiento realmente feminista, aunque no está todo lo organizado que me gustaría. Sería mejor que todas las agrupaciones estuvieran constituidas y con entidad jurídica. Con los años hemos ganado en movilización y en concienciación activa. Hemos avanzado. Al principio éramos cuatro gatas y ahora, cuando hay una convocatoria, hay respaldo y la gente se moviliza. Hombres y mujeres. Y de un rango de edad muy amplio. Las veteranas que siguen ahí y a las que se suma mucha juventud, que es imprescindible que tenga ese activismo. La conciencia desde el sofá no transforma la realidad.

Si salimos de ese círculo más concienciado, al mundo real…

[Piensa] Por la idiosincrasia de la isla, las características de los negocios y el sistema turístico se mantienen cánones machistas. Desde la asociación quiero establecer una relación directa con entidades como Fomento de Turismo, asociaciones de discotecas, Pimeef... Hablar de tú a tú y colaborar porque es esencial no sólo ser profundamente feministas, sino que se perciba un cambio.

No sólo que haya mujeres en cargos en esas entidades sino también que las empresas que las integran entiendan que no se puede, por ejemplo, usar siempre el cuerpo de la mujer como reclamo, ¿no?

Ésa es la idea. Me gustaría hacerlo bien, como toca, trayéndolos a nuestro terreno. Necesitamos cambios estructurales que impregnen todos los aspectos de la sociedad.

Me viene a la cabeza la denuncia por el uso de modelos como reclamo en la feria de construcción.

Ni los organizadores ni las empresas participantes lo entendían. No lo entienden. Es como si les hablaras en otro idioma. Es una de las cosas que tenemos que cambiar. Nosotras tenemos muy clara la terminología y los conceptos, pero cuando salimos de ese círculo debemos tener una visión de conjunto y no ser tan sectarias, comunicarnos de una forma que ayude a que quienes no han encendido aún esa lucecita en su cerebro,la vayan encendiendo. Si la enciendes de pronto, te ciega y rechazas las luz. Ya decía Gandhi que las revoluciones, poco a poco.

Vaya, que de la caverna hay que salir despacito.

Sí, sobre todo para que lo entiendan y puedan transitar ese camino hacia el feminismo. ¡Es que no les gusta ni la palabra!

Bueno, ya sabe: «Ni machismo ni feminismo».

El mayor enemigo del feminismo es el término en sí. Si en una sociedad eminentemente machista a un ideario, una filosofía de vida, una forma de entender el mundo, le pones feminismo ya vas con el pie cambiado. El término es acertado, pero hay que pelearlo. Igualitarismo es más feo, pero seguramente no tendríamos andar que explicando que feminismo no es lo contrario de machismo. El feminismo es la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

Lo de los derechos se entiende más, pero lo de las oportunidades parece que cuesta.

Quienes siguen ejerciendo el poder son una minoría. Se nos olvida que la mayoría seguimos subyugadas a la minoría. Pero ellos no lo ven porque no sufren ese día a día que vivimos nosotras, esos pequeños ejemplos, cosas muy simples, que condicionan y coartan nuestra libertad como personas.

Póngame un ejemplo.

Te pongo uno que, cuando fui consciente, me llegó al alma. Yo, de pequeña no iba nunca a tirar la basura. No sabía por qué, pero al irme de casa de mis padres la tiraba sin problema. Ahora que he vuelto a esa casa vuelvo a no querer hacerlo. El otro día le daba vueltas hasta que fui consciente de que es porque entre mi casa y los contenedores hay un bar. Algo tan estúpido como eso te condiciona. Está tan en el subconsciente que no te das cuenta. Esto es muy difícil que ellos lo entiendan. Por mucho que les expliques lo de «cuando llegues a casa, avisa» que nos decimos las amigas, no lo entenderán nunca porque no lo han vivido en sus carnes. No han vivido que les hagan un comentario fuera de contexto. De esos que incluso siendo mujeres empoderadas y con las ideas claras, te quedas que no sabes qué contestar, como me pasó hace dos semanas.

¿Cómo?

Sí, a la hora de ir a pagar en una empresa de material de construcción me hicieron un comentario sobre mis pechos. Me quedé tan parada que mi acto de rebeldía fue irme sin decir «adiós, gracias» en vez de montarle un pollo. Son pequeñas cosas que coartan nuestra libertad y es importante denunciarlos. Lastran las oportunidades, las limita porque nos autolimitamos. Por no querer enfrentarte a situaciones desagradables dejas de hacer cosas.

El cuerpo de la mujer, algo sobre lo que todo el mundo opina.

Tenemos que aprender todos, con esto. Para empezar la sociedad no puede marcar cánones tan estrictos como para que alguien se levante una mañana, se mire al espejo y diga «no me siento guapa, ni cómoda, no puedo ser así». El machismo y el patriarcado han instaurado que eres un objeto para saciar el deseo del hombre. Más de la mitad de la población debe satisfacer los deseos irrefrenables y cavernícolas de los otros. Nos hemos civilizado. Si tengo ganas de gritar y no lo hago porque no es aceptable, si tienes ganas de desahogarte sexualmente, pues contente. Todo esto es la punta del iceberg, el 90% que está debajo es muchísimo peor.

¿Cuál es el principal problema de las mujeres?

Hay dos importantes, me cuesta dejar uno fuera.

Venga, pues los dos.

Los asesinatos, ese terrorismo al que hay que poner todas las letras. No puede ser: 50 mujeres asesinadas el año pasado y 35 que por algún milagro se salvaron. Y llevamos 42 este año. No puede ser. ¿Estamos locos? Con ETA estaríamos en la calle. Estamos saliendo, pero sigue pasando. El segundo tema es la prostitución porque es una forma de… [Piensa]

Esclavitud.

Sí, una forma de anular la libertad sexual de la mujer. En su grado máximo. Soy proabolicionista.

¿En algún momento desaparecerán estos dos grandes problemas?

Soy optimista. Pienso que poco a poco las nuevas generaciones han empezado a cambiar el chip. Son pequeñas cosas que van cambiando el ideario del conjunto de la sociedad. Como cuando suceden cosas como lo de la selección. El caso Rubiales ha hecho que nos hayamos pasado el verano hablando de feminismo. Me sabe fatal por Jennifer Hermoso y las jugadoras. Qué no vendrían aguantando. Y qué suerte que pasara cuando lo estábamos viendo todos.

Aun así hay gente que no lo ve.

Que no lo quiere ver. Sabes que no está bien. Nada. Da igual qué secuencia de la película quieras ver, no está bien, hace tiempo que no lo estaba y mucha gente lo sabía.

Hablaba de las nuevas generaciones, los estudios que hace el Cepca en adolescentes son para echarse a temblar. Mantienen y agravan esas actitudes machistas.

Nos hemos relajado. Cuando se constituyó la asociación había un espacio que se tenía que cubrir desde el feminismo. Eso fue calando en las instituciones, que cogieron el relevo. Dejamos de ser tan activas porque la agenda feminista estaba extendida. Te relajas porque parece que el trabajo está consolidado e irá dando sus frutos. Ese relax se puede confundir con conformismo y el conformismo es peligrosísimo, viene un cambio político y se desmonta todo.

¿Teme este cambio político?

Me da más rabia que miedo. Eso ha provocado un aumento de socias. Somos 16 en la ejecutiva, no había pasado jamás. En el momento en que hay una situación adversa la rebelión se organiza. Me da rabia que desmonten algo que funcionaba y que es más necesario que nunca, pero, por otro lado, ese cambio está ayudando a movilizar y a activar a personas concienciadas a que estaban en el sofá.

¿La ultraderecha le da miedo?

Me quita el sueño, sí. Soy optimista, pero es aterrador que hayamos perdido la conciencia, la historia reciente de este país. Es una vuelta a las cavernas y a la oscuridad.

¿Ibiza, por su tamaño y estilo de vida, complica el auge de la ultraderecha?

No hay que confiarse ni dar nada por sentado. Hay que mantenerse firmes: quienes no respetan las normas democráticas no están legitimados para ser respetados. Eso de en democracia cabe todo, no. Hay pasos atrás que no se pueden dar. Hemos avanzado en muchos derechos sociales, especialmente en el feminismo, y no nos pueden negar ahora que el sol sale por las mañanas.

¿Entiende los pactos con Vox?

No, ni los entenderé. Al PP le costó sumarse al carro del feminismo. A las manifestaciones, las reivindicaciones, usar la terminología... Me parece sorprendente, no puedes andar subiéndote y bajándote del carro. ¿Cuántas veces y de cuántas formas hemos hablado de violencia machista? ¿Ahora no existe? ¿En serio? Creo que es uno de los sapos que se han tenido que tragar . Y se les va a indigestar. Al tiempo. Las incoherencias son insostenibles en el tiempo.

Hablando de incoherencias. Me voy a su casa. ¿Entiende que el PSOE no presentara ninguna mujer cabeza de lista en Ibiza?

No. No lo entiendo. No fue por falta de posibles candidatas. El problema fue el de siempre. Para avanzar en feminismo hace falta que se den dos condicionantes. Uno, que estemos empoderadas y nos lo creamos. Y otro, que ellos renuncien a esos privilegios que tienen tan asumidos que ni siquiera saben que son privilegios. Si sólo tienes bien montado el primero de esos dos pilares, pero el otro lo tienes aún por lijar y enlucir...

Para que una mujer pueda dar un paso adelante un hombre tiene que darlo para atrás.

Correcto. Y siguen copando las cabezas de lista. Los candidatos eran muy buenos, claro que sí, pero había magníficas candidatas que podrían haber tenido oportunidades de éxito. Sin lugar a dudas.

¿Qué recursos hacen falta en Ibiza?

Las instituciones tienen que retomar los planes de igualdad y demostrar que siguen apostando por la agenda feminista. Hacen falta recursos económicos y falta implicación del tejido empresarial.

¿Cuáles son sus objetivos en la asociación?

Además del de establecer conexiones y diálogo directo con las asociaciones de la isla que he comentado antes, que Dones Progressistes tenga un posicionamiento claro y firme respecto a temas como la prostitución, la gestación subrogada, la doctrina queer o la ley trans. Temas vertebrales que quizás haya que seguir debatiendo pero sobre los que hay que tener una posición rotunda y sin medias tintas. Es lo que creo que ha hecho que se haya diluido la imagen de la asociación y del movimiento feminista.

Imagen del cinefórum organizado por la Associació de Dones Progressistes d'Eivissa

Imagen del cinefórum organizado por la Associació de Dones Progressistes d'Eivissa en el Casal d'Igualtat / ADPE

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Les han comido la tostada los otros grupos que han surgido, vaya.

Desde dentro. Un caballo de Troya. Por la izquierda. No lo vimos venir. Con la pasión dejas de ver ciertas cosas, tanto en la política como en esto, que también es política. Todo es política. Hay que reforzar la posición de la asociación como lo que es: el referente del movimiento feminista en la isla. Soy consciente de que en los últimos años habéis ejercido más de voz feminista algunas mujeres de este diario que nosotras. Diciendo cosas que tendríamos que haber dicho nosotras. Por eso he dado este paso. Porque lo veía muy mal. Nos tenemos que poner las pilas, que vienen los malos. Y, como decías antes, otros grupos nos comen la tostada.

¿Hay muchas diferencias?

Son estilos diferentes. Dones Progressistes tiene un perfil más formal. Una feminista a la que invitamos a formar parte de la asociación dijo que prefería un feminismo más radical. No lo practicamos porque creemos que la forma de llegar más y mejor a la sociedad es hacerlo de una forma más pausada y amable. No por mucho gritar se nos va a oír más. Fue el lema de la constitución de la asociación y sería bonito mantenerlo con las nuevas incorporaciones. Algunas veces hay que levantar la voz, claro, pero sin caer en discursos agresivos ni en esa imagen que…

¿...causa rechazo?

Exacto. El feminismo no puede ser enemigo, sino lo contrario. Es la forma de hacer que la vida sea mejor para todos los que estamos aquí ahora y para las generaciones que vienen detrás. Debe quedar arraigado para el futuro. El feminismo es tan transversal como la protección del medio ambiente o los derechos laborales.

¿Se exige al feminismo una coherencia y unidad pétreas que no se exige a otros movimientos?

Las mujeres somos objeto de crítica de forma natural. Desde siempre. Las sabias, las curanderas, fueron tachadas de brujas simplemente porque eran mujeres que tenían altas capacidades, dones, conocimientos… Lo que sea. Y ayudaban. Se las colgaba de los árboles, se las quemaba o se las tiraba al río. Seguimos siendo brujas para algunos. Somos objeto de crítica y lo seguiremos siendo.

¿En qué momento tuvo conciencia de ser feminista?

Pues yendo a casa de las amigas veía cosas que no me parecían normales. A medida que crecí me fui dando cuenta de que lo que me sorprendía pasa en muchas casas y no es bueno. No fue un descubrimiento por una reivindicación mía sino para que lo que a mí me habían enseñado en casa pasara en el resto de casas. Mis padres eran feministas. Compraban indistintamente mi padre y mi madre, trabajaban los dos, cocinaban... Compartían las corresponsabilidades de forma natural. Lo demás, que veía en otras casas, me chocaba.

¿Da por zanjada su primera línea en la política?

Ahora me estoy dedicando a otras cosas, pero hay mucho trabajo que hacer a nivel político, pero desde el asociacionismo. No descarto volver. Al final, la política es muy vocacional y aunque las circunstancias sean adversas vive en ti. El gusanito sigue ahí y hay que alimentarlo porque te grita que el mundo puede ser un sitio mejor y no te puedes quedar en casa sin hacer nada.

¿Quién ha mandado su gusanito a la UCI tras esta legislatura?

Hay dos lotes de responsabilidad. El primero, que la política es tremendamente desagradecida, te absorbe y te deja poco margen para ver desde fuera, tener perspectiva. Te dejas la salud y lejos de reconocérsete, sólo hay críticas. Se le da más importancia a las formas que al fondo y es una pena. La otra gran responsable soy yo. No supe poner medidas, tomarme descansos. O te plantas y estás con tu familia, ves a tus amigas y te aburres algún ratito o se te lleva por delante. Éste ha sido el problema principal: no saber gestionar, relativizar y ponerle más sonrisa que disgustos a una experiencia que, en el fondo, ha sido bonita y enriquecedora.

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