Día grande de Sant Antoni

Fiestas en Ibiza: Agua bendita para el gallo Felipe y la tortuga Robin en Sant Antoni

La bendición de animales, celebrada junto a la iglesia para evitar el viento, congrega a decenas de mascotas, sobre todo perros, además de algunos felinos, quelonios, caballos y aves domésticas

Maite Alvite

Maite Alvite

En la plaza de la iglesia de Sant Antoni se nota el aire, aunque nada que ver con la ventolera que corre por el Passeig de la Mar, frente al edificio consistorial, donde habitualmente se celebra la bendición de animales. Ante la alerta naranja por temporal, este año el ejecutivo local ha decidido trasladar uno de los eventos más populares del día grande de la localidad a la zona donde se levanta el templo. En uno de los laterales, en el Carrer Ample, más resguardado del viento, luce ya colocada la tarima desde la que el obispo de Ibiza, Vicente Ribas Prats, bendecirá en algo más de una hora a los animales.

Media hora antes del comienzo de la misa, programada a mediodía, se asoma por la plaza la primera mascota, un simpático beagle llamado Zloty. «Le puse el nombre de la moneda de Polonia porque allí hice el Erasmus», explica su dueña, Elisa Meliá.

En el porche de la iglesia, esperando el inicio de la ceremonia religiosa, están algunos componentes de Sa Colla de Can Bonet, que hacía años que no participaba en la celebración patronal, en concreto, desde 2017. «Esta vez seremos una veintena,el más pequeño, Jaume, de cuatro años», comenta su presidente, Toni Costa.

Poco a poco, se van congregando más mascotas en la plaza, la gran mayoría canes, como Lima, una perra mestiza de diez años que lleva nueve asistiendo a los festejos dedicados a San Antonio Abad, el patrón de los animales, según explican sus propietarias, Cati Pomar, y su hija, Alba Tur.

Muy cerca están Jordi y Jessica con su pastor belga, Leo, de un año y dos meses, que hoy vivirá su primera bendición.

No se ha querido perder el evento el pequeño Ian, de cuatro años, que, en cuanto sus abuelos le han explicado el acto que se iba a llevar a cabo junto a la iglesia de Sant Antoni, ha querido acercarse al lugar con su perrito de peluche, que se llama Chase, como el pastor alemán policía de la serie animada ‘La Patrulla Canina’.

Ataviada de Minnie Mouse aparece en escena Canela, «una mil leches de cuatro años» que llevan consigo dos hermanos, Pablo y Nerea López, que viven en el barrio de ses Païsses. No es la única mascota que acude a la cita con vestimenta. El diseñador Toni Riera sostiene en brazos a su pequeña yorkshire, Sofía, a punto de cumplir los 16 años, que lleva abrigo de visón, emprendada payesa y un broche art déco de Cartier.

Vídeo: el viento protagoniza la bendición de animales en Sant Antoni

Maite Alvite

Comienza puntual la misa, presidida por el obispo de Eivissa. A las puertas de la iglesia, con aforo completo, se asoma una bonita cachorra de tres meses, Mel, una border collie de llamativos ojos, uno azul y otro del mismo color mezclado con verde. «Tenemos tres perros, los otros dos los hemos dejado en casa porque ya están bautizados», explica su dueña, Noelia Castro, una verdadera «amante de los animales» que ha vivido rodeada siempre de canes, tortugas, conejos, pájaros y hasta serpientes.

En el interior del templo continúa la ceremonia religiosa. A los cantos del coro parroquial de Sant Antoni, dirigido por Carmen Ferrer, se suman, de fondo, los ladridos de las mascotas que aguardan en la plaza. Allí está Sabrina Hernández, que acude por primera vez a la celebración para que la vea su hijo Bryan, de ocho años. Se han llevado consigo a Boira, de seis años, mezcla de labrador y husky, y, en un transportín, a su gato Kinder, de dos años, que adoptaron siendo un cachorro en en el Centro de protección animal de Sa Coma. Es uno de los pocos felinos que se ven en la zona, además de Kala, que con su bello pelaje acapara todas las miradas y las carantoñas del público infantil y juvenil. «Es un gato bengalí, una raza que surgió hace siete años del cruce de un gato doméstico y un gato leopardo. Su carácter es muy parecido al de los perros, con los que se lleva muy bien. Le tiras la pelota y la coge, le gusta el agua y lo llevo con correa», comenta su propietario, Juan Manuel Prats.

A punto de terminar la misa, interviene el párroco de la iglesia de Sant Antoni, Francisco Javier Torres Peters, que en su parlamento de agradecimientos incluye a Cáritas, resaltando que «todavía está muy necesitada» y haciendo un llamamiento para reunir esfuerzos que permitan acabar con la situación financiera precaria de la entidad. El sacerdote no esconde que le «parece muy bien» que el Ayuntamiento de Sant Antoni haya escogido los alrededores del templo para hacer la bendición de animales y, aunque es consciente de que ha sido algo excepcional motivado por el viento, sugiere que se podría mantener esta ubicación en los próximos años.

La bendición

La celebración religiosa concluye con los ‘Goigs de Sant Antoni Abat’ y a continuación se lleva a cabo la procesión religiosa, en la que participan las autoridades civiles y militares. Mientras la comitiva recorre el entorno de la parroquia, el público y decenas de mascotas se apelotonan en el Carrer Ample. En una caja, rodeada de zanahorias y calabacín, espera paciente la tortuga Robin, mientras su propietario, Javier Romero, la moja con agua. «Está cambiando la piel del caparazón», explica. Es la segunda vez que este quelonio de 25 años con nombre de superhéroe acude a la bendición de animales. Esta vez le acompañan otras tres mascotas de la familia, un pastor belga llamado Johnny y dos cachorros mezcla de chihuahua, Pipo y Lucero. «En casa nos gustan mucho los animales, tenemos también dos gatos, Simba y Tommy, pero nos faltaban manos para traerlos», asegura Romero.

Comienza la bendición de animales pasada la una de la tarde. Ante la tarima en la que se encuentran Vicente Ribas, Torres Peters, y el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, empieza a pasar una procesión de perros, gatos, alguna tortuga, caballos y un par de aves domésticas. El obispo de Eivissa, siempre cercano, se interesa tanto por los animales como por sus propietarios. «¿Juanan te has sacado ya el carnet?, le pregunta al joven dueño de una mascota. Interroga también a los adolescentes Aarón y Rubén por el nombre de su gallo. «Felipe», le contestan mientras el obispo lanza agua bendita.

Termina el desfile de animales y en la plaza de la iglesia comienza el baile de Sa Colla de Can Bonet y el reparto de bunyols. Mientras,en el Carrer Ample, el piloto ibicenco Toni Vingut, que ha acudido a la cita con su perra Dena, se hace fotos con algunos admiradores y recibe la enhorabuena por su éxito en el Dakar.

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