Coses Nostres | Gerret: Un pez abundante en un mar esquilmado

Desde noviembre a finales de abril, el gerret asciende de las profundidades y se acerca a la costa, lo que permite su pesca con artes tradicionales y lo convierte en un pescado de temporada.

Descarga de gerret de un ‘llaüt’ durante la última Fira des gerret.

Descarga de gerret de un ‘llaüt’ durante la última Fira des gerret. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

En muy contadas ocasiones se usa el adjetivo sostenible con la exactitud con la que se emplea al hablar de la pesca del gerret, el caramel, un pez que forma grandes cardúmenes a media agua en zonas de arena a poca profundidad, abundante en aguas de las islas y propio del Mediterráneo. De hecho, muchos de los pequeños peces que conforman grandes bancos como el gerret —los que se encuentran en los primeros escalones de la cadena alimentaria de los océanos, tras el plancton— son actualmente los únicos para los que, en justicia, debería utilizarse el ya tan manido epíteto de sostenible. Son especies que a los ecosistemas les cuesta menos esfuerzo crear, que no necesitan largos años para desarrollarse y reproducirse y que lo hacen en grandes cantidades. Por el contrario, no es sostenible, independientemente del arte pesquero que se emplee, la pesca de peces longevos como el mero o la tintorera, que realizan una función clave en las cadenas tróficas costeras pero cuyas poblaciones se han reducido de manera drástica año tras año. Las tres especies citadas pueden pescarse legalmente, pero para la salud del ecosistema no es lo mismo comerse un mero que un gerret.

El gerret de artet es el caramel pescado de forma tradicional, con llaüt, y siempre en los mismos puntos de la costa ibicenca, las zonas de bol como es Jondal y Tagomago; fer bol es como se conoce a la acción de pescar el gerret. En la actualidad sólo cinco barcas de la isla se dedican a esta pesca, con redes de hasta 300 metros que se calan al amanecer teniendo en cuenta las corrientes y apenas rozando un fondo marino de arena a menos de 30 metros de profundidad. Sus características, las zonas escogidas y el hecho de que su objetivo sean bancos de peces muy concretos contribuyen también a que esta pesca sea muy selectiva y que sean relativamente pocos los descartes, los ejemplares de otras especies atrapados en las redes.

Todas estas características del gerret de artet justifican que el Consell Insular promueva su consumo, que fue muy habitual en las casas ibicencas hace aún dos o tres décadas, y que se organice la Fira des Gerret en Santa Eulària (este año se ha celebrado la octava edición). Hay que explicar que este pez puede encontrarse en los mercados durante todo el año, ya que es atrapado por diversas técnicas pesqueras, incluida la pesca de arrastre, pero sólo puede pescarse con artet desde noviembre hasta finales de abril o incluso hasta mayo, cuando los cardúmenes se acercan a la costa y se encuentran a menor profundidad.

El gerret —de nombre científico Spicara smaris— es un pez que, buceando, es habitual ver en las praderas de posidonia, en fondos de arena y a más de 10 metros de profundidad. Como tantos otros, cambia de profundidad según cambia la temperatura del agua, de forma que, en verano, se encuentra a mayores profundidades y al llegar el otoño asciende a aguas superficiales y se encuentra, así, al alcance de la flota tradicional. Y también como otras especies, es un animal hermafrodita secuencial proterogínico, lo que significa que una parte de las hembras se transforma en macho en algún momento de su maduración.

Un nombre con personalidad

Gerret es una palabra difícil de pronunciar para los que no están familiarizados con ella ni son catalonaparlantes. Así que el nombre tiene mil pronunciaciones y a menudo acaba convertido en charret, xaret o jared. 

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