Opinión | Para empezar

Envidia canaria

@ Fdelama

Durante los años de carrera universitaria compartí piso con un canario, de Fuerteventura, que cumplía uno por uno todos los tópicos del canario de bien, sobre todo esa tranquilidad rayana en el sueño que suele confundirse con pereza. Por eso me sorprendió ver este fin de semana a miles de canarios, hasta 100.000 según los organizadores, en la calle para protestar por el exceso turístico que les aplasta como una apisonadora, con la masificación, la escasez de vivienda, el daño a la naturaleza, la construcción desmesurada... Problemas que no solo no nos son ajenos en el archipiélago balear sino en los que, por lo que conozco de Canarias, les sacamos bastante ventaja. He de confesar que sentí cierta envidia de ver una movilización social tan importante en defensa de unos derechos que aquí también nos han sido sustraídos sin que pase nada. Lo más divertido fue leer ayer al director insular de Turismo, Juan Miguel Costa, afirmar que lo que los canarios piden «son debates ya superados en nuestras islas». Y cita la ecotasa contra la que su partido tanto batalló, la Oficina de Lucha contra el Intrusismo o el futuro plan de intervención turística (PIAT). Gotas de lluvia en el mar. Ni el debate del intrusismo, ni el de la masificación ni el drama de la vivienda están ni superados ni en vías de superación en las Pitiusas. Ni de lejos.

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