Papel de aluminio en el lavavajillas: el compartimento secreto donde tendrás que meterlo para dejar tus cubiertos brillantes

El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más indispensables de la cocina de cualquier persona. Si bien se trata de un electrodoméstico del que se puede terminar prescindiendo, tener uno en casa nos permitirá ahorrar en la factura de la luz; por no hablar del tiempo que podremos dedicar a otras tareas.

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Se trata de un electrodoméstico que no sale barato y que, por lo tanto, requiere de un cierto cuidado y cariño. Por eso, es importante que cada cierto tiempo hagas una revisión exhaustiva de su estado para poder ahorrarte disgustos que quizás te sorprendan a la larga.

Hay ciertos consejos que puedes llevar a cabo para ahorrarte avería. En primer lugar, opta por un detergente de calidad. Aunque el precio sea algo más elevado, marcará la diferencia tanto en el electrodoméstico en sí como en la vajilla. Por otro lado, asegúrate de regular la cantidad de cal; su acumulación abundante puede terminar generando atascos. Es tan sencillo como verter en torno a tres tazas de vinagre de limpieza en el lavavajillas y otras dos o tres cucharadas de bicarbonato en el cajetín del detergente. Deberás hacer un lavado con el electrodoméstico vacío en un programa normal y revisar si ha cumplido su función por completo.

Cubiertos sin brillo

Seguramente alguna vez te hayas encontrado con que tus cubiertos no brillan todo lo que deberían y terminan perdiendo su encanto. Hay una serie de factores que han podido causarlo:

• Demasiado tiempo a remojo
• Mal secado
• Lavados mediocres

Además, en alguna que otra ocasión ha podido ocurrir que las manchas de óxido comiencen a hacerse notar. Si esto te ha pasado y crees que no hay solución, estás muy equivocado; la realidad es que atajar estos problemas es mucho más sencillo de lo que piensas.

Tanto es así que probablemente lo único que necesites usar es alguno de los clásicos productos que puedes encontrar en cualquier cocina y que, bien mezclados y aplicados, darán vida de nuevo a tu vajilla. En este caso, si eres de esas personas que cuentan con la suerte de tener un lavavajillas, quizás el papel de aluminio se convierta en un perfecto aliado.

Este truco es muy sencillo: haz bolas con el papel de aluminio de no muy gran tamaño; suficientes para que entren en la caja para los cubiertos. Una vez dentro, procede a hacer el lavado convencional y, cuando los saques, comprobarás que han quedado como nuevos.

Esto se debe a la reacción que genera el papel de aluminio al entrar en contacto con los componentes químicos del detergente, sumado al agua. Esta reacción, además, es capaz de eliminar los rayones que se forman por tus cucharas, cuchillos o tenedores.

El papel de aluminio actuará en tu lavavajillas sin riesgo de colarse en algún orificio y bloquear su funcionamiento, ya que estas pelotas estarán encajadas dentro de la misma caja de los cubiertos, sobre todo si estos son de plata.

Atención, porque si no cuentas con un lavavajillas, también puedes poner en práctica este truco de manera manual. Coloca el papel de aluminio al fondo de un envase y vierte junto a un chorro de agua caliente una cucharada de sal y otra de bicarbonato de sodio. Por último, sumerge los cubiertos y déjalo actuar por aproximadamente diez minutos.