Opinión | Tribuna

Este verano volverá a faltar agua desalada y estamos en prealerta de sequía

«Faltan pocos meses para que se alcance la capacidad máxima de producción de agua desalada que tiene la isla y ya no hay capacidad suficiente para abastecer a los núcleos urbanos de los cinco municipios»

Faltan pocos meses para que se alcance la capacidad máxima de producción de agua desalada que tiene la isla de Ibiza y ya no hay capacidad suficiente para abastecer a los núcleos urbanos de los cinco municipios, que no tendrán más remedio que utilizar agua subterránea de los pozos municipales, que tienen un nivel de salinidad muy elevado.

La Agencia Balear del Agua (Abaqua), la empresa pública del Govern que compra el agua desalada a la empresa explotadora de las tres plantas, es responsable de distribuir el agua a los municipios y fijar con ellos los límites de abastecimiento de agua desalada en julio y agosto. Con el Govern anterior había, supuestamente, una negociación, algo absurdo, como si no supiéramos nosotros mismos el agua que necesitamos. Desde luego, las empresas concesionarias sí lo saben, ya que facturan cada metro cúbico suministrado, solo hay que preguntarles y sentarse en una mesa Consell y ayuntamientos, poner encima de la mesa las necesidades reales y la forma de cubrirlas, los pozos que tiene cada ayuntamiento y en qué condiciones están las masas de agua subterránea disponibles, la mayoría en mal estado por su alta salinidad a causa.

Y así se produce algo inexplicable: se obliga a extraer agua de pozos ya sobreexplotados, lo cual contribuye a empeorar el estado de esas masas de agua y a dar un mal servicio a los consumidores. Pero resulta que existen algunos caudales de agua subterránea en buen estado, de donde se podrían obtener las cantidades necesarias para cubrir las puntas de consumo, inyectando esas extracciones a la red interinsular. Lo que ocurre es que esos pozos de agua buena están en municipios distintos a los que tienen problemas de abastecimiento; en Vila y Sant Josep no hay ninguno, por ejemplo.

Esta tampoco sería la solución definitiva, pero por lo menos se explotarían pozos sin problemas y los usuarios recibirían un buen servicio. En el Plan Hidrológico de Baleares 2022-2027 se contemplan tres masas de agua con reservas suficientes para cubrir las puntas de consumo: Sant Llorenç, Portinatx y es Figureral, en total 0,7 hectómetros cúbicos, más del doble de lo que necesitamos. No entiendo cómo Abaqua no puede extraer agua de buena calidad e incorporarla a la red interinsular y así poder cubrir las puntas; sería además un buen negocio: compraría agua de pozo y la vendería en la red como desalada. Aunque otro día habrá que hablar de tarifas, porque en julio y agosto se cobra agua salinizada a precio de agua desalada.

Otro tema es el debate sobre si hace falta producir más agua desalada o no. Los que están en contra del crecimiento ya sabemos lo que opinan, quieren convertir el agua en un recurso limitante y se niegan a reconocer que estamos rodeados de agua por todas partes y extraer la sal del agua de mar hace mucho tiempo que se viene haciendo, y cada vez más, en zonas próximas al mar. Son empresas españolas las que construyen las mayores desaladoras del mundo, en Arabia, Emiratos Árabes, Australia, Sudáfrica, América, con unas mejores tecnológicas muy relevantes que han disminuido mucho el consumo de electricidad: hoy en día consume lo mismo una hora de aire acondicionado que producir una tonelada de agua desalada.

Si queremos de verdad recuperar el estado de las masas de agua subterránea, sólo lo conseguiremos si el abastecimiento de agua de boca se realiza sólo con agua desalada y que sólo los agricultores puedan utilizar el agua subterránea para regar. Ya sé que es costoso llevar el agua desalada a los agroturismos o a hoteles, pero es una inversión relativa y prioritaria; conozco casos de agroturismos situados junto a la canalización que une las desaladoras que pidieron conectarse a esa red y pagar los gastos y se les respondió que está prohibido por las ordenanzas municipales. No sé a qué esperamos para cambiarlas y que sea no solo un derecho, sino una obligación.

En resumen, si hace falta producir más agua desalada, habrá que decidir cuanto antes dónde y cuándo, para que no pase lo de ahora, que decidimos ampliar la desaladora de Santa Eulària con otro módulo para producir 5.000 toneladas diarias más, y entre que se licita el proyecto, se adjudica, se redacta y aprueba, y más tarde se contrata la ejecución, pasarán dos años como mínimo, de modo que en esta legislatura no entrará en funcionamiento. O sea, dos años más sin agua. Si se hubiese contratado de forma urgente -que lo es- y a la vez el proyecto y la obra, en un año estaría en marcha y no tendríamos problemas. Pero con esta ampliación del módulo tampoco será suficiente. Por eso es difícil de entender que no se haya puesto en marcha un estudio de viabilidad económico-financiera sobre si es mejor construir una nueva o ampliar algunas de las existentes. Y que quede claro: las desaladoras no son edificios monstruosos para toda la vida, si dentro de 15 años ya no sirven se pueden desmontar muy fácilmente.

Al propio tiempo, Abaqua ha adjudicado la explotación, conservación y mantenimiento de las tres desaladoras y la red de interconexión a una UTE de dos de las grandes empresas españolas, que han ofertado una baja del tipo económico de la licitación del 33%, así que habrá que esperar en consecuencia que esa rebaja se repercuta a los ayuntamientos y que así se puedan abaratar los recibos del agua a los ciudadanos.

Suscríbete para seguir leyendo