Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia en Ibiza a cinco meses de la cosecha

La montaña de sal limpia ha desaparecido porque la explotación ibicenca ha tenido que enviar 15.000 toneladas de su reserva a las salinas murcianas de la misma empresa y a un almacén de Vigo porque su producción fue «floja»

Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia a cinco meses de la cosecha | .

Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia a cinco meses de la cosecha | . / eugenio rodríguez. eivissa

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

El director de Salinera Española, José María Fernández, explica que, desde que está al frente de la explotación de sal de Ibiza, puede «contar con los dedos de una mano» las veces en que se ha vaciado la montaña de sal, pero agrega que «es la primera vez» que, a cinco meses del inicio de la próxima cosecha, ha desaparecido la montaña tan característica del paisaje del Parque Natural. «No es normal», reconoce.

Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia a cinco meses de la cosecha |

Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia a cinco meses de la cosecha | / eugenio rodríguez. eivissa

Ahora, sólo se puede ver el montículo de sal sucia, el que se extrae y no se limpia porque se destina al deshielo de carreteras. La montaña de detrás, la grande la de la sal limpia, se ha esfumado. Apenas queda, en una esquina, varios miles de toneladas, la carga de un barco, que, además, ya está prevista su comercialización.

Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia a cinco meses de la cosecha | TONI ESCOBAR

Salinera Española se queda por primera vez sin sal limpia a cinco meses de la cosecha | TONI ESCOBAR / eugenio rodríguez. eivissa

La explicación de que Salinera se haya quedado sin reservas de sal a estas alturas del año se debe a que ha habido que enviar 10.500 toneladas a las salinas de San Pedro del Pinatar, también de Salinera Española, «la hermana mayor» de ses Salines de Ibiza, además de 5.000 toneladas más a unos almacenes que la misma empresa tiene en Vigo, en Galicia. «Nuestras ventas han sido parecidas a las de todos los años. Pero en San Pedro del Pinatar están escasos de sal y hemos tenido que enviar remesas internas», indica.

Precisamente, así como los estanques salineros de Ibiza alcanzaron, en la última cosecha, una producción «decente» de 54.000 toneladas, en Murcia fue «floja», lo que ha provocado el déficit y el trasvase interno de sal de una explotación a otra.

Al margen de la sal sucia para deshielo, Salinera Española se ha quedado sin más sal limpia en Ibiza para atender algún pedido más de sus clientes o cualquier otra demanda más. Precisamente, este año se han enviado 18.000 toneladas de sal, un barco más de lo habitual, para la salazón del bacalao en Islas Feroe, el principal cliente de Ibiza. «Como está siendo un buen año de pesca, se consume más sal», justifica.

No es rentable el envío a Murcia

Fernández señala que, si quedaran más reservas, se enviaría también a San Pedro del Pinatar porque aún necesita más sal, que tendrá que comprar a un tercero, para atender sus necesidades. En todo caso, el director de Salinera Española en Ibiza puntualiza que esta operación de suministro interno no es recomendable por los costes que supone no sólo el envío de los barcos desde sa Canal, sino también las tasas del puerto de Cartagena y el posterior traslado de la sal en camiones hasta las instalaciones salineras de Murcia.

Por ello, Fernández también reconoce que, el año pasado, se podría haber recogido más sal para la montaña limpia, que es la que se destina íntegramente para la salazón del bacalao o el consumo directo. Hay que tener en cuenta que, como también hay un mercado de sal para deshielo de carreteras, Salinera Española extrae una parte de su cosecha rascando hasta el fondo del estanque. Esta sal, que se mezcla con lodo, aparte de restos de arena y plumas, no se limpia. En el proceso de extracción de la sal limpia, no se llega hasta el fondo y se deja al menos una capa de dos centímetros para no rascar la parte sucia de los estanques. Ahí está la diferencia.

La montaña sucia acumula unas 20.000 toneladas de sal, que se prevé que se vacíe en septiembre, justo cuando se inicie la nueva cosecha. Esta situación, la falta de reservas, causa cierto «nerviosismo» ante la posibilidad de que la primavera sea «muy lluviosa» y en la próxima cosecha no se alcancen las 50.000 toneladas.

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