Donantes del Banc de Sang i Teixits de Balears: «Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre»

La iniciativa involucra a alumnos de tercero de Secundaria y de los grados de Cocina y Restauración

«Mi abuela tuvo un accidente y necesitaba una transfusión. No se la pudieron hacer porque antes las cosas iban de otra manera», explica Fanny Ramírez, alumna del instituto Balàfia. Ella, al igual que sus compañeros de tercero de Secundaria, organizan una jornada de donación de sangre en su centro.

La profesora Marta Roldán detalla que estos estudiantes cursan la asignatura Cooperación y servicios a la comunidad, que ella imparte. «Hacemos proyectos para ayudar a los demás. Como los chicos, por la edad, no pueden donar, buscan voluntarios y preparan este día», afirma. Recuerda que esta iniciativa comenzó el año pasado porque llegó al centro una carta del Banc de Sang i Teixits de Balears en la que pedían donaciones.

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» |

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» | / Miguel González

Francisca Torres señala que es la primera vez que se presenta voluntaria: «Me han operado dos veces y me hicieron transfusiones. Es importante animarse a donar sangre». Rodrigo Martínez, otro voluntario, explica que su grupo sanguíneo es el 0 negativo, que es «poco habitual. Mi médico siempre me dice que colabore».

A un lado de la sala dedicada a las extracciones, los sanitarios despliegan las butacas y conectan una pequeña impresora para obtener las pegatinas que identificarán los recipientes que contendrán la sangre. Al otro, los alumnos del grado medio de Servicios en restauración Toni Tur y María Martínez colocan vasos encima de dos mesas. Explican que ofrecerán agua, infusiones y zumo de naranja a los donantes. Asistidos por su profesor Raúl Martínez llevan las primeras bandejas a la sala de espera.

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» | FOTOS DE MARCELO SASTRE

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» | FOTOS DE MARCELO SASTRE / Miguel González

Un rato después, llega un olor a empanadas recién hechas. Los estudiantes del grado básico de Cocina también colaboran con la jornada preparando comida para los voluntarios. Además del refrigerio anterior, elaboran «una quiche y lasaña», explica Suryan Tao Barrier, uno de los alumnos. El profesor del curso, Miguel Llabrés, resalta que esta práctica sirve a los estudiantes para «saber cómo funciona el catering de un pequeño evento».

La enfermera encargada de extraer sangre, Sheila Cardona, explica que acude «siempre mucha gente» a las campañas de donación. Su compañero Luis Romero apunta que a veces «no hay enfermeros para hacer las colectas», aunque matiza que siempre «hace falta un poco más» de sangre. Comentan que tienen citadas a 42 personas y que los alumnos «muestran interés». Cardona añade que es un buen momento para despertar «vocación sanitaria» en el alumnado y que estas iniciativas crean concienciación sobre la importancia de estas donaciones.

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre»

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» / Miguel González

El proceso de donación

Los donantes entran en una sala de espera en la que tienen que rellenar un cuestionario en el que detallan datos personales y acerca de su salud. Dos alumnas permanecen en la habitación para solventar las dudas de los encuestados. Cuando han rellenado el documento, se dirigen hacia los enfermeros. María Eugenia Huete, la coordinadora de la sede ibicenca de la Fundació Banc de Sang i Teixits de Balears, los recibe y repasa con ellos su cuestionario.

Después de la primera entrevista, toma la tensión del donante y le pincha en un dedo para comprobar los niveles de hemoglobina «para saber si tiene anemia». Tras recopilar todos los datos, recomienda a una mujer que tome líquido antes de que le extraigan sangre.

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre»

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» / Miguel González

En la siguiente parada, se comprueba el historial de donaciones de los voluntarios. La enfermera responsable señala que necesita saber si han hecho alguna donación en los últimos meses y cuántas veces han pasado por este proceso en el último año (un máximo de cuatro al año para los hombres y de tres para las mujeres). Cuando comprueba que todo es correcto, extiende unas pegatinas al donante con su nombre.

Éste ofrece esos distintivos a Cardona para que los coloque en cuatro tubos y en la bolsa de donación. El voluntario se sienta en una de las cuatro butacas de la sala. «Si te mareas, es mejor que me lo digas rápido», pide la sanitaria. Después ata una cinta de goma alrededor del brazo y desinfecta la parte interior de su codo.

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre»

«Mañana podrías necesitar una transfusión de sangre» / Miguel González

El vapor del calor del líquido comienza a empañar el interior del primer tubo. La enfermera da una pelota pequeña al voluntario para que la apriete con la mano del brazo del que está brotando la sangre. Cuando los primeros recipientes están llenos, Cardona conecta la bolsa de donación y la coloca sobre una balanza.

Alejandro Doury, que transporta el material médico necesario para los enfermeros, anuncia que la sangre recogida durante la jornada viajará al banco de sangre de las islas, que está en Palma, al día siguiente (hoy). Añade que allí analizan las donaciones para comprobar que son adecuadas para transfusiones: «Hay gente que se ha enterado de esta forma de que tiene VIH». Además, asegura que las instalaciones también cuentan con «una máquina» que separa el plasma de la sangre. Ese centro repartirá el material recogido a los centros sanitarios de la Comunidad Autónoma, precisa Doury.

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