El Supremo ratifica que Matas quiso amañar el concurso de Son Espases

El expresidente termina su larga trayectoria judicial con una nueva condena de diez meses de prisión

J.F.Mestre. Palma

La larga trayectoria judicial de Jaume Matas ha concluido con una nueva sentencia condenatoria. El expresidente ha visto cómo su intento de reducir su condena por el caso Son Espases ha fracasado. El Supremo ha rechazado el recurso que planteó su abogado, que únicamente recurrió uno de los tres delitos por el que fue condenado. No estaba conforme con la condena por el tráfico de influencias, aunque reconocía los otros dos delitos, la prevaricación y el fraude a la administración.

El recurso ha sido rechazado y, por tanto, se confirma la condena de diez meses de prisión, más diez años de inhabilitación. El tribunal confirma que Matas intentó amañar el concurso del hospital, la mayor obra pública realizada hasta entonces en Balears, pretendiendo otorgar el proyecto al empresario Villar Mir, de OHL. Sin embargo, finalmente la obra la realizó el empresario Florentino Pérez, al filtrarse el nombre del ganador antes de que se conociera la decisión de la Mesa de Contratación, lo que obligó a suspender la reunión y replantearse de nuevo los conceptos de puntuación de los proyectos.

Posible reingreso en prisión

Esta nueva condena contra Matas podría ocasionarle consecuencias penitenciarias. El expresidente se encuentra en tercer grado, como consecuencia de la condena por el caso Nóos. Esta nueva sentencia podría justificar que se revise su situación penitenciaria y no se descarta que se le rebaje al segundo grado, lo que supondría que tendría que volver a ingresar en la cárcel.

La sentencia es especialmente dura en su relato con la actuación de Matas, que utilizó a las personas bajo sus órdenes, como era la consellera de Sanidad, Aina Castillo, o el director general, Sergio Beltrán, para amañar el concurso público para construir el hospital. Un proyecto al que se había comprometido cuando optó a la presidencia del Govern.

Para vestir de legalidad todo el proceso administrativo, fue el propio Matas, según declara probado el tribunal, el que ordenó a sus subordinados la contratación de una empresa consultora. Se encargaría de valorar todos los aspectos (técnico y económico) de los proyectos que se presentaron para adjudicarse este concurso, para determinar cuál de ellos era el mejor. Pero para confirmar el amaño también era necesario manipular a la Mesa de Contratación y se hizo a través de la figura de su presidente (ya fallecido) que era un subordinado de Beltrán.

Durante el proceso de adjudicación Jaume Matas citó a la consellera Aina Castillo al gimnasio al que acudía. Allí le entregó un sobre, que supuestamente señalaba las directrices que debían valorar los técnicos, para asegurarse la elección de la oferta de OHL.

La consellera, que no llegó a abrir el sobre, se lo entregó a su subordinado Beltrán y éste se lo hizo llegar al presidente de la Mesa.

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