Economía | Mercado laboral

El empleo se incrementa un 5% en Ibiza gracias a una construcción que bate récords

El sector del ladrillo recupera su papel de motor de la economía en temporada baja y registra el mayor número de afiliados a la Seguridad Social de toda su historia: 9.229 ibicencos ya trabajan en los andamios

Obras en el centro urbano de Sant Josep. | J.A.RIERA

Obras en el centro urbano de Sant Josep. | J.A.RIERA / josé miguel l.romero. eivissa

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

El mercado laboral pitiuso sigue comportándose como si no hubiera una crisis económica ni una inflación brutal ni una guerra a las puertas de Europa ni el precio del combustible y del gas siguiera por las nubes (aunque bajando, ya veremos cuánto tiempo, en el caso de la gasolina). Así, Ibiza empezó el mes de diciembre con 51.728 cotizantes a la Seguridad Social, la cifra más alta de empleo de toda su historia. Son casi un 5% más de trabajadores que los que había hace un año y un 6% más que en 2019, la era precovid. En Formentera se registraron 2.844 afiliados, otro récord para esa isla en ese mes.

La construcción es el sector que más empleo está absorbiendo: tenía en nómina a 9.229 personas al acabar noviembre, una cantidad nunca alcanzada, ni en pleno boom inmobiliario ni en ningún otro mes del año. Ha aumentado un 8,25% respecto a 2021 y suma casi un millar de trabajadores respecto a 2019. La mayor parte (4.882) trabajan en la construcción de edificios (+9,7% en comparación con 2021), mientras que 4.185 lo hacen en la construcción especializada (+6,7%). El ladrillo, concretamente el de viviendas unifamiliares, recupera así su papel de motor esencial de la economía ibicenca fuera de la temporada, como ya avisó la demarcación pitiusa del Colegio Oficial de Arquitectos el pasado verano. En Formentera, también tira de su economía: da empleo a 522 personas, un 7,4% más que en 2021 y un 4,6% más que en 2019.

54.572 cotizantes pitiusos

Las Pitiüses empezaron el mes de diciembre con 54.572 afiliados a la Seguridad Social, 2.521 más que hace un año, la mayor cantidad en la historia durante ese mes.

El sector que no recupera el terreno perdido es el del comercio: tanto al por mayor como al por menor siguen con dígitos inferiores a los de 2019. El de los alojamientos (3.071 empleos) mejora un 6,8% respecto a 2019 (+27,4%), mientras que el de los servicios de comidas y bebidas está cerca (5.627 cotizantes, 69 menos que hace tres años).

91% fijos

El vuelco dado al mercado laboral por la reforma emprendida a comienzos de año queda patente en los datos de noviembre de Ibiza: de los 36.612 empleos del régimen general (asalariados), el 91% (33.331) son fijos, cuando hace un año suponían el 69%. En sólo un año han aumentado un 39%, mientras que los temporales han caído un 70%. Hay que recordar que los fijos discontinuos no computan como afiliados si no están activos, pues no cotizan, de manera que en el caso de las estadísticas relacionadas con las afiliaciones no suponen un artificio contable. En el caso de los registros del paro, diversos organismos y entidades (y partidos, como el PP) sí que consideran que el elevado número de fijos discontinuos maquilla las estadísticas al no computar como desempleados aquellos que no están activos.

«Parece un contrasentido, pues a lo mejor esperaríamos que la situación del mercado laboral no fuera tan aparentemente boyante», reconoce José Antonio Roselló, economista y vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB). A su juicio, «se está produciendo un doble fenómeno. Primero, sigue habiendo un efecto pospandemia, especialmente en nuestro territorio, que ha arrancado con mucha fuerza tras estar en la postración más absoluta durante los años 2020 y 2021. Ese efecto retroalimenta lo que sería una situación normal». Es el efecto carpe diem, el de procurar vivir «como si no hubiera un mañana», por si en el futuro inmediato nos encontramos otra vez recluidos en nuestras casas durante varios meses.

«Una isla económica»

El segundo factor es que, pese a que «en el futuro vienen nubarrones, aquí se actúa como si no fuera a llegar la tormenta. Se mira al futuro de una forma diferente a como se hace en otros sitios. Coincide lo que sucede con la idea de que Ibiza es un lugar distinto donde no pasarán cosas que sí ocurren en otros lugares». El vicepresidente ibicenco de la CAEB considera que «habría que moderar expectativas, pero no se hace, y el ejemplo es la construcción», con el ladrillo sobrecalentado, quizás porque el de Ibiza se ha convertido (frente al de otros lares de la Península) en un valioso activo frente a los ridículos réditos de los depósitos bancarios.

«A medio plazo -dice Roselló-, no el año que viene sino dentro de un trienio, la situación se habrá normalizado y se acabará doblegando la inflación. Pero ahora vienen curvas en la economía internacional y europea. La propia presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, advirtió el jueves de que la actual situación lastrará el crecimiento. Y el día anterior, la Reserva Federal (Estados Unidos)». Aun así, «en Ibiza parece que se vive al margen de lo que pasa en el mundo. La isla tiene características diferenciales. También es una isla económica».

Recomienda «ir con cuidado en el corto plazo. Vienen curvas, y nuestros clientes [los turistas] también las van a tener. Hay que ser prudente, tener las cuentas saneadas». Prudencia frente a un exceso de confianza de cara al futuro, frente a esa idea de que nada nos fuera a afectar.

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