Cocina de Ibiza: Frita muy popular en Sant Jordi

El Concurso Interestelar de Frita de Matanzas volvió a cumplir el sábado con su cometido por tercera ocasión. A lo largo de la plaza de la iglesia de Sant Jordi se apostaron en los puestos de madera cada uno de los 21 equipos participantes, con un tiempo casi veraniego y propicio al encuentro distendido entre los vecinos del pueblo, aunque también cayó a plomo para los voluntarios que, desde las 8.30 horas de la mañana elaboraron al descubierto las 600 raciones de frita popular, a beneficio de Aspanadif. Los campeones del concurso fueron, en primer lugar, Pagesos i Mursianos, mientras que el segundo puesto lo mereció Sa Reminyola 3 y el tercer reconocimiento fue para Fart & Furius.

Los integrantes de Sant Jordi Brothers parecían querer disputar el récord de raciones a la frita popular. Sus invitados debieron ser legión, porque planeaban sacar "unos 30 kilos, unas ciento y pico de tapas", explicó Toni, como portavoz del grupo. A la frita hay que darle tiempo, es el consejo de estos vecinos del pueblo. "Hay que dejar que trabaje la carne y que quede bien hecha", señaló Toni. Son diez en el equipo -alguno menos cocinando- y no han faltado a ninguno de los tres concursos populares de frita.

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De un festival de cocina popular a otro van los Rias Team, que presumen de ser los subcampeones interestelares de frita del año pasado y de haberse proclamado vencedores del concurso de arroz de matanzas de Sant Antoni este año. "Somos cerca de 30, pero cocinando ya ves, dos o tres", explicó entre risas Albert, uno de los integrantes de este grupo de ibicencos, en su mayoría portmanyins (otros eran de Sant Josep, de es Cubells y de Santa Agnès). "Nos presentamos a todo", aunque, destaca, "nos gusta mucho Sant Jordi. Después de Sant Antoni, creemos que es el mejor concurso. Esta muy bien organizado", celebró.

En cambio, por primera vez, pero con ensayo de por medio, acudieron Ses Trebucades. Quedaron muy contentas con este "simulacro" de concurso de frita, pero, ante todo, estas doce vecinas de Sant Jordi destacaron la importancia de ayudar a "hacer barrio" con su aportación al evento.

"Excepto matar al cerdo, que eso ya lo hemos dejado, lo demás es todo artesanal", cuenta Miguel acerca de él y Juanito, los dos payeses de Freixures i Matacuques llamados así por ser uno de Sant Francesc y el otro de Sant Jordi, cuenta Juanito. Tienen claro que, para hacer la frita, "nada de inventos. Los inventos los dejamos para ‘Masterchef’ y compañía", declaró.

"La frita no tiene más historia", coincidió Lourdes, de Sastretes Team, sobre este plato popular de aprovechamiento del cerdo. Eso sí, "producto bueno y de la tierra", reivindica. Entre bastidores cocinan ella y otros cuatro hermanos (solo la mitad de los diez que son), además de dos sobrinos. A la hora de comer, preveía la concurrencia de 25 miembros de esta familia de Sant Jordi, ya que algunos trabajaban y estaban todavía por llegar. Es su primera participación. "Hace mucho tiempo que pensábamos en presentarnos a una cosa de estas porque es bastante divertido, muy de pueblo, y muy de hacer fiesta". "La gente sale, se habla, se relaciona, ves a gente que hace mucho tiempo que no ves...", reflexionó respecto a la iniciativa.

"La verdad es que es una maravilla, desde la primera edición ha tenido buena aceptación, y espero que tenga un largo recorrido, porque es de agradecer que se hagan este tipo de cosas", apuntó en este sentido David, miembro de Porcinus. "Al final estamos manteniendo platos tradicionales y se junta todo el pueblo", concluyó. En su equipo son una docena (dos de Sant Jordi, y el resto de fuera). "Somos muy de venir a las fiestas del pueblo, pero estamos participando en la frita por primera vez". Se presentaron cuando convencieron "al más manitas en la cocina. Como uno cocina bien, aprovechamos y echamos el día aquí", contó.

A medio camino entre los debutantes y los más veteranos están los seis miembros de Frita and Birras Team, compuesto por vecinos de Sant Jordi y amigos. "Nos reunimos para pasarlo bien y aportar algo al pueblo y animarlo", señaló María José, una de los seis participantes. También, recordó, por la vocación benéfica del evento.

Entre varios fuegos repletos de carne y de las verduras del sofrito se movía mientras tanto por el patio de la iglesia Daniel, al cuidado de la inmensa frita popular. Preguntado por cómo se hace una frita para una nómina de comensales tan extensa, este sufrido cocinero apuntó que con "mucho material" y tiempo. La jornada voluntaria de este chef se prolongó desde las 8.30 de la mañana hasta entrado el mediodía.

A las 12 horas, el Grup Folklóric de Sant Jordi de ses Salines apareció por la plaza a ritmo de ball pagès, pero desprovisto de la indumentaria regional, lo que no importó demasiado a la hora de congregar un corro de espectadores que presenciaron la actuación.

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