Día Europeo de Amigos de los Museos

Una inmersión a fondo en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza

Cerca de una treintena de personas, guiadas por Elena Ruiz y Ángeles Martín, se adentran en el universo creativo de la artista Joana Vasconcelos y descubren los secretos del yacimiento arqueológico conservado bajo el suelo de la planta -2 del museo   

La curiosidad y las ganas de conocer a fondo los tesoros artísticos y arqueológicos que alberga el Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE) son las que han llevado a Alfredo Larmón a apuntarse a la visita guiada que está a punto de comenzar. Idéntica motivación tienen Andjela o Pere Planells, que, como las amigas que le acompañan, está especialmente interesado en descubrir los secretos de los hallazgos que se conservan bajo el suelo de la planta -2 del museo. Será Ángeles Martín, arqueóloga del departamento de Patrimonio del Ayuntamiento de Ibiza, la que acompañe al grupo en este viaje a las entrañas del MACE. También ejercerá de guía la directora del museo, Elena Ruiz Sastre, que se encargará de abrirles las puertas del universo de Joana Vasconcelos y de ‘Valkyrie Crown’, la monumental obra que se exhibe en la Sala de Armas.

«La cita se ha programado hoy (por ayer) para celebrar el Día Europeo de Amigos de los Museos». Lo explica Ruiz unos instantes antes de comenzar la visita guiada a la exposición temporal del MACE con una parte del grupo, compuesto por casi una treintena de personas, entre ellas, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ibiza, Carmen Domínguez.

El arte de Joana Vasconcelos

La directora del museo enseguida atrapa la atención de la concurrencia revelando algunos detalles biográficos curiosos y poco conocidos de la creadora de ‘Valkyrie Crown’. «Joana Vasconcelos empezó su carrera de forma muy discreta y durante un tiempo, hasta que se hizo famosa, tuvo que compaginar su faceta creativa con otros trabajos, como el de segurata en una discoteca, a lo que ayudó que fuera cinturón negro de kárate», cuenta nada más empezar. Luego habla del reto que supuso para esta creadora exponer en el Palacio de Versalles y cuenta algunos detalles de su enorme atelier, «un antiguo silo a orillas del Tajo en Lisboa, la ciudad donde reside, concebido para poder producir obras a gran escala». En este estudio, «que tiene prácticamente la estructura de un museo», trabajan decenas de técnicos y artesanos, sobre todo mujeres, que cosen y bordan para hacer realidad las fantasías de Vasconcelos, a la que Ruiz define «como una valiente».

La responsable del MACE también explica qué es lo que motiva a esta creadora a hacer obras monumentales: «Vasconcelos no quiere que sus creaciones estén sometidas al espacio donde se exponen, lo que quiere es que dialoguen de tú a tú con él».

A continuación, invita a los asistentes a que dirijan su mirada hacia la enorme escultura que abraza la columna central de la Sala de Armas, con cabeza y tentáculos confeccionados con diferentes tejidos . «Su poder visual es evidente por los colores, por sus dimensiones y por la valentía de la composición, que nos conduce directamente al mundo doméstico y al universo femenino», señala. Habla, además, de las valquirias, las «deidades de las sagas nórdicas» que dan nombre a ésta y a otras obras monumentales de la artista plástica, y se remonta a la mitología griega y a la figura de Ariadna para ofrecer su particular interpretación de lo que simboliza la corona, que también forma parte del título de la creación.

Antes de concluir, Ruiz anima a los presentes a dar rienda suelta a su imaginación para que cada uno interprete la escultura de Vasconcelos a su gusto.

Las explicaciones de la directora del MACE han conseguido alimentar la curiosidad de los asistentes, que le preguntan, entre otras cosas, por los nuevos proyectos de la artista lusa y sobre el montaje de la escultura exhibida en el museo.

Una inmersión a fondo en el MACE

Una inmersión a fondo en el MACE / Maite Alvite

Del siglo VI a.C. al XII d.C.

La visita guiada continúa con Ángeles Martín en el piso-1, donde se ofrece una panorámica completa del yacimiento arqueológico conservado bajo el suelo de la planta -2 del museo, en pleno corazón del baluarte de Sant Joan. «Me interesa que apreciéis claramente la superposición de estructuras», señala, antes de bajar a la última planta del MACE para mostrar al detalle todos los restos hallados durante las obras de ampliación del edificio en 2008. Las construcciones más antiguas encontradas son fenicias y estarían datadas en torno al siglo VI a.C., pero también hay hallazgos de épocas púnica, romana e islámica.

La arqueóloga señala primero un muro de considerable anchura que se puede ver a través del suelo transparente y que «podría haber sido muralla». Pegado a él hay otro muro más pequeño, «el más antiguo de los hallados aquí», que sería de época fenicia y que conectaría con una habitación de planta cuadrangular del mismo periodo cuyos cimientos se pueden apreciar un poco más adelante. Se puede ver al lado «una letrina con la canalización correspondiente» de época romana.

Martín muestra otros habitáculos, en esta caso de época púnica, cuya funcionalidad no está clara, podrían haber sido viviendas o almacenes. También sería del mismo periodo la cisterna que se puede contemplar en uno de los extremos del yacimiento y que, al parecer, «fue abandonada en época romana, en torno al siglo II d.C.».

De todos los hallazgos encontrados en este espacio, lo que más llama la atención de los presentes en esta visita guiada son los enterramientos de época islámica, la cronología de los cuales se sitúa entre los siglos X y XII d.C. «Hallamos, distribuidos por todo el yacimiento, restos óseos que corresponderían a unos 25 o 30 individuos: niños, adolescentes y, al menos, ocho adultos», detalla la arqueóloga, apuntando al único sarcófago encontrado en las excavaciones, construido con losas de marès. Resulta curioso para muchos lo estrecho que es. «Los cuerpos se depositaban en las tumbas en posición decúbito derecho, orientados hacia la Meca», explica mostrando una foto del momento del hallazgo. En ella se ve el esqueleto que se encontró dentro del sarcófago, «que, según los estudios antropológicos realizados, pertenecería a un varón de entre 35 y 45 años».

La arqueóloga se detiene a explicar también todos los restos arqueológicos que se exhiben en una vitrina y que pertenecen a este yacimiento. Hay huesos de animales , cerámicas de todo tipo y algunos moluscos como el murex, del que se sacaba la púrpura. «Los materiales más antiguos que encontramos son del Bronce final y de época fenicia», apunta. Después se detiene a dar detalles sobre algunos de los objetos más interesantes de la vitrina, como unas pesas de telar, una lucerna norteafricana o un molde para marcar panes con un gallo grabado.

La visita guiada concluye y, a juzgar por los comentarios de los asistentes, se han quedado con ganas de más.

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