La multa a Gran Hospital Can Misses, la concesionaria del hospital ibicenco, podría rondar los dos millones de euros. Eso, dando por hecho que no se produzcan más sobresaltos y que el lunes, como ha anunciado el Ib-Salut, se pueda retomar la actividad quirúrgica. La primera vez que aparecieron moscas en la zona de operaciones (enero de 2017), ésta estuvo cerrada cinco días y el Área de Salud de Ibiza y Formentera propuso que se impusiera a la concesionaria una sanción de 210.000 euros en concepto de daños y perjuicios. En aquella ocasión se cancelaron 77 intervenciones programadas y se trasladó a Mallorca a tres pacientes para intervenciones urgentes.

Ahora, sin embargo, el bloque quirúrgico acumulará 20 jornadas clausurado, se han suspendido 139 intervenciones programadas y, hasta ayer a mediodía, se había tenido que derivar a 16 pacientes: diez al hospital de referencia de Son Espases y seis a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Hoy está previsto trasladar a un paciente de Traumatología al Hospital Son Llàtzer y el domingo uno al de Manacor, ambos en Mallorca. Esto hace suponer que la multa que propondrá en Área de Salud Pitiusa será cuantiosa.

Algunas fuentes consultadas afirmaron ayer que, previsiblemente, esta superará el millón y medio de euros y que es posible que ronde los dos millones. Esta cantidad se calculará en función de unos conceptos ya previstos en el contrato y que tienen en cuenta el cierre del bloque quirúrgico, el coste de los traslados de los pacientes y lo que deberá abonar la sanidad pública a los profesionales en concepto de jornadas extraordinarias para, una vez reabiertos los quirófanos, recuperar lo antes posible las operaciones aplazadas.

Calcular la sanción

Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera señalaron ayer que en estos momentos están centrados en solventar el problema y que hasta que no estén operativos todos los quirófanos y se recupere la normalidad no se centrarán en calcular la cuantía de la sanción a Gran Hospital Can Misses. Los nueve traslados realizados a Mallorca hasta el pasado domingo 17 de junio ya habían supuesto a la sanidad pública un desembolso de, al menos, 200.000 euros, a los que habría que sumar el gasto de las derivaciones a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Sólo los dos trayectos (ida y vuelta) de un paciente en el helicóptero sanitario del 061 tienen un coste de 9.990 euros. Una operación de Traumatología, sin contar los trámites burocráticos, el anestesista ni la utilización del quirófano puede oscilar entre los 4.738 y los 19.378 euros.

Durante todo este tiempo, los profesionales que deberían haber estado operando se han centrado en atender consultas. Esto, indicó un portavoz del Área de Salud, tendrá consecuencias en las listas de espera quirúrgica y de consultas con el especialista: «Es previsible que aumente la lista de espera para una operación y que, en cambio, se reduzcan bastante las de consultas».

Prácticamente todo el personal afectado se ha mostrado dispuestos a realizar jornadas extraordinarias en horario de tarde para tratar de recuperar las intervenciones aplazadas. «Algunos trabajadores, incluso, tenían vacaciones y han aceptado retrasarlas», afirmó ayer un portavoz de la gerencia del área sanitaria pitiusa. Esto significará que durante unos días los quirófanos no sólo programarán operaciones durante la mañana (los quirófanos se ponen en marcha a las siete y finalizan su actividad alrededor de las tres de la tarde) sino que alargarán el horario de intervenciones hasta última hora de la tarde.

Partidos políticos y profesionales han reclamado al Govern que rescinda el contrato con la concesionaria, algo que tanto la consellera de Salud, Patricia Gómez, como la presidenta del Govern, Francina Armengol, ya han señalado en varias ocasiones que es complicado porque el contrato esta «bien atado» y recuperar la gestión del hospital tendría un coste muy elevado.

Origen de las moscas

Por el momento se desconoce el origen de la repetida aparición de moscas en el bloque quirúrgico. La primera vez que estos dípteros obligaron al cierre de los quirófanos (enero de 2017) los técnicos llegaron a la conclusión de que el problema se encontraba en el forjado sanitario, es decir, en la falta de aislamiento entre el suelo del bloque quirúrgico y el terreno, lo que hacía que los insectos se colaran a través de los conductos de ventilación. Este problema se solucionó, por lo que se ha descartado que ésta haya sido la vía de entrada en las últimas dos ocasiones.

Desde el Área de Salud explican que cuando se habla de problemas estructurales se refieren a que se han descubierto puntos de la fachada que no están bien sellados y por los que se pueden colar los insectos. Esto es lo que se está tratando de solucionar en estos momentos. El bloque quirúrgico está dividido en dos espacios, uno, más grande, en el que hay seis quirófanos y otro en el que hay dos salas de operaciones además del espacio en el que se realizan las operaciones de cirugía mayor ambulatoria y en el que no se habían detectado moscas. De ahí que los trabajos de sellado se dividieran en dos.

En un primer momento se abordó la zona mayor y se mantuvo uno de los quirófanos del espacio menor para operaciones urgentes. La intención era reabrir el miércoles los seis quirófanos ya sellados y comenzar los trabajos en los otros. Sin embargo, la detección de un hongo ambiental en los análisis impidió el miércoles reabrir cinco de los seis quirófanos previstos. Desde Microbiología han explicado a la gerencia del Área de Salud que aún están analizando este hongo para «ponerle nombre y apellidos». Desde la gerencia afirman que tras las obras de sellado se llevó a cabo una limpieza exhaustiva de la zona en la que se cambiaron, incluso, los filtros de ventilación, «a pesar de que no era necesario porque se habían cambiado hace muy poco».

Quirófanos en alto

El hongo apareció en cinco de los seis primeros quirófanos cerrados. Aunque no ha sido posible retomar la actividad quirúrgica, esto ha permitido, al menos, mantener la planificación de los trabajos de sellado. El único en el que los análisis no detectaron este hongo pasadas 72 horas, ha podido quedarse como quirófano de urgencia mientras se sella la zona de los quirófanos 7 y 8 y la zona de cirugía mayor ambulatoria.

Profesionales de Can Misses están convencidos de que la aparición de moscas en los quirófanos se debe no sólo a un problema de construcción del edificio, sino también a una mala planificación. Creen que si el bloque quirúrgico se encontrara en un piso elevado en vez de en la planta baja se reduciría «de forma considerable» el riesgo de que se colaran insectos. De hecho, aseguran que si se tuviera que planificar ahora el hospital, después de lo que ha pasado, «seguramente» nadie aceptaría que los quirófanos estuvieran en la planta baja.

Los técnicos del Área de Salud Pitiusa creen que otra de las cosas que facilita que los insectos accedan a los quirófanos son las cubiertas vegetales del edificio. Éstas se diseñaron con la intención de que ayudaran a regular la temperatura en el edificio, pero ahora la gerencia ha pedido a la concesionaria que las retiren para minimizar los riesgos, una medida que se adoptará «a medio plazo».