Solidaridad

Sanidad en Ibiza: «Aspanob no es que nos ayudara, es que nos salvó»

Desde 1987, la Asociación de padres de niños con cáncer de Balears (Aspanob) facilita hospedaje y asistencia a las familias pitiusas o menorquinas que deben desplazarse a Mallorca para el tratamiento oncológico de sus hijos. La entidad se financia gracias a eventos solidarios como el que este domingo se celebra en el Passeig de la Mar de Sant Antoni, con odo tipo de actividades y espectáculos durante todo el día.

Representantes de Aspanob, del Ayuntamiento de Sant Antoni y de Ports de Balears ayer, durante la presentación del festival. | J.A.C.

Representantes de Aspanob, del Ayuntamiento de Sant Antoni y de Ports de Balears ayer, durante la presentación del festival. | J.A.C. / Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Abandonar Ibiza o Formentera para recibir asistencia sanitaria o acompañar un familiar enfermo supone un mazazo que se multiplica en el caso de los pacientes oncológicos. El temor que genera la patología se multiplica al llegar al hospital de referencia en Palma, sin saber a quién dirigirse para recibir asesoramiento.

Carmen Vargas tuvo que desplazarse a Mallorca, de un día para otro, para acompañar a su padre al hospital de Son Dureta. Ramón Soriano tampoco tuvo tiempo de planificar nada cuando se fue con su hija, de 13 meses, a la que le detectaron leucemia.

Carolina Palomino tenía 50 euros en el bolsillo y una mochila con ropa para los cinco días de su primera semana de radioterapia por un cáncer de mama, pero no sabía dónde podría dormir el día que aterrizó. Conoció la existencia de la Asociación de padres de niños con cáncer de Balears, (Aspanob) que, nada más salir de su primera sesión en la Clínica Miramar, la recogieron para facilitarle hospedaje. «Encima me pidieron disculpas porque decían que era una habitación pequeña, cuando yo me sentía culpable porque no tenía que pagar nada», recuerda Palomino.

Imagen de la feria de Aspanob celebrada el año pasado. | J.A.RIERA

Imagen de la feria de Aspanob celebrada el año pasado. | J.A.RIERA / Josep Àngel Costa

«Aspanob no es que nos ayudara, es que nos salvó», sentencian todos. Todos ellos, ahora forman parte de la delegación de esta entidad en las Pitiusas y colaboran para que otras personas sigan recibiendo la solidaridad que ellos recibieron en su momento.

Este domingo, junto al resto de voluntarios, organizan en el Passeig de la Mar de Sant Antoni, en la playa de s’Arenal, el XV Festival de Canto y Baile a beneficio de Aspanob, en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad y Ports de les Illes Balears. Desde las nueve de la mañana y hasta la noche, ofrecerán actividades y talleres para los más pequeños, un mercadillo solidario, rifas y todo tipo de actuaciones, además de comida a precios populares.

"Las subvenciones son pocas y llegan tarde"

Con esta feria, y el resto de eventos que se llevan a cabo en el conjunto de Balears, Aspanob recauda más de la mitad de su presupuesto anual. «Las subvenciones son pocas y llegan tarde», lamenta Vargas. Así, con sus eventos y las donaciones de socios y particulares, mantienen cinco pisos de acogida en Mallorca y uno en Barcelona, además de ofrecer dietas y asistencia a las familias que se deben desplazar fuera de su isla en unos momentos tan difíciles. Unas 60 familias de Balears reciben cada año su ayuda, una docena de ellas pitiusas.

Empatía

Aspanob nació de la mano de un matrimonio mallorquín, Jaume Coll y Eulalia Rubio, que pasaron por el trance de seguir el tratamiento de su hijo de 13 años, enfermo de leucemia. En Son Dureta, conocieron el desamparo que sufrían las familias de las islas menores en su misma situación. Conocieron a alguna que, por falta de recursos, tuvo que dormir en el césped del hospital para estar cerca de su hijo.

Aspanob amplió su campo de ayuda y atiende también a los familiares de enfermos adultos y a otras patologías

Aunque en sus inicios se dedicaba a los padres de niños con cáncer, Aspanob amplió su campo de ayuda y atiende también a los familiares de enfermos adultos y a otras patologías a través de una asociación filial, Asambdib. Cuando Vargas acompañaba a su padre en Son Dureta, en 2008, preguntó en recepción si, al igual que sucedía en Can Misses con los familiares de los formenterenses ingresados, ella podría recibir menús del hospital.

Fue allí donde le informaron de la existencia de Aspanob. Al explicarle a su padre toda la ayuda que les ofrecía la entidad, este pensaba que tanta bondad no era posible. «No se lo creía y me decía que no hiciera caso», bromea Vargas al recordarlo.

Ramón Soriano tampoco se lo quería creer, pero porque la información que esperaba recibir al llegar a Son Dureta, es que iba a poder regresar a Ibiza. Con su esposa y su pequeña, estuvieron ocho meses en una habitación en uno de los pisos. «Compartes la casa con otras familias con hijos. Gente que puede comprenderte porque padece el mismo problema, mientras los niños pueden convivir con otros pequeños en su misma situación», destaca.

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