La extrabajadora de una secta de ayahuasca como la de Ibiza: "Atábamos durante horas a los que tenían brotes psicóticos"

"Me ha tocado ver tres, cuatro casos, en los que les atábamos durante varias horas", relata la mujer

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"Teníamos una cuerda para atar a personas en caso de que tuvieran un brote psicótico, por orden del fundador", explica una extrabajadora de una secta de ayahuasca como la que dirigía Alberto José Varela en Ibiza en un reportaje de investigación emitido este jueves en el programa 'Vamos a Ver', de Tele5. En él, de apenas tres minutos, muestra, además del testimonio de la extrabajadora de la secta, las imágenes grabadas con cámara oculta por la reportera, que se infiltró en uno de estos retiros para consumir esta sustancia.

"Me ha tocado ver tres, cuatro casos, en los que les atábamos durante varias horas", continúa el testimonio de la trabajadora a la que se refieren con el nombre ficticio de María, tras el que se emite la experiencia grabada por la periodista en uno de estos retiros, que no se especifica dónde está. Ya en el espacio, la reportera debe contestar a por qué recurre a esta experiencia, qué la motiva. "Conectar más conmigo misma, con los demás", responde la periodista, a la que le sorprende que antes de adentrarse en el mundo de la ayahuasca no le hayan preguntado en ningún momento si tiene problemas psicológicos o si está tomando algún tipo de medicación.

Firmar para que te quemen

Le sorprende, al leer el documento que deben firmar, uno de los párrafos, en el que autoriza "al facilitador" (quien le suministre la droga) a que le realice "las quemaduras necesarias en la piel para aplicación del kambó" (un veneno que se obtiene de la piel de una rana del Amazonas). Preocupada, pregunta a los responsables del retiro, que le contestan que eso sólo se aplica en el caso del kambó, no si únicamente consume ayahuasca. De todas formas, le aseguran que las quemaduras se hacen "con un palito pequeño", tras lo que la mujer que se lo está explicando se levanta las mangas de la blusa y le enseña sus propias quemaduras.

De hecho, con la sesión a punto de comenzar, les preguntan a todos si van a consumir kambó y les explican quelas quemaduras son necesarias para que el veneno deje mostrar sus efectos. Ahí empieza lo que la periodista infiltrada define como "una noche intensa". Los propios guías de la experiencia les advierten de la parte menos glamurosa de lo que van a vivir: "Puede haber vómitos". De hecho, les dan unos cubos para que puedan vomitar. Antes de que todos los participantes empiecen a notar los efectos de las drogas, uno de los líderes de la secta aparece y "promociona una sustancia que es ilegal en España", tras lo que comienzan a escucharse gritos y vómitos.