La empresa concesionaria de la construcción y el mantenimiento del bloque quirúrgico del hospital de Can Misses se enfrenta a una sanción millonaria. Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera no saben a cuánto podría ascender esta multa e insisten en que ahora lo más importante es concluir el sellado del edificio para impedir que entren más insectos y poder reabrir cuanto antes los quirófanos, pero recordaron que la propuesta de sanción que el Ib-Salut formuló el año pasado, cuando los quirófanos estuvieron cinco días cerrados por la presencia de moscas, fue de 210.000 euros.

En consecuencia, teniendo en cuenta que hace dos semanas fue necesario cerrar dos de los quirófanos durante dos jornadas y que, desde la semana pasada, están clausurados de forma indefinida, es decir, hasta que se pueda garantizar la desinsectación, la sanción que se prevé para la empresa concesionaria superará fácilmente el millón de euros.

Acerca de la posibilidad de retirar la concesión a esta empresa de manera definitiva y que sean los técnicos del Ib-Salut quienes se hagan cargo del mantenimiento del bloque quirúrgico -como ocurre en la actualidad, aunque de forma temporal-, desde el Área de Salut de las Pitiüses no quisieron hacer valoraciones.

«Ahora lo verdaderamente importante es seguir trabajando en el sellado [del edificio quirúrgico], que es una tarea amplia y compleja», apuntaron. Los técnicos no se atreven aún a marcar un fecha de finalización de los trabajos, si bien saben que durarán al menos toda esta semana.

«Aclarar el problema»

En el mismo sentido se expresaron en la conselleria de Salud. Ni la consellera Patricia Gómez ni el director general del Ib-Salut, Juli Fuster, quisieron hacer declaraciones. Según dijo un portavoz, aún es pronto para tomar decisiones, como la posibilidad de que el Govern recupere la gestión de los quirófanos o la cantidad de la sanción. «Primero tendremos que aclarar cuál ha sido el problema, resolverlo y luego lo analizaremos, pero lo primordial es que la gente se pueda operar en Can Misses», señaló desde Mallorca el portavoz del Ib-Salut.

No obstante, en el Área de Salud de Ibiza y Formentera tienen claro que no se trata de un problema «puntual», tal y como dijo la empresa concesionaria cuando ser produjo la primera crisis, en enero de 2017, sino que es una cuestión «estructural», fruto de la mala calidad de la construcción del nuevo hospital, que tan sólo tiene tres años, y que corrió a cargo de la misma concesionaria que gestiona el mantenimiento del edificio quirúrgico.

Pero lo que realmente ha motivado la desconfianza hacia esta empresa es que, hace dos semanas, cuando hubo que cerrar dos de los quirófanos porque había moscas, los técnicos de la concesionaria no encontraron deficiencias. Según declaró Carmen Santos, responsable del área, resulta «incomprensible que en pocas horas hayamos encontrado distintas irregularidades en la estructura del edificio, gracias al trabajo de los ingenieros del Área de Salud y del Ib-Salut, y que la concesionaria en sus distintos informes no lo haya hecho». «Nuestra responsabilidad es llegar al fondo de este asunto para garantizar que no vuelva a repetirse y en ese sentido estamos dando los pasos», añadió Santos.