Vuelta al cole

"¿Uniforme escolar? Me ha solucionado un problema en casa"

Más discrepancias hay en cuanto al coste: aquí juga un papel fundamental la flexibilidad que puedan tener los colegios en cuanto a la ropa

Alumnos con uniforme el primer día del curso escolar.

Alumnos con uniforme el primer día del curso escolar.

Montse Baraza

Uniforme escolar, ¿sí o no?. Este es un debate que periódicamente cual Guadiana resurge en la comunidad educativa. En este inicio de curso 23-24, el asunto vuelve a ser tema de conversación al hilo de lo que ocurre en Francia, que se está planteando introducir el uso de la uniformidad en las escuelas para evitar polémicas como la que viven con la decisión de prohibir la túnica islámica femenina en las aulas.

Aquí, los contrarios al uso de uniforme esgrimen que es propio de tiempos pasados y que la uniformidad no solo no elimina desigualdades, sino que perjudica la diversidad y la aceptación de la misma, además de entorpecer la búsqueda de la propia identidad de cada alumno.

La propia 'consellera' catalana de Educación, Anna Simó, dejó claro meridiano el primer día de curso que el Departament "no abrirá el debate del uniforme escolar obligatorio". Dejó la cosa a criterio de las escuelas, en virtud de la autonomía de cada centro.

En Cataluña, el uniforme escolar obligatorio es coto de colegios concertados o privados. ¿Cómo lo viven las familias para quienes esa uniformidad es parte de sus vidas y las de sus hijos? Desde su experiencia del día a día, madres y padres cuyos hijas e hijos llevan uniforme coinciden mayoritariamente en una cosa: es práctico, evita discusiones en casa y comparaciones en el aula.

De "contraria" a "ver las ventajas"

"Yo al principio era reticente, contraria de hecho, pero en nada me di cuenta de las ventajas", cuenta Marta. "Es muy cómodo y práctico. No hay que pensar qué ponerse". A su lado, Montse asiente y apunta: "en según qué edades, es la mejor opción". Se refiere a las de sus hijos, que cursan 3º de ESO y están en plena adolescencia.

"Llevar uniforme escolar es el mejor invento: evita pensar qué ponerte por las mañanas cuando el tiempo es oro y evita envidias entre los estudiantes. Todos los alumnos iguales sin distinción", apunta por su parte Laura.

"Un cambio radical"

Menos tiempo en un colegio con uniforme obligatorio lleva Betty y el cambio le ha "solucionado un problema en casa". "Hemos estado 10 años en un colegio sin uniforme. Ahora he descubierto lo práctico que resulta. Para mí ha significado un cambio radical: ya no hay peleas por la ropa que se ponen por las mañanas (sobretodo las niñas), ni guerras por las marcas, ni comparaciones, ni ropa inadecuada", enumera antes de exponer otra ventaja visible en los armarios de casa: adiós a la acumulación de ropa que pasa de moda, queda pequeña o deja de gustarles a los críos.

Más discrepancias hay en cuanto al coste. Aquí juga un papel fundamental la flexibilidad que puedan tener los colegios en cuanto a la ropa: si ha de llevar logos de la escuela, cosa que encarece el producto, o si el abrigo o la mochila también tienen que ser de uniforme (aquí el coste se dispara).

Pero si el colegio es flexible, los precios son razonables y a la larga el uniforme sale barato porque suele durar dos cursos. Hay muchos centros que dan la opción de comprar la ropa sin logos de la escuela, con lo cual las familias pueden adquirir faldas, pantalones o polos básicos que las grandes superficies tienen cada año a precios módicos. En Carrefour, por ejemplo, un pantalón de uniforme azul marino o gris sale por 11,99 euros; una falda, por 8,99; un polo de manga corta, por 3,99 y uno de manga larga, por 4,99, y un jersey, por 5,99. Con un par de pantalones o faldas, cuatro polos y dos jerseys se puede pasar el curso: menos de 100 euros en ropa. "Y siempre pillas a alguna alma caritativa que te da una bolsa de ropa muy útil a coste cero", apunta Ceci.

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