El motivo por el que no debes usar el papel higiénico de esta forma, es lo peor que puedes hacer

El motivo por el que no debes usar el papel higiénico de esta forma, es lo peor que puedes hacer

El motivo por el que no debes usar el papel higiénico de esta forma, es lo peor que puedes hacer

M. R.

La primera cuestión se refiere al impacto medioambiental causado por la producción y eliminación del papel higiénico. Según estudios recientes, la producción de papel higiénico implica un elevado consumo de agua y energía, así como la emisión de gases de efecto invernadero. Además, su eliminación contribuye a la contaminación del suelo y del agua, poniendo en peligro el medio ambiente y la salud de las personas.

Además, el papel higiénico puede provocar irritaciones e infecciones en la zona íntima. Su textura áspera y la presencia de sustancias químicas potencialmente nocivas pueden dañar la delicada piel de la zona genital y provocar enrojecimiento, picor e inflamación. Además, el uso incorrecto del papel higiénico, por ejemplo su acumulación demasiado cerca del ano, puede provocar la contaminación fecal de la zona vaginal, aumentando el riesgo de infección.

El uso de papel higiénico puede restringir el flujo adecuado de sangre en la zona pélvica, aumentando el riesgo de hemorroides y otros problemas relacionados. Si la presión del papel higiénico se aplica de forma incorrecta, por ejemplo presionando demasiado fuerte contra la zona anal, puede afectar negativamente a la circulación sanguínea, provocando trastornos como las hemorroides. En general, el uso del papel higiénico no supone un riesgo directo para la salud, pero puede tener consecuencias negativas si no se utiliza correctamente. Hay muchas formas de evitar estos riesgos: por ejemplo, utilizar productos de limpieza específicos para la zona genital en lugar de papel higiénico, o utilizar únicamente papel higiénico de alta calidad sin sustancias químicas potencialmente nocivas. Además, es importante adoptar una higiene íntima adecuada y seguir las prácticas de higiene recomendadas por su médico o ginecólogo.

En conclusión, el uso de papel higiénico para la limpieza íntima puede plantear riesgos para la salud y el medio ambiente, pero estos riesgos pueden minimizarse tomando sencillas precauciones. Sobre todo, es importante tener un mayor respeto por el medio ambiente e intentar limitar el despilfarro de recursos naturales, por ejemplo utilizando alternativas más ecológicas, como bidés o ropa interior lavable.

Algunas marcas de papel higiénico pueden contener sustancias químicas potencialmente nocivas para la salud, como la celulosa regenerada y las resinas fenólicas. La celulosa regenerada, obtenida reciclando papel usado, puede contener restos de tinta y otras sustancias tóxicas que podrían causar irritaciones cutáneas y alergias. Las resinas fenólicas, utilizadas como adhesivos para unir hojas de papel, pueden liberar formaldehído, una sustancia química considerada cancerígena para el ser humano.

Sin embargo, la mayoría de las marcas de papel higiénico que se venden en los comercios están controladas por las autoridades competentes y certificadas como seguras para el uso humano. Además, la cantidad de estas sustancias suele ser muy baja, y el uso de papel higiénico no supone un riesgo directo para la salud si se utiliza correctamente.

Es importante prestar atención a la calidad del papel higiénico adquirido y preferir los productos menos tratados con sustancias químicas potencialmente nocivas. También se pueden utilizar alternativas ecológicas como bidés o ropa interior lavable.

Algunos papeles higiénicos pueden contener sustancias químicas denominadas PFAS (per- y polifluoroalquilos) que se han relacionado con algunos riesgos para la salud. Los PFAS se han utilizado en la producción de papel higiénico, vajillas de papel y otros productos para mejorar la resistencia al agua y al aceite.

Los PFAS se consideran una amenaza potencial para la salud humana y el medio ambiente. Según un estudio realizado en 2020 por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU., algunos PFAS pueden causar daños en el hígado, los riñones y el sistema inmunitario. Además, varios estudios han sugerido que los PFAS pueden estar asociados a problemas de fertilidad tanto en hombres como en mujeres.

En concreto, los PFAS pueden afectar negativamente a la calidad de los óvulos y los espermatozoides, reduciendo la fertilidad. Y también pueden aumentar el riesgo de aborto espontáneo. Además, los PFAS pueden interferir con el sistema endocrino y afectar a los niveles de determinadas hormonas sexuales, causando problemas como infertilidad, disfunción eréctil y disminución de la libido.