Lagartijas y serpientes, un problema muy grave

María D. Calvo Vila

Leo en el Diario de Ibiza del 27 de marzo, el artículo sobre la conferencia del señor Pérez Mellado el pasado 26 de marzo en Can Jeroni. Me sorprenden los titulares y el tono algo despectivo sobre algún dato. No sé si es del periodista encargado de la redacción del mismo o refleja el que utilizó el conferenciante. ‘No, las culebras no se comerán todas las lagartijas de Ibiza antes de 2030’. ¿Será pues en 2031 o 2040?

Vivo en la zona NE de la isla, entre Santa Gertrudis y Sant Miquel, paseo casi diariamente por el terreno de la casa y por la zona ¡y hace cuatro o cinco años que no he visto una lagartija! Dice el conferenciante: «No por no verlas, no las hay» pero es que antes las contemplábamos con mis hijos, tomando el sol sobre las piedras, tranquilas. Ahora, ni de lejos las vemos correr. Con la misma premisa: veo culebras porque las hay, no veo lagartijas porque no las hay.

Los gatos, posibles depredadores de lagartijas… (siempre los ha habido en las casas payesas). No tenemos gatos en casa y de haberlos, no se meten entre las piedras de la pared para hurgar en los nidos de las lagartijas. Las culebras sí pueden hacerlo.

No conozco a Elba Montes, pero una tesis no se hace de cualquier manera ni se dan unos resultados al azar. La zona que controlo es de unos 40.000m2 y día a día llego a la misma conclusión: ¡en la zona NE de Eivissa no hay lagartijas! Interesante el dato del nuevo intento de comercializar la lagartija: seguro que la autoridad correspondiente estará atenta.

De momento, aquí en Ibiza, con el proyecto ‘Salvem les sargantanes’ se está trabajando para concienciar a administraciones públicas y población sobre la necesidad de controlar la entrada de culebras y para realizar actuaciones prácticas que eviten que estos depredadores se extiendan y pongan en peligro la existencia de nuestras lagartijas. Participar en el tema de las trampas, avistamientos de serps/lagartijas, crear una zona de refugio para estas últimas en la zona sur (donde según los datos, parece que todavía las culebras no se han extendido) es una manera práctica, real y creo que efectiva para evitar su desaparición. Es de esperar que aunemos conocimientos y trabajo práctico para conseguirlo.