Ibiza y Formentera tienen la mayor concentración de Balears de alquileres turísticos con piscina

En las Pitiüses hay más de uno de estos alojamientos por kilómetro cuadrado mientras que en Menorca hay uno por cada 1,2 kilómetros cuadrados y en Mallorca uno por cada cerca de cinco

Imagen de archivo de la piscina de la mansión de Tagomago, cuya tarifa media anual es la más cara de las Pitiüses.

Imagen de archivo de la piscina de la mansión de Tagomago, cuya tarifa media anual es la más cara de las Pitiüses. / C. Roig

Ibiza y Formentera son las islas de Balears con una mayor concentración de alquileres turísticos con piscina. Así se desprende de los datos de la plataforma Airbnb haciendo una búsqueda sobre el total de viviendas que se ofrecen y que cuentan, entre sus atractivos, con una alberca.

Las Pitiusas cuentan (siempre según los datos de la plataforma) con una piscina en un alquiler turístico cada 0,78 kilómetrs cuadrados. La densidad más elevada, y con diferencia, de las islas. En concreto, es Formentera la isla de la Comunitat que cuenta, y con diferencia, con más de estos alojamientos en relación al territorio, según se extrae de los datos que arroja la web de alquileres turísticos por antonomasia que, precisamente, entre los últimos filtros incorporados hay uno específico para viviendas con alberca: «Piscinas increíbles», lo han bautizado.

En Formentera hay 162 viviendas que se ofrecen a turistas y que disponen de piscina. Esto supone que hay prácticamente uno por cada medio kilómetro cuadrado de la isla (casi dos por cada kilómetro cuadrado).

En el caso de Ibiza la oferta es de 667 pisos, casas de campo o mansiones en los que los inquilinos pueden darse un chapuzón sin salir del alojamiento. Esto supone que hay un alquiler turístico con piscina por cada 0,85 kilómetros cuadrados. En Menorca, a pesar de que es más extensa que Ibiza (unos 120 kilómetros cuadrados más) hay casi el mismo número de alquileres turísticos con piscina: un total de 671. Esto significa uno cada 1,1 kilómetro cuadrado, aproximadamente.

Muy diferente de Mallorca

La situación es muy diferente en Mallorca, donde la concentración de viviendas vacacionales (con o sin licencia, ya que la plataforma incluye ambos tipos) en las que zambullirse en agua con cloro es de una cada algo más de 4,5 kilómetros cuadrados.

En el total de Balears la concentración es de un alquiler turístico con piscina cada 2,2 kilómetros cuadrados, según los datos de la plataforma de viviendas vacacional por antonomasia.

La situación de las Pitiusas, si bien es la más llamativa de Balears, está alejada de las realidades de otros destinos del Mediterráneo, donde la concentración de piscinas es sorprendente. Es el caso de Mikonos y Santorini. En la primera hay una alberca cada 0,15 kilómetros cuadrados y en la segunda, cada 25. En un primer momento, este dato haría pensar que se trata de un error, pero sólo hay que pensar en las imágenes de los acantilados cuajados de apartamentos con pequeñas piscinas, la gran mayoría de ellas de un tamaño poco más grande que un jacuzzi o una bañera, para entenderlo. Algo parecido a lo que pasa en la italiana isla de Capri: una cada 0,7 kilómetros cuadrados. En el extremo contrario se encontraría la isla de Cerdeña, donde la concentración de estas instalaciones para disfrutar de un baño sin salir del alojamiento es de una vivienda turística con piscina por cada 33,5 kilómetros cuadrados. Según este baremo, en las Pitiusas únicamente habría una veintena (19,5) de alquileres turísticos con piscina (unos tres en Formentera y 17 en Ibiza).

Entre 73 y cerca de 25.000 euros por chapuzón

La situación de las Pitiusas, más en concreto la de Formentera, tiene mucho más que ver con la que se vive en Malta, donde se puede encontrar un alojamiento turístico con piscina cada 0,49 kilómetros cuadrados, es decir, dos por cada kilómetro.

En Ibiza, el alojamiento con piscina más costoso es la mansión de la isla de Tagomago, donde pernoctar cuesta una media de más de 25.000 euros, seguida de una villa en los acantilados de es Cubells (el promedio anual es de 23.250 euros la noche) que cuenta con una alberca de 50 metros de largo. En el extremo contrario, los alquileres más económicos en los que los huéspedes se pueden dar un chapuzón son dos viviendas con piscina comunitaria en los que pernoctar cuesta una media de entre 73 y 78 euros, más o menos lo mismo que ocurre en Formentera. Aquí, los alojamientos turísticos con piscina más exclusivos son dos cuya tarifa media a lo largo del año es de 2.500 euros la noche: una en el entorno del Cap de Barbaria y la otra muy cerca del Pilar de la Mola.

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