La celebración del día del ‘raor’ en Ibiza y Formentera

La veda para la pesca del ‘raor’ (lorito o galán en castellano) se levantó ayer y como ya es tradición en las Pitiusas movilizó a buena parte de la flota de recreo especialmente en la zona de es Freus y en el entorno de Formentera. Aquí los caladeros, de fondos arenosos, suelen ser ricos en esta especie, especialmente apreciada en gastronomía y uno de los peces más caros de mercado. La pesca de esta especie está permitida hasta el 31 de marzo.

Los vigilantes de la Reserva Marina de es Freus y de sa Punta de sa Creu (en la Mola) junto con la inspectora de pesca del Consell de Formentera estuvieron toda la mañana controlando que la actividad se desarrollará conforme marca la normativa en este caso. La conselleria balear de Agricultura, Pesca y medio Natural recordaba que la cantidad de pesca permitida por licencia y día es de 50 unidades, con un máximo de 300 por embarcación.

En la mañana de ayer fuentes de la vigilancia de las reservas marinas y de la inspección de pesca de Formentera señalaron que no tuvieron que levantar ningún acta por infracción. En cambio detectaron una menor afluencia de embarcaciones respecto a otros años. En concreto en la zona de Punta Gavina había por la mañana 17 barcas, en Cala Saona 11, Punta Rasa 17; en es Freu Gran 13 y en el Petit 11 y en Punta Prima solo había un barco pescando. En cambio en la vertiente de Levante a lo lardo de es Carnatge había 17 barcos y en es Caló 34 tal y como se aprecia en la imagen panorámica. También había en la zona de veda cinco embarcaciones profesionales. En total fueron contabilizados 126 barcos.

Día de fiesta

Este primer día de pesca del ‘raor’ se convierte siempre en una fiesta para los cientos de pescadores que buscan esta captura para luego, contra más fresca mejor, compartir el almuerzo con familia y amigos. Pero la mañana de pesca se convierte también en un encuentro con el mar y a bordo, generalmente de pequeñas embarcaciones, no falta el necesario almuerzo de media mañana.

En la jornada de ayer se sucedieron las imágenes de familias enteras metidas en un barco, caña en mano, en busca de este bocado mediterráneo. Incluso un vecino ibicenco sorprendió al salir en una canoa ‘tuneada’ para la pesca, perfectamente equipada y con todo en regla . En cuanto el tamaño de las capturas y la cantidad iba variando según las zonas.

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