‘Ballada’, ‘riflacos’ y ‘castanyoles’ para los mayores Colisée Sa Residència

Sa Colla de L'Horta de Jesús ameniza la mañana de los residentes con una 'ballada', una 'sonada a la mitad y la exhibición de una pagesa de los 11 'riflacus' que llevaba puesto.

Carmen Ferrer: «No respetar a nuestros mayores nos convierte en una sociedad coja»

Sobre las 11.30 horas de la mañana repicaban entre las paredes de Colisée Sa Residència las castanyoles, el tambor y la flaúta de sa Colla de l’Horta de Jesús para celebrar una ballada en homenaje a las personas mayores. En la cafetería de este espacio muchos quisieron disfrutar de un rato el ball pagès que se les había organizado la comisión de fiestas de Jesús con motivo del homenaje a los mayores previsto en el programa.

Los usuarios de la residencia acogieron muy bien este acto y durante la ballada algún que otro residente pedía que las pageses enseñaran sus riflacus.

«Les gustan muchísimo estas actividades, todo lo que tenga que ver con música y bailes les estimula muchísimo. Aunque algunos tengan algún problema de audición, como son cosas muy visuales les impacta y lo agradecen mucho», explicó Nuria Asensio, una de las técnicas de actividades socioculturales, que recibió a algunos de los balladors para que pudiesen entrar al recinto sin ningún problema, ya que los trajes son delicados y no podían mojarse. «Hay mucha gente que es de aquí, por lo que todo lo que sea recordar viejas costumbres y rememorar les viene muy bien», añadió Asensio. Un hecho que confirmaban con sus aplausos los mayores durante la ballada.

‘Ballada’, ‘riflacus’ y ‘castanyoles’ para los mayores Colisée Sa Residència |  MARÍA PAREJO RIBAS

Los mayores aplauden y animan a los 'balladors' sin parar, algo que demuestra que se lo pasaron realmente bien. / Toni Escobar

Enaguas hacia arriba

En medio de la ballada, que comenzó con la tradicional curta por la pagesa vestida de gonella y el ballador más mayor, salieron dos pageses a acompañar a la que iba vestida de blanco, la ‘novia’, a la que ayudaron a que mostrara las enaguas porque era la que más llevaba. Los iban levantando cuidadosamente entre las dos ya que es una prenda muy delicada. En total subieron once, y al final la balladora mostró la pierna para que el público pudiera comprobar que no llevaba más.

Las tres balladores le bajaron de nuevo cada uno de las enaguas y tras ellas salieron los dos sonadors y un ballador con las castanyoles para tocar una sonadeta y ambientar más esta mañana dedicada a los residentes.

«Ayer [por el sábado], cuando vimos la predicción dudamos si venir vestidos o no, pero la actuación y la fiesta no es lo mismo. Esta mañana nos ha dado la sensación de que nos daría tiempo a venir», narró Vicent Escandell, presidente de Sa Colla de L’Horta de Jesús, quien añadió que no sabía si podrían venir los 14 balladors que estaba previsto que bailasen por las malas previsoines meteorológicas.

Hacer a todos partícipes

«Llevamos viniendo a la residencia desde el año pasado y, como empiezan ahora las fiestas de la gente mayor, y al haber aquí mayores que no pueden acudir a disfrutarla, pensamos que, ya que hacemos la actuación vestidos en Jesús, por qué no hacerla aquí también». Escandell puntualizó que de esta forma, los mayores también podían disfrutar de la tradición, sobre todo para aquellos que no pueden ir a la plaza para verlo en directo.

‘Ballada’, ‘riflacus’ y ‘castanyoles’ para los mayores Colisée Sa Residència

Una 'pagesa' muestra sus anillos a una señora que se lo había pedido. / María Parejo Ribas

«Me emociona verlo porque me recuerda a mi madre, que iba así vestida», declaró Francisca Marí, una de las residentes. «Me ha parecido muy bonito. Era la primera vez que lo veía porque no soy de aquí», señaló Antonio Manuel Peral, otro de los mayores.

También quiso acompañar ayer la colla y a los residentes la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, quien comentó que en la fiesta de después para los mayores habría premios para ellos con motivo de las actividades que desarrollan en su sede social. «Una comida de germanor», afirmó Ferrer. «Lo que somos ahora en cada parroquia es gracias al resultado del trabajo de nuestros mayores y tenemos que poner en valor sus consejos, que son muy útiles para los jóvenes y el futuro», abundó la alcaldesa. También valoró todo lo que enseñan los mayores: «En una sociedad en la que vamos tan rápido, no respetar a nuestros mayores nos convierte en una sociedad coja. Hay que seguir con el respeto hacia ellos. Nos hacen ver lo que ha cambiado todo y que tenemos que respetar nuestras tradiciones y raíces».

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